Esta fotografía viene a estilo de carta, como suelen serlo las abiertas que todos leen en los periódicos, menos el interesado. Y no es que usted sea el interesado en ésta, pero si el destinatario.
Verá, se que usted señor Rodríguez, le tiene pánico a según qué fotografías. No lo tuvo cuando sus ministras posaron en una revista, pero sí cuando las fotos no han sido preparadas. Pero ésta no es como las que a usted últimamente le han preocupado. Tampoco, aunque se haya tomado en Menorca, tiene nada que ver con sus primeras –y últimas- vacaciones en nuestra isla, tan o más maravillosa que Lanzarote, por supuesto.
Y esta fotografía viene a corroborar lo que en este mismo medio y este mismo escribidor, aunque con título extranjero, y de ello, hace ya un par de meses, intentaba animarle a usted y a su gobierno. Se trataba entonces de aquellos “brotes verdes” que había localizado por Internet y que se suponía ya empezaban a dar notas de esperanza a los gobiernos respectivos. Sea lo que fuere, parece que aquella reproducción virtual no dio sus frutos –y eso que aún no estaba en marcha lo de la píldora del día después ni mucho menos se daba ya por hecho que las menores pudieran abortar sin conocimiento de sus progenitores- . Y debido a esta política suya, pues lo que todos sabemos: ni brotes, ni verdes, aunque eso sí, de subidas…. muchas.
Verá, puede que en España a usted no le aparezcan los brotes verdes por ningún sitio. En Menorca, en general, según parece tampoco. Pero lo que es en el patio de uno, en la ya Menorca particular, aquella que sin mandamiento judicial no entra nadie sino es un caco, vaya si aparecen brotes. Como los caracoles, vamos.
Y es que tenía tarea atrasada. Antes del verano intenté arreglar un poco el huerto familiar. Ya sabe, cuatro hierbas que se secan, dos ramas que estorban, y mucha hojarasca de años anteriores, que con el viento entran y ensucian la cocina y demás. Y es que ahora, las cosas han cambiado. Antes, aquel huerto estaba rodeado por huertos por todas partes, menos por una –claro está- y todo aquel ramaje servía para hacer un típico “fester” . Pero hoy día eso es impensable. De una península hemos pasado a una isla. Así, aquel huerto está rodeado por viviendas por todas partes, y de “festers” nada de nada. Y así es como aquel huerto familiar fue almacén de hierbas y demás restos de poda.
El verano y la falta de un plan E, impidió que aquel almacén repleto de “restos de poda” tuviera el destino ecológico predestinado, y así aplacé su moderno reciclaje hasta estos días. Pero algo se interpuso en la idea de uno. Tras algunos días de lluvia, la naturaleza, aquella que no entiende de píldoras ni prácticas abortivas, hizo su trabajo.
El viento, también debió de hacer su labor y esparció aquella simiente seca, abolida y dada por muerta, por la tierra. Mezclada la simiente con la madre tierra naturaleza, unos brotes verdes empezaban su andadura. Y aunque a primera vista parezca un campo de césped mal cuidado, no hay césped. Menos aún un campo de golf -no sea que se me asusten los ecologistas-. Sólo es hierba de mil l…. a punto de empezar a llenar el poco espacio, que sin cuidado campeará por sus anchas.
Y a lo que iba, señor Rodríguez. La naturaleza sigue su camino, por mucho que nos empeñemos en hacerle la contraria. Nos dicen que si tiramos nitratos contaminamos el agua. Nos dicen que si tiramos herbicidas también provocamos algún que otro efecto nocivo. Aunque eso sí, nada dicen de los efectos de las píldoras ni otros inventos del hombre científico. Bueno sí, del algunos, si, aunque sea un poco tarde ya.
Ahora cuando el Gobierno ya ha invertido parte de estos cuatrocientos euros del año que viene en las vacunas contra la Gripe A, resulta que ya no es tan virulenta la gripe ni segura la vacuna….
Pero claro, a ustedes les sale más cara una guardería, una ayuda social, un bono bebé, que un embarazo interruptus. Y en tiempo de crisis, la máquina -del dinero, claro- está demasiado estresada como para calentarla en demasía.
Había pensado enviarle esta fotografía para su archivo personal, por lo de los brotes verdes, pero he pensado que me costaría dinero. Y si además me quita usted los cuatrocientos euros, tengo que empezar a reducir gastos. También es verdad que si se lo tengo que remitir por e-mail tengo que darme prisa. Se que a partir del próximo primero de julio me va a costar más caro el Internet, por lo que tal vez prescindiré del mismo, aunque la compañía telefónica tenga que reducir personal. Ya se que lo ha hecho para que gastemos todos nuestros pocos ahorros antes de las vacaciones….., pero es que muchos ya no tenemos ahorros.
