¿QUÉ MORIRÁ EL 20-N?

Creo sinceramente que le añoraremos. Y es que pocos encontraremos como él que nos hagan reír a pesar de las penurias que él mismo nos ha provocado. También es cierto que serán millones las familias que se han visto en la desesperación de verse en la más mísera ruina por su hacer, por su no hacer, o simplemente por su mal hacer. Su historia habrá sido por activa y por pasiva. Hubo incluso alguien que en algún momento le llegó a tildar de gafe. Incluso suspiraban para que no asistiera a según que celebración deportiva para asegurarnos la victoria patria. Pero su finiquito está ya firmado.

Firmado y rubricado. Ya no hay vuelta atrás. Ya no la hubo cuando Alfredo -el camarada Alfredo- le leyó la cartilla. Alfredo fue un balón de oxígeno que le salvó de la quema. Pero la mecha seguía encendida. Su socio catalán en los últimos días ha puesto la cerilla, el detonante y la dinamita. No había escapatoria, la suerte –la mala suerte – estaba ya echada.

Zapatero, ZP, Rodríguez, José Luis, el nieto del capitán Lozano, el presidente que más sobrenombres ha detentado en la reciente historia democrática española, finiquita su vida política el 20 de noviembre. Un veinte de noviembre, treinta y seis años después de que Carlos Arias Navarro anunciara a los españoles que “Franco ha muerto”. ¿Qué morirá el 20 de noviembre de 2011?. Sin duda, una transición en coma, una transición mantenida artificialmente gracias a las transfusiones de catalanes, vascos y canarios. Pero tanta mezcla sanguínea no pudo evitar el colapso, el shock séptico de una política envenenada desde su mismo inicio. Un barco en que se ha hundido por negligencia de sus propios tripulantes. Una nave que había perdido el rumbo y buscaba algún corsario que le llevara a puerto. Estos y muchos más ejemplos definirán lo que han sido estos años de la era Zapatero.

Falta aún el as de la manga. Algunos esperarán que ETA haga su aparición anunciando el fin de la barbarie. Otros, los mismos, esperarán que la cifra del paro de octubre refleje los datos de agosto y el éxito sea notable. Otros pocos, esperarán que algún notable europeo de el espaldarazo a alguna política concreta para ralentizar esta muerte anunciada.

Otros y más, volverán a la calle, a indignarse, a culpar al capitalismo y a la derecha para que aquellos votos disgustados con el PSOE no regresen al centro de Rajoy y se queden en la abstención, en el voto nulo, en el no emitido. Y todo esto y más, entra en las perspectivas del marketing de empresa en busca del voto huido, prestado.

Al final, mucho al final, Zapatero ha vencido. Su memoria histórica habrá al fin vencido a Franco. Y sin necesidad de leyes, ni de consensos. Y por imperativo legal de Alfredo, de sus asesores, de quien sabe quién, y por decreto. ¡Franco ha muerto!. El 20-N también.


PUBLICADO EL 2 AGOSTO 2011, EN EL DIARIO MENORCA.