MITÓMANOS TITULADOS

No exagero si digo que se me hizo un nudo en el corazón al escuchar a nuestro siempre amado líder, en pleno acto con la sociedad civil en Santiago de Chile, confesar que su compromiso político nació al ver que sus abuelos vivieron y murieron sin saber leer ni escribir. Vamos, un drama. Un trauma intergeneracional.

Tampoco exagero si digo que ese enternecimiento me duró lo que tarda un tuit de Oscar Puente en ser contestado. Primero, porque hace ya bastantes años que la alfabetización dejó de ser un lujo de ricos. De hecho, sus padres, sin ir más lejos, ya nacieron en una sociedad con educación gratuita y universal. Y segundo, bueno, porque lo conocemos.

La semana nos ha dejado más noticias.  De educación, sobre todo, aunque parece más bien titulación a la carta. Formación, dicen unos. Cultura, otros. Y podríamos acudir al diccionario de la RAE, a la Wikipedia o a la IA, pero ¿para qué, si todo depende de la interpretación personal? Para algunos, cultura es conocimiento, pensamiento crítico. Para otros, basta con saber firmar un manifiesto en grupo y cobrar la subvención puntualmente. Todos sabios a su manera.

Y hablando de sabiduría, la congresista Noelia Núñez nos regaló un caso de manual. Y no de resistencia, sino todo lo contrario. Abandonó todos sus cargos tras ser “descubierta” en la travesura de inflar su currículum. Nada grave, solo dijo que tenía no sé cuántas carreras universitarias… que no terminó. Empezarlas sí, pero claro, en esto de las carreras, el mérito no es como el valor en la mili.

Lo más entrañable del caso -sí, he vuelto a enternecerme- es que esta pequeña travesura le ha costado su futuro político.  Al menos, ahora tendrá tiempo para terminarlas. Ya veremos si otros siguen su camino.  O son casos distintos.

Y claro, uno no puede evitar preguntarse: ¿de verdad es necesario mentir para llegar a un escaño? ¿No se puede, simplemente, con tener desparpajo y una cuenta en redes sociales? Y es que, en este país, estado, patria, nación, o como quiera llamársele, es así. Mentir, copiar, maquillar... son deportes nacionales. Aunque también hay quien no miente, simplemente cambia de opinión. O niega lo evidente. Nivel experto, licenciatura en mitomanía con máster incluido.

Y como guinda del pastel, Montoro. El único capaz de lograr algo verdaderamente extraordinario: que todos -sí, todos, desde el extremo izquierdo al rincón derecho- celebremos al unísono que lo investiguen. Aunque eso sí, con una duda: ¿cómo pudo mantenerse un secreto tanto tiempo, en un país donde hasta los secretos de confesión terminan en las portadas de los medios?

PUBLICADO EL 31 DE JULIO DE 2025, EN EL DIARIO MENORCA. 

Memoria Histórica (v3.0)

 

Desde que Zapatero empezó a reescribir la historia y el marido de la Begoña la ha llevado a la editorial, uno ya no sabe si el Quijote era manco o si fue Cristóbal Colón quien descubrió la Luna. Y ya se sabe lo que ocurre cuando un político se mete a científico.  Zapatero a tus zapatos -nunca mejor dicho- como diría Plinio el Viejo.

Y puestos a reescribir la historia ¿por qué no entramos en la máquina del tiempo y la cambiamos?  Imaginémonos que los del Frente Popular hubieran sido menos violentos y no hubieran provocado la Guerra Civil.  España, convertida en una dictadura del proletariado, se hubiera convertido en un país de países, satélite eso sí de la Rusia comunista.  Adornada con banderas rojas y retratos de Stalin en cada escuela, se convierte en el primer satélite soviético con playa. El Kremlin, encantado del enclave comunista frente al Atlántico, convierte a España en “la joya roja del Mediterráneo”.  Hasta aquí todo normal.