También había pensado llamarle por teléfono, pero creo que con la excusa del ahorro en los ministerios no me aceptarán la llamada a cobro revertido. Y más ahora que tienen que reponer los gastos del segundo avión que trasladó a Sonsoles para hacerse la foto con Obama. Y es que de gastos superfluos, hay muchos.
Y ante todo lo expuesto me he propuesto no mandarle foto alguna. Si sus servicios de espionaje le pasan la foto, pues bien. En cambio si no se la mandan, allá usted con sus problemas. Ahora bien, el problema también es mío.
Tengo un huerto con una incipiente hierba ¿qué hago con ella?. Se me plantean tres opciones, a saber: comprarme un motocultor, comprarme un cortacésped, o una azada. Las dos primeras estarán gravadas con el IVA correspondiente, por lo que sin saberlo, le daré opción a usted y a su familia de costearse con mi dinero, otro de sus viajes al extranjero. El tercero –la azada- aunque esté gravada, sólo le servirá para costearse un bono-bus de corto alcance. Pero el bono-bus para usted, puede ser perjudicial para mi salud, y no digamos el gasto que puede acarrearle a la seguridad social, por lo de las hernias discales me refiero.
La cuarta opción no planteada es dejar las cosas como están y esperar acontecimientos. Pero esta opción me recuerda a la política emprendida por su Gobierno, señor Rodríguez, y tal como están las cosas no quiero arriesgarme a que dentro de nada aparezca por mi domicilio un inspector fiscal y me reclame un tanto por el copyright de tal medida. Me decanto por invertir por la adquisición de un cortacésped a pesar que de césped nada de nada. Al menos, así podré hacerme una foto con hamaca incluida. Y aquel huerto parecerá un jardín. Como usted y los suyos en la Casa Blanca o en los G-20 ……
Pero este extremo lo mantendré en secreto. Y de fotografías nada de nada, que luego con el photoshop ese, me colocan una piscina, y ya tengo a los del catastro que me suben el IBI y otros que me acusan de hacer ilegalidades. Y no digamos si se me acusa de hacer mal uso del agua nitrada.
Ah!, y confío en su discreción. Si acaso, en la tarjeta de Navidad, le mandaré la fotografía….. si es que aún tengo presupuesto para el sello. Y para el sobre, claro.
Verá, se que usted señor Rodríguez, le tiene pánico a según qué fotografías. No lo tuvo cuando sus ministras posaron en una revista, pero sí cuando las fotos no han sido preparadas. Pero ésta no es como las que a usted últimamente le han preocupado. Tampoco, aunque se haya tomado en Menorca, tiene nada que ver con sus primeras –y últimas- vacaciones en nuestra isla, tan o más maravillosa que Lanzarote, por supuesto.
Y esta fotografía viene a corroborar lo que en este mismo medio y este mismo escribidor, aunque con título extranjero, y de ello, hace ya un par de meses, intentaba animarle a usted y a su gobierno. Se trataba entonces de aquellos “brotes verdes” que había localizado por Internet y que se suponía ya empezaban a dar notas de esperanza a los gobiernos respectivos. Sea lo que fuere, parece que aquella reproducción virtual no dio sus frutos –y eso que aún no estaba en marcha lo de la píldora del día después ni mucho menos se daba ya por hecho que las menores pudieran abortar sin conocimiento de sus progenitores- . Y debido a esta política suya, pues lo que todos sabemos: ni brotes, ni verdes, aunque eso sí, de subidas…. muchas.
Verá, puede que en España a usted no le aparezcan los brotes verdes por ningún sitio. En Menorca, en general, según parece tampoco. Pero lo que es en el patio de uno, en la ya Menorca particular, aquella que sin mandamiento judicial no entra nadie sino es un caco, vaya si aparecen brotes. Como los caracoles, vamos.
Y es que tenía tarea atrasada. Antes del verano intenté arreglar un poco el huerto familiar. Ya sabe, cuatro hierbas que se secan, dos ramas que estorban, y mucha hojarasca de años anteriores, que con el viento entran y ensucian la cocina y demás. Y es que ahora, las cosas han cambiado. Antes, aquel huerto estaba rodeado por huertos por todas partes, menos por una –claro está- y todo aquel ramaje servía para hacer un típico “fester” . Pero hoy día eso es impensable. De una península hemos pasado a una isla. Así, aquel huerto está rodeado por viviendas por todas partes, y de “festers” nada de nada. Y así es como aquel huerto familiar fue almacén de hierbas y demás restos de poda.
