UCRANIA vs ESPAÑA

Ucrania lleva ya más de un año defendiéndose heroicamente de Rusia, de Putín, y de las ambigüedades de bastantes.  Y sus gentes, en variedad de situaciones.  Unos han huido hacia otros países en busca de refugio.  Otros siguen allí, defendiendo su libertad, pasando las penurias propias de una guerra, muriendo en los bombardeos y en los campos de batalla. Y Ucrania está cerca.  Y Rusia también.

El egoísmo propio hace preguntarme sobre lo que nos pasaría si Rusia invadiera España.  Es difícil saberlo.  Para algunos miembros –“y miembras”- del Gobierno, Putín es un fascista, pero a la vez se niegan a entregar armas a Ucrania.  ¿Ayudamos a Ucrania para que se defienda de este “fascista rojo” o nos mantenemos amigos y neutrales por si las moscas?  No me imagino a la ministra de Igualdad metida en un traje militar y empuñando un arma contra los invasores.  Ni me imagino a Pablo Iglesias conduciendo un TOA hacia la avanzadilla del invasor.  Me imagino -eso sí- una nueva campaña publicitaria del ministerio de Igualdad: “Haz el amor y no la guerra”, mientras algun@s preparan las maletas para huir hacia Venezuela.

No me lo imagino porque dudo de la voluntad en algunos personajes del coro que acompaña a Pedro Sánchez de defender a España ante una invasión exterior. O interior.  Por dudar, incluso dudo de la intervención del Papa Francisco, dada su ambigüedad en el principio. O la incomprensión nuestra.

¿Huir o luchar en defensa de la libertad? ¿Huimos todos?  Querría equivocarme, pero en un país en que los independentistas catalanes contactaron con los rusos para que les ayudaran a conseguir la independencia y en el que parte del Gobierno habla de negociar, parlamentar y desmilitarizar la sociedad, el verbo “luchar” habría sido borrado -por decreto ley- del diccionario, mal que le pesara a Pérez-Reverte.  ¿Quiénes lucharían entonces? ¿Los hombres, mujeres y demás o sólo los hombres?

¿Nos ayudarían las antiguas Brigadas Internacionales o éstas seguirían afines a los rusos? ¿Negociar, rendirse o luchar?  ¿Negociar, el qué? 

Al final, quienes se quedarían luchando serían los pobres por no haberse podido pagar el viaje al extranjero, los nouvinguts y la extrema derecha. Los socialdemócratas -centro izquierda- y la derecha, puede que también.  La izquierda y su extrema, no los busquen, que o bien dialogan o bien ya lo tienen decidido.  Allí veríamos los verdaderos patriotas.  Con banderitas o sin ellas.

Pero por si acaso, mejor será que no vengan los rusos…  Ni de vacaciones.


PUBLICADO EL 2 DE MARZO DE 2023, EN EL DIARIO MENORCA.