Desde que se ha implantado la costumbre de señalar los días del calendario con celebraciones de algo, la rutina hace que nos acordemos de tal o cual menester, según se acerca la fecha en que se celebra el día, y por ende, el despreocuparnos el resto del año. Así, tenemos el día de la paz, el de la infancia, el de la mujer trabajadora, incluso el día sin coches, y un largo etcétera que implicará si no nos moderamos, el tener que ampliar el calendario y todo lo que ello conllevaría. Así, sin duda, por decreto del almanaque, legalmente seríamos más jóvenes, prácticamente trabajaríamos más tiempo, y como no, la esperanza de vida sería menor. Pero no adelantemos acontecimientos. Lo que sí deberíamos procurar sería la erradicación de los motivos que provocan algunas de estas celebraciones.
Hace unas fechas, pocas fechas, se celebraba el día contra la violencia de género. Todo han sido manifiestos, adhesiones.. y datos. Datos de lo hecho, de lo ocurrido, comparaciones anuales y demás. Y son datos …. preocupantes. Escribo deprisa y no he comparado estadísticas. Tanto me da. Poco me importa si, estadísticamente hablando, ha habido más o menos delitos contra la propiedad que de violencia de género. Lo que sí me preocupa es que de violencia de género, hay mucho. Muchísimo, si nuestro fin, nuestra tendencia es la “tolerancia zero” –con Z de Zapatero, por supuesto”.
Esta vez las estadísticas hablan por sí solas. En dos años, se han dictado en España ochenta mil órdenes de protección, y se han fallado cincuenta mil sentencias condenatorias a otros tantos agresores. ¡Cincuenta mil!.
Pero la cuestión no son los cincuenta mil condenados, no. Las estadísticas hay que abordarlas de otra forma : la real, la que no sale en las propagandas electorales ni por supuesto, la que emite el organismo que las solicita.
Si se han dictado ochenta mil órdenes de protección y “sólo” se han condenado a cincuenta mil maltratadores ¿qué ha ocurrido con las otras treinta mil supuestas causas que han quedado sin condena?
Segunda cuestión, si en España hay un total de sesenta y siete mil reclusos, es de suponer que de estos cincuenta mil condenados, pocos serán los que habrán pisado la cárcel y se habrán quedado en ella. ¿Acaso se pretende intoxicar a la población, haciéndonos creer que los maltratadores actualmente van todos a la cárcel ? Y es que una cosa es condenar, y otra es meter en la cárcel al delincuente. ¿Acaso creen que si a un maltratador no lo mandan a la cárcel, al que conduzca borracho sí lo van a meter?, pero bueno, esto será tema para otro día. ¡Que tema hay para rato….!.
Y en Menorca, ¿qué ocurre?. Según los últimos datos que han salido publicados, un cincuenta por cierto de las víctimas de la violencia de género, son menorquinas. Y por ende, el otro cincuenta por ciento, extranjeras y peninsulares. Ahora bien, este cincuenta por ciento de menorquinas, o bien lo son de nacimiento y llevan bastantes años en Menorca. Vale, hasta aquí la concienciación de que es un problema que nos atañe a todos y no es un “problema de afuera”. Y por ello mismo, se abrirá un amplio abanico en cuanto a la posición social de la víctima. Intentar crear un perfil de la misma, sin conocer otros datos, resultará difícil y como no, erróneo. Cuarentena de años, sin trabajo estable y madre de familia, puede ser la presuposición por deducción lógica de quien pretende analizar sólo con suposiciones teóricas de la lógica social. Pero, ¿qué es del maltratador?. ¿Es menorquín, es extranjero, es peninsular, o lleva también muchos años en Menorca?. Nada dicen de él. Y es de él del que deberíamos de hablar. Por supuesto habrá menorquines de nacimiento, de pura cepa, que estarán metidos en esta lista de repudiados sociales. Porque habrá menorquines cuya única cultura será la de aferrarse al machismo arcaico y caduco. Pero tampoco nos debe de preocuparnos en demasía este perfil de la cuarentena. Tiene por su edad, fecha de caducidad en cuanto a sentirse víctima. Debe preocuparnos las jóvenes generaciones.
¿Qué ocurrirá con estas incipientes juventudes, que se creen amos del mundo? ¿Qué sucederá cuando estos aspirantes a adultos, se encuentren llenos de responsabilidades, y sin el apoyo de una mano que les ha guiado y protegido durante su aprendizaje? ¿Qué ocurrirá cuando se encuentren solos ante los problemas cotidianos y sin experiencia ante la frustración?. Aquí es también hacia donde debemos de mirar.
Ya ha pasado la fecha en cuestión. Es hora de buscar otra fecha en el calendario y dirigir nuestros escritos a este nuevo problema, a esta nueva ilusión….Atrás quedará la víctima y su temor, su familia y su agresor. Ahora tocará hablar de….., bueno y mañana de otro y de otro, y más otro.
