La verdad es que el día en que Rodríguez deje de ser presidente habré perdido a mi actual fuente de inspiración. Tendré que volver a aquellos momentos bajo la ducha o a los más lejanos aún, de los largos en la piscina municipal. Y es que Rodríguez es mucho Rodríguez.
Sin ir más lejos, el otro día cuando oí aquello de la economía sostenible, mi entendimiento pensó en un vocablo medioambiental. Al fin y al cabo, lo del sostenible actual viene de sectores ecologistas. Así que uno, iluso cuando quiere, fue en busca del discurso no pronunciado del mismo. Y digo no pronunciado porque del vocablo “sostenible” en el presi, nada de nada.
Y es que nuestro presidente, vale. Vale y mucho. La economía preocupa en los hogares españoles y más ahora cuando nos van a cobrar cuatrocientos euros más al año por cobrar un salario. Y en estas, que si juntamos los vocablos de “economía”, con el de “sostenible”, término éste que vende, y mucho, tenemos –tiene nuestro presi- mucho de ganado.
Si Franco en su día inventó aquello de la “conspiración judeo-masónica”, ZP ya lo ha dejado en ridículo. Lo que se le llama ahora “diez pueblos y siguiendo”. Estamos a punto de mandar con esta “economía sostenible” a otros doscientos soldados más a Afganistán en misión “humanitaria” –y eso que el otro día matamos a casi veinte de ellos-, nos suben los impuestos a la vez que nos recortan el sueldo, no vemos brotes verdes por ningún lado, y a pesar de ello, vivimos felices a la espera que alguien nos diga si aquel resfriado que tendremos se le llamará A, B ó C.
También es verdad que en cierta manera ha tenido ZP mala suerte. Parece como si aquella conspiración que hostigaba a Franco se le ha vuelto hacia él, y ya no masónicos ni judíos, sino toda la Internacional se ha vuelto en su contra. La gripe, la crisis, y todo, con el sello internacional que la patenta. Pero mientras los demás internacionales van saliendo airosos de estas “conspiraciones”, nosotros, los nacionales –tanto rojos como azules, y demás colores del arco iris- seguimos buscando caminos entre un laberinto del que todos –o al menos muchos- desconocen la salida.
Y ahora, según Rodríguez, la salida se le llama “sostenible”. Sostenible con alocución mitinera y poco más. Sin discurso, sin planteamiento. Y uno, deudor hacia Rodríguez por los escritos que le ha brindado, por la inspiración que le ha ofrecido; como acto de ofrenda a nuestro máximo mandatario, a nuestro guía de nuestros destinos terrenales, le ofrezco el discurso omitido, el discurso que hasta ahora nunca pronunció:
Y le invento el discurso, como se lo podría haber inventado él mismo o uno de sus ayudantes. No tiene secretos. Es fácil, ininteligible, de aquellos en los que en plena catarsis colectiva, con los efluvios de la fiesta mayor o simplemente con el contagio de la plenitud corporativa, el aplauso tiene fácil salida. ¡Y allá va!,-como diría un ciudadelano de bien: “La economía española está en fase emergente. Y la vamos a hacer sostenible. En Do mayor si es necesario. O en Re, en Fa, o en Mi, tanto da, siempre que los principales precursores, planteamientos y debates centrales de la sociedad española, permitan su identificación como una nueva disciplina que plantee sobre los hogares un nuevo paradigma….” -aquí, parada, respiro y espera de aplausos.
Continuaríamos así: “Las perspectivas de la economía sostenible de la nación española – pluralizamos si nos encontramos en el País Vasco o en Catalunya- aparecen favorables tras haber analizado las últimas evaluaciones de junio y las recuperaciones habidas en el mes de setiembre, de toda la problemática ambiental del país, desde la perspectiva sistémica, interdisciplinar y holística que se ha ido promoviendo por parte de nuestro Gobierno desde que ha tenido conocimiento de ello”.
Y aquí dejamos el copyright de uno, y ofertamos sitio para las frases típicas de partido, acusaciones e insultos, desprecios y siempre presuntas acusaciones hacia la oposición. Las entonaciones, paradas y fondas, vendrán decididas por el entusiasmo del aforo así como los movimientos de manos, individualizada o a la par, ya de cosecha propia o según como se de el caso.
Más difícil hubiera sido escribir el discurso del ministro Blanco o de la ministra Salgado, en términos sostenibles, claro. En cuanto a los sostenidos, mejor hacerle uno a la vicepresi…. Uno ya está acostumbrado a sus apariciones.