El verano y la falta de un plan E, impidió que aquel almacén repleto de “restos de poda” tuviera el destino ecológico predestinado, y así aplacé su moderno reciclaje hasta estos días. Pero algo se interpuso en la idea de uno. Tras algunos días de lluvia, la naturaleza, aquella que no entiende de píldoras ni prácticas abortivas, hizo su trabajo.
El viento, también debió de hacer su labor y esparció aquella simiente seca, abolida y dada por muerta, por la tierra. Mezclada la simiente con la madre tierra naturaleza, unos brotes verdes empezaban su andadura. Y aunque a primera vista parezca un campo de césped mal cuidado, no hay césped. Menos aún un campo de golf -no sea que se me asusten los ecologistas-. Sólo es hierba de mil l…. a punto de empezar a llenar el poco espacio, que sin cuidado campeará por sus anchas.
Y a lo que iba, señor Rodríguez. La naturaleza sigue su camino, por mucho que nos empeñemos en hacerle la contraria. Nos dicen que si tiramos nitratos contaminamos el agua. Nos dicen que si tiramos herbicidas también provocamos algún que otro efecto nocivo. Aunque eso sí, nada dicen de los efectos de las píldoras ni otros inventos del hombre científico. Bueno sí, del algunos, si, aunque sea un poco tarde ya.
Ahora cuando el Gobierno ya ha invertido parte de estos cuatrocientos euros del año que viene en las vacunas contra la Gripe A, resulta que ya no es tan virulenta la gripe ni segura la vacuna….
Pero claro, a ustedes les sale más cara una guardería, una ayuda social, un bono bebé, que un embarazo interruptus. Y en tiempo de crisis, la máquina -del dinero, claro- está demasiado estresada como para calentarla en demasía.
Había pensado enviarle esta fotografía para su archivo personal, por lo de los brotes verdes, pero he pensado que me costaría dinero. Y si además me quita usted los cuatrocientos euros, tengo que empezar a reducir gastos. También es verdad que si se lo tengo que remitir por e-mail tengo que darme prisa. Se que a partir del próximo primero de julio me va a costar más caro el Internet, por lo que tal vez prescindiré del mismo, aunque la compañía telefónica tenga que reducir personal. Ya se que lo ha hecho para que gastemos todos nuestros pocos ahorros antes de las vacaciones….., pero es que muchos ya no tenemos ahorros.
También había pensado llamarle por teléfono, pero creo que con la excusa del ahorro en los ministerios no me aceptarán la llamada a cobro revertido. Y más ahora que tienen que reponer los gastos del segundo avión que trasladó a Sonsoles para hacerse la foto con Obama. Y es que de gastos superfluos, hay muchos.
Y ante todo lo expuesto me he propuesto no mandarle foto alguna. Si sus servicios de espionaje le pasan la foto, pues bien. En cambio si no se la mandan, allá usted con sus problemas. Ahora bien, el problema también es mío.
Tengo un huerto con una incipiente hierba ¿qué hago con ella?. Se me plantean tres opciones, a saber: comprarme un motocultor, comprarme un cortacésped, o una azada. Las dos primeras estarán gravadas con el IVA correspondiente, por lo que sin saberlo, le daré opción a usted y a su familia de costearse con mi dinero, otro de sus viajes al extranjero. El tercero –la azada- aunque esté gravada, sólo le servirá para costearse un bono-bus de corto alcance. Pero el bono-bus para usted, puede ser perjudicial para mi salud, y no digamos el gasto que puede acarrearle a la seguridad social, por lo de las hernias discales me refiero.
La cuarta opción no planteada es dejar las cosas como están y esperar acontecimientos. Pero esta opción me recuerda a la política emprendida por su Gobierno, señor Rodríguez, y tal como están las cosas no quiero arriesgarme a que dentro de nada aparezca por mi domicilio un inspector fiscal y me reclame un tanto por el copyright de tal medida. Me decanto por invertir por la adquisición de un cortacésped a pesar que de césped nada de nada. Al menos, así podré hacerme una foto con hamaca incluida. Y aquel huerto parecerá un jardín. Como usted y los suyos en la Casa Blanca o en los G-20 ……
Pero este extremo lo mantendré en secreto. Y de fotografías nada de nada, que luego con el photoshop ese, me colocan una piscina, y ya tengo a los del catastro que me suben el IBI y otros que me acusan de hacer ilegalidades. Y no digamos si se me acusa de hacer mal uso del agua nitrada.
Ah!, y confío en su discreción. Si acaso, en la tarjeta de Navidad, le mandaré la fotografía….. si es que aún tengo presupuesto para el sello. Y para el sobre, claro.
Octubre 09