¿¡VIVA LA CRISIS! ?

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede suecederle a personas y paises, porque la crisis trae progresos”
(Albert Einstein)
La semana pasada fue una semana bastante fructífera en cuanto a mensajes que uno va recibiendo. En un primer momento ocurrió este encuentro casual con, ya no una frase de Einstein, sino un discurso completo. “Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones” seguiría Einstein. Y así podríamos seguir hasta terminar la exposición. Pero hay más.

Dos cadenas televisivas presentaron ante la audiencia sendas películas sobre una de las versiones –la oficial claro- que se crearon entorno al 23-F. Mientras, un general menorquín hacía sus reflexiones públicas en cuanto al contexto en que se vivía en los meses previos a aquella fecha. Y hacía mención a aquella “reflexión de Estado”, terminando como no, con la frase de que “si no aprendemos de nuestros graves errores pasados, estaremos condenados a repetirlos”.

Consulto parte de la Historia de la Isla de Menorca de Pedro Riudavets y Tudurí, y por aquello de las casualidades me encuentro con una reseña que explica el porqué del precio tasado de los productos que se vendían en Menorca. Así, se explica que “las cosas necesarias para la vida, deben tener su precio legal y no el convencional; que siendo esta isla más corta de vecindario que de territorio, y sujeta por tanto a monopolios que otra alguna. De aquí, que desde tiempo muy antiguo se viene señalando precio a los comestibles y a los efectos de comercio, como manda el soberano y sus delegados los gobernadores. De aquí que todos los años se hace la tasa de cada cosa a su tiempo, a fin de evitar las injusticias ocasionadas por la codicia de los especuladores. Y te das cuenta que nada a cambiado. Bueno, algo sí: la memoria, aquella memoria, aquella mala memoria en no corregir los errores del pasado, aquellos errores a los que el Teniente General Alejandre hacía referencia en su artículo sobre el 23-F.

Si bien la codicia de los especuladores actuales ya han provocado la crisis, aunque eso sí, con la siempre intervención de los cooperadores necesarios como dirían los técnicos jurídicos, con o sin cacería, que apuntarían –o deberían apuntar- a las nefastas actuaciones de los gobiernos y mandatarios mundiales; ahora toca el turno a la intervención quirúrgica, a la amputación, o como mínimo a tocar con los pies en el suelo, y bajarse de las nubes de aquellos sillones del G-20. Y aquí, es donde se encuentra la nueva responsabilidad, la nueva imputación que se le podría hacer a alguno de nuestros dirigentes. La omisión del deber, la omisión de capacidad, debería ser castigada, penada, sancionada, como deben serlo también todos los casos de corrupción que poco a poco se vienen destapando.

No vale ir tras la caza de brujas cuando todos los indicios se dirigen hacia la culpabilidad de unas personas determinadas. Vale más depurar, amputar, eliminar si cabe, antes de mantener sospechas de corruptelas políticas. Ahora toca pasar el calvario a algunas personas del entorno del partido popular. ¿Por qué no pueden investigarlos, imputarlos, encerrarlos si de verdad son culpables? ¿Acaso no aplaudirían si aquellos puntos de mira no hubieran apuntado hacia sus adversarios políticos? Pero tampoco hay que perder la esperanza. Sólo es tiempo. Y votos. Sí, votos. La justicia actúa, se mueve, con información. Y la información se gana o se pierde gracias a los votos. Y la factura de la pérdida, es sencillamente pasar cuentas, no ante el electorado, sino ante la carrera judicial.

Tampoco hay que temer a los votos. Si uno ha sido honrado, si uno no ha especulado ni se ha enriquecido de forma fraudulenta, nada tiene que temer. A lo mucho, lo máximo, lo peor que le puede pasar a un político honrado es que los votos, éstos que se mueven como el viento, lo dejen en el paro político, y tenga eso sí, que volverse a poner el mono de trabajo, que levantarse a las seis de la mañana, y llegar justito a final de mes. Eso sí, si es y ha sido honrado.

Y si no, puede uno tener un retiro dorado, un chalet en Marbella y un apartamento en la montaña, eso si le sale bien. De salirle mal, incluso puede ocupar habitación en el nuevo complejo de la carretera de Sant Lluis. Y es que para algunos, la crisis no existe, todavía. Y si no, ya me dirán cómo se justifica el gasto de esta nueva infraestructura que se excusa más para favorecer a quienes han salido voluntariamente de la sociedad, mientras otros, quienes han vivido con las normas impuestas por ésta, están aún desvalidos a la espera de ayudas sociales. O como ocurre con las subvenciones a equipos que no remontan marcador. ¡Es la crisis, vamos!.

Y sigue Einstein : “Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.

Y aquí se debe encontrar el dúo ZP-Solbes, sin querer promoverla y sin saber rechazarla. ¿Trabajar?, primero habrá que saber…. Y eso es el problema de muchos de nuestros invictos dirigentes. Se han creído que la política es una profesión, y no una vocación de servicio.

¿Por qué no retroceder a aquellos años de la transición, a aquellos políticos locales, que se repartían las áreas de gestión entre todos, y todos trabajaban por su pueblo, sin intereses y sin protagonismos? Tal vez así, se hubiera evitado todo el culebrón de Ciutadella. Aunque eso sí, según Einstein, “El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones”. Y a veces las soluciones están tan cerca, que ni las apreciamos. Debemos alejarnos, para con la perspectiva que nos da la distancia, ver la solución.

Por eso será que ni los bancos, ni el gobierno, ni los implicados, son capaces de dar con la solución. Volviendo a años atrás, retrocediendo a las historias, a las memorias históricas, seguro que encuentran alguna salida más digna, más lógica, más eficaz.
PUBLICADO EL 20 FEBRERO 2009 EN EL DIARIO MENORCA.