Sin ir más lejos, el otro día cuando oí aquello de la economía sostenible, mi entendimiento pensó en un vocablo medioambiental. Al fin y al cabo, lo del sostenible actual viene de sectores ecologistas. Así que uno, iluso cuando quiere, fue en busca del discurso no pronunciado del mismo. Y digo no pronunciado porque del vocablo “sostenible” en el presi, nada de nada.
Y es que nuestro presidente, vale. Vale y mucho. La economía preocupa en los hogares españoles y más ahora cuando nos van a cobrar cuatrocientos euros más al año por cobrar un salario. Y en estas, que si juntamos los vocablos de “economía”, con el de “sostenible”, término éste que vende, y mucho, tenemos –tiene nuestro presi- mucho de ganado.
Si Franco en su día inventó aquello de la “conspiración judeo-masónica”, ZP ya lo ha dejado en ridículo. Lo que se le llama ahora “diez pueblos y siguiendo”. Estamos a punto de mandar con esta “economía sostenible” a otros doscientos soldados más a Afganistán en misión “humanitaria” –y eso que el otro día matamos a casi veinte de ellos-, nos suben los impuestos a la vez que nos recortan el sueldo, no vemos brotes verdes por ningún lado, y a pesar de ello, vivimos felices a la espera que alguien nos diga si aquel resfriado que tendremos se le llamará A, B ó C.
También es verdad que en cierta manera ha tenido ZP mala suerte. Parece como si aquella conspiración que hostigaba a Franco se le ha vuelto hacia él, y ya no masónicos ni judíos, sino toda la Internacional se ha vuelto en su contra. La gripe, la crisis, y todo, con el sello internacional que la patenta. Pero mientras los demás internacionales van saliendo airosos de estas “conspiraciones”, nosotros, los nacionales –tanto rojos como azules, y demás colores del arco iris- seguimos buscando caminos entre un laberinto del que todos –o al menos muchos- desconocen la salida.
Y ahora, según Rodríguez, la salida se le llama “sostenible”. Sostenible con alocución mitinera y poco más. Sin discurso, sin planteamiento. Y uno, deudor hacia Rodríguez por los escritos que le ha brindado, por la inspiración que le ha ofrecido; como acto de ofrenda a nuestro máximo mandatario, a nuestro guía de nuestros destinos terrenales, le ofrezco el discurso omitido, el discurso que hasta ahora nunca pronunció:
Y le invento el discurso, como se lo podría haber inventado él mismo o uno de sus ayudantes. No tiene secretos. Es fácil, ininteligible, de aquellos en los que en plena catarsis colectiva, con los efluvios de la fiesta mayor o simplemente con el contagio de la plenitud corporativa, el aplauso tiene fácil salida. ¡Y allá va!,-como diría un ciudadelano de bien: “La economía española está en fase emergente. Y la vamos a hacer sostenible. En Do mayor si es necesario. O en Re, en Fa, o en Mi, tanto da, siempre que los principales precursores, planteamientos y debates centrales de la sociedad española, permitan su identificación como una nueva disciplina que plantee sobre los hogares un nuevo paradigma….” -aquí, parada, respiro y espera de aplausos.
Continuaríamos así: “Las perspectivas de la economía sostenible de la nación española – pluralizamos si nos encontramos en el País Vasco o en Catalunya- aparecen favorables tras haber analizado las últimas evaluaciones de junio y las recuperaciones habidas en el mes de setiembre, de toda la problemática ambiental del país, desde la perspectiva sistémica, interdisciplinar y holística que se ha ido promoviendo por parte de nuestro Gobierno desde que ha tenido conocimiento de ello”.
Y aquí dejamos el copyright de uno, y ofertamos sitio para las frases típicas de partido, acusaciones e insultos, desprecios y siempre presuntas acusaciones hacia la oposición. Las entonaciones, paradas y fondas, vendrán decididas por el entusiasmo del aforo así como los movimientos de manos, individualizada o a la par, ya de cosecha propia o según como se de el caso.
Más difícil hubiera sido escribir el discurso del ministro Blanco o de la ministra Salgado, en términos sostenibles, claro. En cuanto a los sostenidos, mejor hacerle uno a la vicepresi…. Uno ya está acostumbrado a sus apariciones.
PUBLICADO EL 20 SEPTIEMBRE 2009, EN EL DIARIO MENORCA