Podemos cambiar o reinventar nuestra historia, pero no la de los demás.  Hitler no se hubiera parado en los Pirineos teniendo a los comunistas tan cerca. La invasión nazi comienza con la entrada de la Wehrmacht por los Pirineos con el objetivo de liberar al pueblo español de la tiranía roja… y de llenar los cementerios.

Al terminar la Segunda Guerra Mundial, y como no podía ser de otra manera, los aliados se reparten Europa como si fuera una tarta de cumpleaños.  Alemania se parte en dos y España se unifica bajo la tutela de la Unión Soviética.  A imagen y semejanza de su homónima RDA, España se convierte oficialmente en la República Democrática Española (RDE), tan democrática como es ahora Corea del Norte.

Durante los siguientes 40 años, los españoles disfrutan de las bondades del sistema comunista. Y, por supuesto, de una Stasi ibérica que escucha hasta los pensamientos impuros hacia los camaradas dirigentes. Mientras tanto, en los colegios, los niños aprenden que Cervantes en realidad fue el primer comunista español y que Don Quijote luchaba contra los molinos de viento por ser símbolos del capital.  Y ya no digamos de Cristóbal Colón….

Por suerte, en 1989, cuando cae el Muro de Berlín y el mundo despierta de la pesadilla roja, España también despierta. La RDE desaparece en silencio, sustituida por una nueva república democrática que reniega absolutamente de todo su pasado próximo.  Las estatuas de Largo Caballero y demás dirigentes son destruidas tras el júbilo del populacho y toda referencia al Partido Comunista queda proscrito de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Y fin de la historia que no fue, pero que pudo ser.

PUBLICADO EL 24 DE JULIO DE 2025, EN EL DIARIO MENORCA.

SOBERANÍA NACIONAL

 

¿Se acuerdan de aquello? “¿De quién depende la fiscalía?” Pues eso, del marido de la Begoña.  En el caso de la “soberanía nacional” la Constitución lo deja clarísimo en su artículo 1.2: “La soberanía nacional reside en el pueblo español”. Eso sí, hasta que llegue alguien, se ajuste la americana, se maquille, ponga cara de estadista... y añada mentalmente: “...y el pueblo soy yo”. Vamos, una mezcla de Luis XIV y Barrio Sésamo.

Pero no colará. No debería colar. Al menos, no para quienes todavía tenemos alguna neurona sin anestesiar por la propaganda institucional, los informativos palmeros y contertulianos afines. La soberanía será nacional, pero no es suya. Y tampoco es "popular", por mucho que les encante disfrazarlo de progre.

Porque no es lo mismo “nacional” que “popular”. “Nacional” implica a todo el conjunto del pueblo español, como sujeto único. No la parte que a uno le gusta. Mientras que “popular” suena más a verbena asamblearia, a que cada pueblo, barrio, o república de vecinos puede decidir lo que le venga en gana.

Esto ya lo intentaron Arzallus y Unzueta en tiempos de la ponencia constitucional, con aquello de “los poderes emanan de los pueblos que lo forman...”. Y no coló. Eran otros tiempos. Otra gente. Y otro PSOE.

La manipulación ahora radica en que intentan que el Congreso suplante esta soberanía.  Nos quieren convencer de que como la soberanía reside “en el pueblo”, y el Congreso representa al pueblo, entonces el Congreso es el soberano. Vamos, como si fueran una especie de monarquía parlamentaria, pero sin el rey.  Aquí las premisas y la conclusión no concuerdan. 

El silogismo tiene más agujeros que una raqueta. El Congreso no es el único que representa al pueblo. También está el Senado, aunque lo traten como si fuera un florero o el geriátrico institucional. Y, por supuesto, está el pueblo mismo. Sí, ese que solo invocan cuando hay que salir al balcón para aplaudir o repicar con cacerolas, pero que molesta muchísimo cuando pide votar en referéndum.

Y mientras tanto, van colocando a sus "elegidos" en instituciones que antes eran independientes, como quien reparte cargos en una cena de amigos. Porque total, si ya con mayoría simple vale para todo, ¿para qué complicarse con eso de las mayorías cualificadas o el consenso?

