Pues sí, flaco favor hacen algunos a sus supuestas lealtades hacia unas siglas, ideas, partido o demás. Flaco favor si estas lealtades fueran tales. Hoy en día sólo existen lealtades cuando la diferencia de nivel es exagerada. Así, si ya es difícil que el vasallo sea leal a su rey y el empleado a su jefe, ¿cómo lograrlo cuando la diferencia de nivel está a tiro de piedra?.
Cuando a tiro de piedra, está asequible la presa, más le valdrá al primero guardarse las espaldas si no quiere perder el sustento de su jubilación. Y estos días ha ocurrido lo previsible, lo cantado y anunciado desde hace meses, años... Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy , han demostrado a los españoles que el primer interés que tienen, antes que España, que el PP y que su ideología, son ellos. Cada uno excluyendo a los demás. Y luego, eso sí, no tenemos por qué dudarlo, puede estar España, el partido y los españoles, todo ello en segundo plano, pero en el primero, ellos, siempre ellos.
Flaco favor han hecho a la credibilidad política, los políticos del PSOE. Ahora resulta que Ruiz Gallardón , representa la España moderna, la derecha asequible a gobernar, y como no, un líder con exponente. A la vez atacan a ambos –Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre- de querer dejar la alcaldía y la Comunidad de Madrid, huérfana de representante. ¿Acaso Joana Barceló no lo intentó sin éxito –no por ella, sino por los “supuestos” intereses mallorquines- de compaginar el Consell con el Congreso? ¿Seguimos?.
La culpa, pero, no es toda de unos, ni de otros. Rajoy no supo, no quiso, no le dejaron, o lo que fuere, arreglar el problema cuando empezaron las disputas entre Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre. Si Rajoy, hubiera sabido imponerse y hacer acatar la disciplina que se debía en el primer momento, hoy día ni se hablaría de Ruiz Gallardón ni de Esperanza Aguirre. Si Rajoy hubiera ganado las pasadas elecciones locales y autonómicas, tampoco. Y es que las elecciones se ganan desde el primer día que se terminan las anteriores. Y eso lo saben muy bien en Ciutadella, con las fiestas de Sant Joan.
Y lo que España necesita no es un gobierno que se pelee entre ellos, y ni mucho menos una guerra interna para alcanzar el poder. Primero se deben arreglar las guerras internas, y luego, el vencedor ya se encargará de formar el equipo para presentarse a las elecciones. Y no, después. Y en esto, Rajoy no ha dado la talla que se le espera para llevar las riendas de un pueblo raro, muy raro.
¿Cómo será capaz de dirigir una nación con tanta diversidad de opiniones como es España, si no es capaz de mantener en su sitio a cuatro dirigentes de su partido? ¿Cómo logrará aunar esfuerzos para llevar a cabo un proyecto de gobierno si no es capaz de convencer a sus propios?.
Flaco favor se hizo a si mismo, dejando que se siguieran alentando, fomentando disputas entre ellos, y flaco favor han hecho los disputados, -que no diputados- en exteriorizar su enfado y frustración. Como flaco favor le hizo Matas, abandonando, huyendo de las tareas que el pueblo le otorgó en la oposición.
Y es que ahora, en Madrid, aquella cara transformada, aquel rostro exteriorizado de enfado, de frustración, que no deja lugar a dudas de su pensamiento, es demasiado cruel para los que trabajan y se ganan su vida y prestigio en tan hipócrito trabajo, como es la política. No es digno de quien dice querer trabajar para España y los españoles.
Puestas así las cosas, ni Rajoy, ni Ruiz Gallardón, ni Esperanza Aguirre se merecen liderar el partido mayoritario de la actual oposición. Y también añado, ni Zapatero, ni Solbes y ni mucho menos Fernandez de la Vega, se merecen seguir en el Gobierno. Uno ya está harto de tanto mitin tras cada rueda de prensa de los consejos de ministros. ¡Que una cosa es un acto informativo del Gobierno y otra la secretaría de comunicación del PSOE!, sra de la Vega. ¿Qué hubiera ocurrido si Zapatero no hubiera ganado las elecciones? Sencillamente nadie lo conocería ya. Sería el invicto desconocido. Y Solbes, pasó de ser un profesional en la materia -temas económicos- a ser un artífice en cuanto a disfrazar los números. Y esto tampoco es de recibo.
Ante todo ello, apuesto por dos nombres, Federico para el PP, y Serenita Mô para el PSOE. O viceversa. Tanto les daría liderar un partido como otro. ¿Acaso la finalidad de los mismos no es el bien de los demás?
