HOY COCINO YO

              Si la semana pasada era el CIS quien cocinaba encuestas, en ésta somos el resto quienes nos
 colocamos el birrete y cocinamos ya no encuestas, sino resultados. Como suele ocurrir tras cada 
resaca electoral, todos ganan.  Unos Mas, y otros también.
 
 Casi el noventa por ciento de catalanes piden la independencia en las urnas, salta el titular nacionalista.  No llegan a un tercio los catalanes inscritos en el censo que expresan su deseo de ser independientes.
Tampoco hay que desanimarse.  Aún hay tiempo para que el setenta por ciento de catalanes y asimilados que no participaron en la parodia, puedan hacerlo.  Hasta la última semana de noviembre los catalanes y asimilados podrán seguir ejerciendo su paseo por las urnas.  Eso sí, junto al voto viajarán también los datos del votante. 
No llegan ni a  dos millones los catalanes y asimilados que manifestaron querer   irse de España, ¡y eso incluyendo a menores de edad!  ¡Y quienes hayan podido votar en varias ocasiones! El resto, no sabe no contesta para unos.  No entran en el juego, para otros.
La presunta desobediencia de quienes dirigen una institución,  ha llevado a un tercio de la población  electoral a secundar un pulso a los jueces y a las demás instituciones del Estado. 
Y ahora, querrán sentarse a negociar. Y se sentarán.  Es otro claro ejemplo de que en política, todo vale.  Ni Mas se sentará en el banquillo, presuntamente, claro, ni el Estado les excluirá de beneficios fiscales.  Sino, todo lo contrario. 
En esta ocasión, hay un día después.  Como ya hubo días anteriores, con presuntos contactos secretos –y no precisamente de Paco Nicolás- e invitaciones de cómo eludir la actuación de la fiscalía.
De momento, Rajoy, cuestionado por propios y ajenos, muestra cautela.  Ni tanques ni intervención policial.  Si no se mojó el Tribunal Constitucional, porqué debería hacerlo él. La propaganda no jugaba a su favor, y el victimismo se delata por sí sólo.
Y ahora se abren más vías, y no precisamente de diálogo. Mas, está acorralado. Deberá convocar elecciones y perderá éstas en favor de Esquerra Republicana.  Pedro Sánchez jugará a la reforma constitucional e intentará constituir un estado federal.  Con suerte, Rajoy permanecerá inalterable, y esperará que sean las urnas de aquí a un año las que  le den o le quiten la razón.  Y que sean estas mismas urnas las que decidan la suerte de Cataluña y la de España.
Y siempre estamos a tiempo de votar  si queremos a Cataluña o la emancipamos.

De momento,  la cordura impera.

PUBLICADO EL 13 NOVIEMBRE 2014, EN EL DIARIO MENORCA.