 Y si de verdad creen que la soberanía reside en el pueblo… pues adelante: ¡Convóquese al pueblo! Pero al entero. No solo a los que les ríen las gracias.

Y la nación, patria, estado, país o como quieran que se le llame, no se debería partir a la carta, como si estuviéramos en una pizzería constitucional, con el todo incluido.

PUBLICADO EL 17 DE JULIO DE 2025, EN EL DIARIO MENORCA.

LAS CLOACAS DEL ESTADO

 

Siempre había sido muy escéptico con eso de las cloacas del Estado. ¿Cómo iba a existir algo así en una democracia? Pensaba en casos aislados, hechos puntuales, como solía decir otro Tejero. Como lo de Carrero Blanco. O lo de los GAL. Y lo del 23-F que ni ellos saben lo que pasó. Y luego, y de eso ya hace más de veinte años, el 11-M… otra casualidad histórica más. Todo perfectamente normal. Pero no. Estaba equivocado.

En este país, cada evento traumático tiene su recompensa política: tras la revolución del 34, el Frente Popular. Después del atentado de Carrero, el famoso “no hay mal que por bien no venga”. El 23-F trajo a Felipe González con su PSOE renovado. El 11-M le dio a Zapatero la llave de la Moncloa y del bar Faisán. Y tras la supuesta "policía patriótica", Sánchez. Casualidades de la vida. Pura estadística. ¿Lo próximo? ¿Otro virus? ¿Sabrá Soros de ello?

¿Y quiénes forman esas supuestas cloacas? Algunos insisten en que hay espías, policías, militares… Otros añaden a jueces, fiscales, periodistas y políticos, por aquello de las filtraciones.  Pero si existen, deben ser de lo más variados. Hablamos de una auténtica multinacional del lodo y del todo. Con tarifas cutres y servicios premium. Atacan a diestro y siniestro. Y a lo que pille en medio.

Del 11-M hemos tenido que esperar más de veinte años y aún no sabemos la verdad, y eso que lo vimos en directo. ¿Por qué no se investigaron los fallos de la instrucción y juicio por parte del PSOE? ¿Por qué no se investigaron los fallos de la instrucción y juicio por parte del PP? ¿Qué pactos hubo entre PSOE y PP para no investigar los hechos a fondo? ¿Por qué España no estaba preparada para saberlo? ¿Lo está ya ahora?

Nos merecemos saber qué pasó con el 11-M. Pero los grandes partidos no están ni estaban por la labor. Como algunos funcionarios policiales. Y no, no se trata de teorías conspirativas. Que nadie se asuste. Se trata de dignidad democrática.

Sin verdad no hay justicia. Sin justicia, no hay democracia. Y sin democracia, bueno… tenemos esto. Una tragicomedia de silencios, cloacas y pactos inconfesables. Aquí lo de "transparencia" es como lo de “ni está, ni se le espera”.

Por suerte, la verdad es que las cloacas no discriminan: gobierne quien gobierne, siguen fluyendo como el Manzanares. PP, PSOE, da igual. Lo único que les importa es desestabilizar.

Va siendo hora de abrir las ventanas. De ventilar este sótano institucional que apesta desde hace décadas. Y, sobre todo, de recordar que, mientras nosotros discutimos sobre etiquetas ideológicas, las cloacas siguen currando, día y noche. Festivos incluidos.

PUBLICADO EL 10 DE JULIO DE 2025, EN EL DIARIO MENORCA.

DERECHO A LA VIVIENDA

 

Que la falta de vivienda es un problema es innegable.  Que la política de vivienda es nefasta, más aún.  Y que cada vez será peor, indudable. Y que las mentiras que se vierten sobre el tema son dignas de un estudio psicológico o de doctorado, pues también.

El “famoso” derecho a la vivienda está contemplado en el capítulo de la CE “De los principios rectores de la política social y económica”, al igual que las pensiones y el retorno de los trabajadores españoles que trabajan en el extranjero. Tomen nota.