Desde lejos, Evo Morales, Chavez, Mahmud Ahmadineyad y la sombra de Fídel Castro, sobrevuelan la amistad de Zapatero…… Y es que de verdad, la política es como un matrimonio……, diría algún libre pensador.
Hace unas fechas, pocas fechas, se celebraba el día contra la violencia de género. Todo han sido manifiestos, adhesiones.. y datos. Datos de lo hecho, de lo ocurrido, comparaciones anuales y demás. Y son datos …. preocupantes. Escribo deprisa y no he comparado estadísticas. Tanto me da. Poco me importa si, estadísticamente hablando, ha habido más o menos delitos contra la propiedad que de violencia de género. Lo que sí me preocupa es que de violencia de género, hay mucho. Muchísimo, si nuestro fin, nuestra tendencia es la “tolerancia zero” –con Z de Zapatero, por supuesto”.
Esta vez las estadísticas hablan por sí solas. En dos años, se han dictado en España ochenta mil órdenes de protección, y se han fallado cincuenta mil sentencias condenatorias a otros tantos agresores. ¡Cincuenta mil!.
Pero la cuestión no son los cincuenta mil condenados, no. Las estadísticas hay que abordarlas de otra forma : la real, la que no sale en las propagandas electorales ni por supuesto, la que emite el organismo que las solicita.
Si se han dictado ochenta mil órdenes de protección y “sólo” se han condenado a cincuenta mil maltratadores ¿qué ha ocurrido con las otras treinta mil supuestas causas que han quedado sin condena?
Segunda cuestión, si en España hay un total de sesenta y siete mil reclusos, es de suponer que de estos cincuenta mil condenados, pocos serán los que habrán pisado la cárcel y se habrán quedado en ella. ¿Acaso se pretende intoxicar a la población, haciéndonos creer que los maltratadores actualmente van todos a la cárcel ? Y es que una cosa es condenar, y otra es meter en la cárcel al delincuente. ¿Acaso creen que si a un maltratador no lo mandan a la cárcel, al que conduzca borracho sí lo van a meter?, pero bueno, esto será tema para otro día. ¡Que tema hay para rato….!.
Y en Menorca, ¿qué ocurre?. Según los últimos datos que han salido publicados, un cincuenta por cierto de las víctimas de la violencia de género, son menorquinas. Y por ende, el otro cincuenta por ciento, extranjeras y peninsulares. Ahora bien, este cincuenta por ciento de menorquinas, o bien lo son de nacimiento y llevan bastantes años en Menorca. Vale, hasta aquí la concienciación de que es un problema que nos atañe a todos y no es un “problema de afuera”. Y por ello mismo, se abrirá un amplio abanico en cuanto a la posición social de la víctima. Intentar crear un perfil de la misma, sin conocer otros datos, resultará difícil y como no, erróneo. Cuarentena de años, sin trabajo estable y madre de familia, puede ser la presuposición por deducción lógica de quien pretende analizar sólo con suposiciones teóricas de la lógica social. Pero, ¿qué es del maltratador?. ¿Es menorquín, es extranjero, es peninsular, o lleva también muchos años en Menorca?. Nada dicen de él. Y es de él del que deberíamos de hablar. Por supuesto habrá menorquines de nacimiento, de pura cepa, que estarán metidos en esta lista de repudiados sociales. Porque habrá menorquines cuya única cultura será la de aferrarse al machismo arcaico y caduco. Pero tampoco nos debe de preocuparnos en demasía este perfil de la cuarentena. Tiene por su edad, fecha de caducidad en cuanto a sentirse víctima. Debe preocuparnos las jóvenes generaciones.
¿Qué ocurrirá con estas incipientes juventudes, que se creen amos del mundo? ¿Qué sucederá cuando estos aspirantes a adultos, se encuentren llenos de responsabilidades, y sin el apoyo de una mano que les ha guiado y protegido durante su aprendizaje? ¿Qué ocurrirá cuando se encuentren solos ante los problemas cotidianos y sin experiencia ante la frustración?. Aquí es también hacia donde debemos de mirar.
Ya ha pasado la fecha en cuestión. Es hora de buscar otra fecha en el calendario y dirigir nuestros escritos a este nuevo problema, a esta nueva ilusión….Atrás quedará la víctima y su temor, su familia y su agresor. Ahora tocará hablar de….., bueno y mañana de otro y de otro, y más otro.
Desde lejos, Evo Morales, Chavez, Mahmud Ahmadineyad y la sombra de Fídel Castro, sobrevuelan la amistad de Zapatero…… Y es que de verdad, la política es como un matrimonio……, diría algún libre pensador.
PUBLICADO EL 3 DICIEMBRE 2007, EN EL DIARIO MENORCA