Y está más claro que el agua. Sólo los políticos, aquellos especímenes que viven de la política, sólo aquellos que de la vocación al prójimo hacen su profesión, ganan. Los demás, por mucho que queramos vender la papeleta el día después, de que “han ganado los nuestros”, perdemos. Y perdemos en todos los sentidos. Tanto en el económico con en el moral.
Económico porque tendremos que mantener en la poltrona a estos nuevos inquilinos de la cosa pública, y como no, mantener el subsidio de los que en teoría se les habrá dado puerta. Así, tendremos el pasado y el presente cobrando del futuro de nuestras pensiones, de nuestro trabajo y de nuestros impuestos. ¡Vaya negocio que habremos hecho!.
Y en el tema moral porque, por mucho que todos tengamos pleno convencimiento de que de lo prometido, nada, siempre se esperará que, por una vez, cumplan lo que prometieron en una campaña electoral. ¿Por qué tiene que ser ésta, distinta a las anteriores?, nos recordará nuestra conciencia cuando veamos naufragar nuestras expectativas.
Y quien parece que va perdiendo todas las expectativas puestas en estas elecciones es quien esto subscribe. Hace ya algunas fechas, que me brindaba para comer con Mariano Rajoy. No en vano éste comentó que uno de sus propósitos era comer con cada uno de los españoles. Y era la segunda vez que se hacía pública dicha intención. Y así se lo hice saber públicamente también, en el escrito titulado “¿En mi casa o en la suya?”, pero se ve que el servicio de información del partido no ha sabido transmitir mis intenciones o la han considerado poco saludable. ¿Acaso están en condiciones de rechazar un potencial voto?. Pero por si las cosas, no por el voto, reitero mi ofrecimiento para con el señor Rajoy, y digo bien cuando he escrito, “para con”, que una cosa es la intimidad, y otra la multitud…..
Pero Rajoy parece que no tendrá mucho tiempo para comidas, o al menos para el postre. Y es que cuando las cosas van mal, la tendencia es ir a peor. Aún permanece viva en la memoria todo el asunto de la designación de candidatos entre Ponent y Llevant, que van y anulan la comida y el acto electoral en Ciutadella y lo trasladan a Mahón, primeramente por problema de agenda, para a continuación añadir que es por la proximidad del aeropuerto. ¡Y es que sólo les faltaba que les recordáramos el tema del aeropuerto!. ¿Cuál será la próxima?.
Aunque bueno, al menos Rajoy viene. Al menos Rajoy, se acuerda de nosotros a la hora de pedir nuestro voto. Hay otros que ya se encargan de conquistarnos el voto con unos cuatrocientos euros de los que nadie se fía , pero de los que todos nos hacemos ilusiones….. ¡Y a distancia!.
Y acortar las distancias es lo que pretende los políticos en estas fechas preelectorales. Ahora sólo faltará que algún político mahonés vaya y exija que se cumpla la ley de capitalidad y así perder los votos de la part de ponent. Y es que en política falta mucha visión futura, y como no, mucho tacto. Otros, con mejor vista y mejor futuro, ya han sabido obrar en consecuencia. Y no ahora, si no desde el mismo momento después de las últimas elecciones. Así, pactos que antes no se entendían, poco a poco, van tomando forma y uno intuye, sus motivos. Y es que una silla, un retiro dorado, bien vale un apretón de manos.
Y hablando de sillas y apretones de manos. Vendrán días de globos y parabienes. De apretones de manos, claveles y plantitas, caramelos y pegatinas. Mientras, el índice del paro irá creciendo y los talantes irán reclamando mayor tensión. Ya lo dijo Zapatero, que les convenía que hubiera tensión, por mucho que quisiera luego disfrazarlo Iñaki. ¿Tensión o crispación?. Y luego la vuelta al ruedo con Guerra al frente. Ahora resulta que para hacer las paces, para reconducir lo dicho, va Alfonso Guerra y compara a la Iglesia con los fanáticos islámicos. ¿Dónde cree que está viviendo este señor? ¿Acaso cree que en un país islámico le dejarían decir tales tonterías?. ¿Acaso pretende ZP provocar la tensión con la salida al ruedo de Alfonso Guerra?. ¿Todo vale para ganar unas elecciones? ¿Habrá que recordarles la infracción a la ley electoral que hicieron miles de socialistas en la víspera de las generales pasadas?.
Y en política todos, casi todos, perdemos. Y los mayores más. Y si no, que se les pregunte a estas decenas y decenas de menorquines, personas mayores todas, en el umbral de la pobreza, con una viudedad o jubilación de vergüenza, que desde hace meses están a la espera de que se les haga la oportuna inspección médica para poder acceder a las ayudas de la tan prometida “ley de dependencia” . Ley que desde hace un par de años van paseando como un logro social, y de la que muy pocos se han visto beneficiados. Eso sí, los jóvenes, este futuro prometedor en cuanto al panorama electoral, tienen suficientes motivos para dar ganancia a los políticos. Y si no, allí está la propaganda institucional para las “ajudes a l’ emancipació” .
Y es que el chip oportunista sigue funcionando en la materia gris de algunos. Para algunos la independencia prima más que la dependencia. O lo que es lo mismo, el marketing. El potencial del voto joven dura más legislaturas que un voto ya anciano. Y seguimos perdiendo.