El desconocimiento por parte de la ciudadanía, la manipulación interesada por parte del sector político y la inacción cómplice de la administración ha propiciado que este principio rector constitucional que, como tal, actúa como un mandato a los poderes públicos obligándolos a definir y ejecutar las políticas necesarias para hacer efectivo dicho derecho, se haya vendido al populacho como el derecho a la “okupación” para satisfacer las necesidades de vivienda.  Ahora sólo faltará que el TC nos diga que la “okupación” es un derecho constitucional.  Apaga y vámonos.

La vivienda es cara, pues sí.  Y los alquileres, también.  ¿Y la construcción?  ¿Por qué no reducen el precio de la construcción? ¿Por qué no fomentan la construcción de viviendas en propiedad y no en alquiler? ¿Les interesa a los poderes públicos mantener la precariedad habitacional? ¿Por qué no fomentan la construcción de viviendas en régimen de propiedad a precios asequibles y reales?

¿Por qué la administración no actúa cediendo terreno público y que los propios ciudadanos promuevan sus propias viviendas? ¿Acaso saben que el ciudadano de a pie no podrá construirse su propia vivienda por el elevado precio de los materiales, mano de obra y licencias administrativas? Entonces, ¿Quién es el culpable? ¿Les interesa más tener amigos en las constructoras?

Es hora de dejar los intereses partidistas a un lado, y de ponerse a trabajar para facilitar medidas para que quien quiera pueda adquirir su propia vivienda. ¿Y cómo?, pues facilitando suelo público, abaratando los costes, bonificando las licencias, eliminado el IVA y como no, facilitando avales hipotecarios a coste reducido. Pero para ello también será necesario crear empleos estables y bien remunerados.

Vamos, menos hablar de la especulación de los propietarios y más actuar contra la especulación de las constructoras.  Y no se preocupen, que cuando todos sean propietarios, se habrá terminado con la especulación.  Y claro está, también se habrá terminado el problema habitacional.

Aunque tal vez eso ya no sea tan rentable, políticamente hablando, claro.

PUBLICADO EL 3 DE JULIO DE 2025, EN EL DIARIO MENORCA.

A DERECHA APRIETA

 

Y a izquierda afloja. Parece un chiste malo, de esos que cuentan en la barra del bar, pero no, resulta que tiene más sentido que lo de las manecillas del reloj o eso tan poético de la salida del Sol. Al menos, se memoriza con facilidad si uno piensa en política. ¡Ay, la política!  Menos mal que hace calor, porque si no, te la encontrarías hasta en la sopa... de letras.

He decidido exiliarme. Políticamente hablando, claro. Porque uno ya tiene una edad y unas decepciones. ¿Quién iba a imaginar que un partido con tanta historia, tanta dignidad, tanta bandera ondeando al viento… acabaría oliendo tanto a podrido? Pero bueno, lo de siempre: los corruptos no son los partidos, son las personas.  Pues sí, toda la razón.

Un día cualquiera. Estación de autobuses. Dos mujeres, la una aprieta y la otra afloja, matan el tiempo con entusiasmo de tertulianas. Una le susurra a la otra lo del día.  Y la otra, que afloja, pero con fanatismo, le suelta un “¡Y los otros qué!” Que si causas pendientes, que si los jueces, que si la hemeroteca. Se abren las puertas del bus y la discusión hace parada.

Me pica la curiosidad, pero me resisto. Me siento lejos. Cambio de canal. Intentaré mirar el parque natural desde la ventana del autobús. Ver el mundo como turista. Observar es otra cosa. No es lo mismo que opinar.

Los márgenes ya están llenos. Ni siquiera ha llegado julio y estamos hasta los topes. El turismo nos está matando -a disgustos-. Nos está despojando de todo lo que no sabíamos que teníamos. Derechos, comodidades, plazas de aparcamiento. Pero claro, ¿qué haríamos sin el turismo? ¿Vivir mejor? Tal vez sí.