Termino el escrito aquí, no sea que se me acuse de rendir pleitesía a Baco, o a cosas peores y más modernas. Y es que, soñar aún está libre de impuestos….. aunque no de críticas.
Cuando a tiro de piedra, está asequible la presa, más le valdrá al primero guardarse las espaldas si no quiere perder el sustento de su jubilación. Y estos días ha ocurrido lo previsible, lo cantado y anunciado desde hace meses, años... Ruiz Gallardón, Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy , han demostrado a los españoles que el primer interés que tienen, antes que España, que el PP y que su ideología, son ellos. Cada uno excluyendo a los demás. Y luego, eso sí, no tenemos por qué dudarlo, puede estar España, el partido y los españoles, todo ello en segundo plano, pero en el primero, ellos, siempre ellos.
Flaco favor han hecho a la credibilidad política, los políticos del PSOE. Ahora resulta que Ruiz Gallardón , representa la España moderna, la derecha asequible a gobernar, y como no, un líder con exponente. A la vez atacan a ambos –Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre- de querer dejar la alcaldía y la Comunidad de Madrid, huérfana de representante. ¿Acaso Joana Barceló no lo intentó sin éxito –no por ella, sino por los “supuestos” intereses mallorquines- de compaginar el Consell con el Congreso? ¿Seguimos?.
La culpa, pero, no es toda de unos, ni de otros. Rajoy no supo, no quiso, no le dejaron, o lo que fuere, arreglar el problema cuando empezaron las disputas entre Ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre. Si Rajoy, hubiera sabido imponerse y hacer acatar la disciplina que se debía en el primer momento, hoy día ni se hablaría de Ruiz Gallardón ni de Esperanza Aguirre. Si Rajoy hubiera ganado las pasadas elecciones locales y autonómicas, tampoco. Y es que las elecciones se ganan desde el primer día que se terminan las anteriores. Y eso lo saben muy bien en Ciutadella, con las fiestas de Sant Joan.
Y lo que España necesita no es un gobierno que se pelee entre ellos, y ni mucho menos una guerra interna para alcanzar el poder. Primero se deben arreglar las guerras internas, y luego, el vencedor ya se encargará de formar el equipo para presentarse a las elecciones. Y no, después. Y en esto, Rajoy no ha dado la talla que se le espera para llevar las riendas de un pueblo raro, muy raro.
¿Cómo será capaz de dirigir una nación con tanta diversidad de opiniones como es España, si no es capaz de mantener en su sitio a cuatro dirigentes de su partido? ¿Cómo logrará aunar esfuerzos para llevar a cabo un proyecto de gobierno si no es capaz de convencer a sus propios?.
Flaco favor se hizo a si mismo, dejando que se siguieran alentando, fomentando disputas entre ellos, y flaco favor han hecho los disputados, -que no diputados- en exteriorizar su enfado y frustración. Como flaco favor le hizo Matas, abandonando, huyendo de las tareas que el pueblo le otorgó en la oposición.
Y es que ahora, en Madrid, aquella cara transformada, aquel rostro exteriorizado de enfado, de frustración, que no deja lugar a dudas de su pensamiento, es demasiado cruel para los que trabajan y se ganan su vida y prestigio en tan hipócrito trabajo, como es la política. No es digno de quien dice querer trabajar para España y los españoles.
Puestas así las cosas, ni Rajoy, ni Ruiz Gallardón, ni Esperanza Aguirre se merecen liderar el partido mayoritario de la actual oposición. Y también añado, ni Zapatero, ni Solbes y ni mucho menos Fernandez de la Vega, se merecen seguir en el Gobierno. Uno ya está harto de tanto mitin tras cada rueda de prensa de los consejos de ministros. ¡Que una cosa es un acto informativo del Gobierno y otra la secretaría de comunicación del PSOE!, sra de la Vega. ¿Qué hubiera ocurrido si Zapatero no hubiera ganado las elecciones? Sencillamente nadie lo conocería ya. Sería el invicto desconocido. Y Solbes, pasó de ser un profesional en la materia -temas económicos- a ser un artífice en cuanto a disfrazar los números. Y esto tampoco es de recibo.
Ante todo ello, apuesto por dos nombres, Federico para el PP, y Serenita Mô para el PSOE. O viceversa. Tanto les daría liderar un partido como otro. ¿Acaso la finalidad de los mismos no es el bien de los demás?
Termino el escrito aquí, no sea que se me acuse de rendir pleitesía a Baco, o a cosas peores y más modernas. Y es que, soñar aún está libre de impuestos….. aunque no de críticas.
PUBLICADO EL 23 ENERO 2008 EN EL DIARIO MENORCA