Económico porque tendremos que mantener en la poltrona a estos nuevos inquilinos de la cosa pública, y como no, mantener el subsidio de los que en teoría se les habrá dado puerta. Así, tendremos el pasado y el presente cobrando del futuro de nuestras pensiones, de nuestro trabajo y de nuestros impuestos. ¡Vaya negocio que habremos hecho!.
Y en el tema moral porque, por mucho que todos tengamos pleno convencimiento de que de lo prometido, nada, siempre se esperará que, por una vez, cumplan lo que prometieron en una campaña electoral. ¿Por qué tiene que ser ésta, distinta a las anteriores?, nos recordará nuestra conciencia cuando veamos naufragar nuestras expectativas.
Y quien parece que va perdiendo todas las expectativas puestas en estas elecciones es quien esto subscribe. Hace ya algunas fechas, que me brindaba para comer con Mariano Rajoy. No en vano éste comentó que uno de sus propósitos era comer con cada uno de los españoles. Y era la segunda vez que se hacía pública dicha intención. Y así se lo hice saber públicamente también, en el escrito titulado “¿En mi casa o en la suya?”, pero se ve que el servicio de información del partido no ha sabido transmitir mis intenciones o la han considerado poco saludable. ¿Acaso están en condiciones de rechazar un potencial voto?. Pero por si las cosas, no por el voto, reitero mi ofrecimiento para con el señor Rajoy, y digo bien cuando he escrito, “para con”, que una cosa es la intimidad, y otra la multitud…..
Pero Rajoy parece que no tendrá mucho tiempo para comidas, o al menos para el postre. Y es que cuando las cosas van mal, la tendencia es ir a peor. Aún permanece viva en la memoria todo el asunto de la designación de candidatos entre Ponent y Llevant, que van y anulan la comida y el acto electoral en Ciutadella y lo trasladan a Mahón, primeramente por problema de agenda, para a continuación añadir que es por la proximidad del aeropuerto. ¡Y es que sólo les faltaba que les recordáramos el tema del aeropuerto!. ¿Cuál será la próxima?.
Aunque bueno, al menos Rajoy viene. Al menos Rajoy, se acuerda de nosotros a la hora de pedir nuestro voto. Hay otros que ya se encargan de conquistarnos el voto con unos cuatrocientos euros de los que nadie se fía , pero de los que todos nos hacemos ilusiones….. ¡Y a distancia!.
Y acortar las distancias es lo que pretende los políticos en estas fechas preelectorales. Ahora sólo faltará que algún político mahonés vaya y exija que se cumpla la ley de capitalidad y así perder los votos de la part de ponent. Y es que en política falta mucha visión futura, y como no, mucho tacto. Otros, con mejor vista y mejor futuro, ya han sabido obrar en consecuencia. Y no ahora, si no desde el mismo momento después de las últimas elecciones. Así, pactos que antes no se entendían, poco a poco, van tomando forma y uno intuye, sus motivos. Y es que una silla, un retiro dorado, bien vale un apretón de manos.
Y hablando de sillas y apretones de manos. Vendrán días de globos y parabienes. De apretones de manos, claveles y plantitas, caramelos y pegatinas. Mientras, el índice del paro irá creciendo y los talantes irán reclamando mayor tensión. Ya lo dijo Zapatero, que les convenía que hubiera tensión, por mucho que quisiera luego disfrazarlo Iñaki. ¿Tensión o crispación?. Y luego la vuelta al ruedo con Guerra al frente. Ahora resulta que para hacer las paces, para reconducir lo dicho, va Alfonso Guerra y compara a la Iglesia con los fanáticos islámicos. ¿Dónde cree que está viviendo este señor? ¿Acaso cree que en un país islámico le dejarían decir tales tonterías?. ¿Acaso pretende ZP provocar la tensión con la salida al ruedo de Alfonso Guerra?. ¿Todo vale para ganar unas elecciones? ¿Habrá que recordarles la infracción a la ley electoral que hicieron miles de socialistas en la víspera de las generales pasadas?.
Y en política todos, casi todos, perdemos. Y los mayores más. Y si no, que se les pregunte a estas decenas y decenas de menorquines, personas mayores todas, en el umbral de la pobreza, con una viudedad o jubilación de vergüenza, que desde hace meses están a la espera de que se les haga la oportuna inspección médica para poder acceder a las ayudas de la tan prometida “ley de dependencia” . Ley que desde hace un par de años van paseando como un logro social, y de la que muy pocos se han visto beneficiados. Eso sí, los jóvenes, este futuro prometedor en cuanto al panorama electoral, tienen suficientes motivos para dar ganancia a los políticos. Y si no, allí está la propaganda institucional para las “ajudes a l’ emancipació” .
Y es que el chip oportunista sigue funcionando en la materia gris de algunos. Para algunos la independencia prima más que la dependencia. O lo que es lo mismo, el marketing. El potencial del voto joven dura más legislaturas que un voto ya anciano. Y seguimos perdiendo.
PUBLICADO EL 20 FEBRER 2008, EN EL DIARIO MENORCA.