Un jubilado sin turistas sería feliz. Volvería a esa infancia que solo existe en las películas en blanco y negro. El médico tendría tiempo, el pan no sabría a plástico, y el profesional estaría al abasto. Pero es utopía. Una fantasía. Porque detrás del turismo, ¿qué hay? Silencio. Y no por misterio, sino porque nadie ha hecho nada. Nadie ha querido hacerlo. ¿Industria? ¿En serio? ¿Cuál? ¿La del souvenir?

La derecha aprieta. La izquierda afloja. Y mientras tanto, nos invaden por aire y mar. Unos llegan en jet privado y otros en Low Cost. Unos traen el Lamborghini y otros el chucho en una cesta de bici. Menorca no crece, ni decrece. Solo se reparte como una pizza familiar en una cena de veinte. Chalé, adosado, hotel, hamaca, autocaravana o furgoneta camper. ¿Proteger o destruir? That’s the question. Que cada uno elija su forma de destruir el paraíso.

En el fondo, Rufián va a tener razón. Hay cutres y hay premium. Los hay con clase y los hay con clase turista. Ni Més ni menys!

PUBLICADO EL 26 DE JUNIO DE 2025, EN EL DIARIO MENORCA.

LOS PELOTAS

 

Que se cree sexy y guaperas, no lo puede negar. Tampoco haría falta que lo confesara.  Lo lleva tatuado en la mirada. De hecho, lo dijo en una entrevista, por aquellos tiempos remotos en los que la televisión no era una extensión del comité central del PSOE. Eran tiempos en los que al encender el televisor no sentías estar asistiendo a una rueda de prensa gubernamental.

Ahora, con medio país mediático abonado al presupuesto público, ya no hay piropos que alcancen. El diccionario ha colapsado. Si quieren seguir adulándolo, tendrán que inventar un nuevo idioma que conjugue bien el peloteo con la bajada de bragas. Y de calzoncillos.

Pero dejemos el pasado glamuroso del "guaperas". Lo verdaderamente interesante no es él, sino su séquito. Esos que lo rodean, lo sostienen, lo aplauden, lo elevan... y, en algunos casos, lo chantajean. Y claro, mientras pague el precio del chantaje político, el suministro de palmaditas en la espalda está garantizado. Lo verdaderamente inexplicable es que haya quienes aún lo apoyan gratis, por convicción, por fe ciega o por pura alergia a la derecha.

Si uno tiene un mínimo de decencia democrática y no está enchufado a la nómina del PSOE -ni vive de una subvención—, cuesta entender cómo puede seguir dándole su voto. Pero claro, la decencia también parece haber pedido asilo en otro país. Para muchos, lo importante es que la derecha no gobierne jamás. Da igual el precio. Ya solo falta que añadan el lema de "¡No pasarán!" en las papeletas, como en la Guerra Civil.

Y aunque uno pudiera llegar a entender este delirio como estrategia electoral, lo que ya roza el surrealismo es que sigan teniendo como líder supremo a un tipo como él. ¿No decían que su partido era el ejemplo de honradez? ¿No hay en todo el PSOE una sola persona honesta, íntegra? ¿De verdad han llegado a ese nivel de dependencia emocional?

¿Qué se puede esperar de alguien que se hizo con el poder interno del partido escondiendo una urna? ¿De alguien que miente más que habla, y cuando habla… también miente?

Y he llegado al final sin mencionar su nombre. Tuvimos al misterioso “Señor X”, a aquel discreto “M. Rajoy”, y ahora al flamante “Número 1”. La diferencia es que este último sí tiene cara y peinado identificable.

Aunque claro… todo esto dependerá, como siempre, de la UCO, de la independencia judicial, y —cómo no— de la decencia democrática de los españoles y asimilados. Y de las ayudas públicas, claro. Porque como bien dice nuestra ministra favorita: “No es magia, son tus impuestos.”


PUBLICADO EL 19 DE JUNIO DE 2025, EN EL DIARIO MENORCA.