Pues no, no es de sabios. O por lo menos en esta ocasión. Y más aún cuando quien rectifica es quien esto escribe. Y si se rectifica, es sencillamente porque uno ha errado. Y el error, dentro de lo posible, hay que enmendarlo. Y esta vez no voy a criticar a nuestro invicto presidente Rodríguez, Zapatero para más señas. Ni a él, ni a ninguna de sus ministras, ni por supuesto, ministros. No. El escrito de hoy, va a ser todo lo contrario.
Si en mis últimos escritos he intentado –por activa y por pasiva, como suele decirse- criticar el abusivo engaño con el que ZP, en calidad de candidato a renovar la presidencia del Gobierno, se nos dirigía a todo el potencial electorado prometiéndonos una paga de cuatrocientos euros, si con nuestros votos, conseguía permanecer en la poltrona del banco azul, y ahora cuando llegaba el momento de pasar por caja, eliminaba de un plumazo a la mayor parte de la clase pasiva, y por ende, a la más necesitada; política ésta claramente de carácter conservador y negadamente social –por lo de socialista- , ahora me he dado cuenta que iba equivocado. ¡Equivocadísimo!.
Y a eso vamos. Y toca rectificar. Y es que ahora me he dado cuenta, calculadora en mano, que Zapatero, Rodríguez, ZP, o como toque llamársele en este momento, invicto presidente del Gobierno español, en esta decisión que ha tomado posteriormente a la toma de posesión del cargo, si no ha beneficiado a los pensionistas, por lo menos no los ha perjudicado. Y eso lo digo, lo escribo, convencidísimo. Y aunque parezca mentira, es cierto. Supongo también, que en su decisión, algo habrá tenido que ver la opinión experta del ministro de la economía –o de la crisis económica- señor Solbes. Y es que de eso, sabe mucho.
Y el montante del error, no son cuatrocientos euros, no. Calculadora en mano, las cuentas salen duplicadas: son ochocientos los euros en juego. Pero al Gobierno, las cuentas, de una forma u otra, le tienen que salir. Y vaya si le salen…..
A uno, no le salen las cuentas. Resulta que al gobierno, poco o nada le importa que los jubilados, viudas y demás clases pasivas del Estado puedan o no gastarse estos cuatrocientos euros. Lo que de verdad le importa al Gobierno es que estos cuatrocientos euros sean los de cada uno, no del Gobierno. ¡Y luego van y dicen que con esta ayuda se quedan sin dinero!. ¡Si el dinero es nuestro…..!
Ahora resulta que el Gobierno no da el dinero, sólo lo presta, eso sí, sin interés alguno. Bueno, interés en términos bancarios, porque lo que fue “interés político” vale más no abrir boca, y más teniendo en cuenta que hoy no toca criticar al Gobierno, sino todo lo contrario.
Y el Gobierno nos presta el dinero –máximo cuatrocientos euros- hasta el mes de mayo del año que viene. Así, en el 2009, cuando hagamos la declaración de la renta, o bien nos lo cobrará, o bien se lo pagaremos. O sea, que se lo queda el Gobierno. Y es más, insiste nuestro invicto Gobierno, en que el año que viene nos dará cuatrocientos más. Aunque eso sí, con las mismas condiciones. Tal vez, algún año víspera electoral, nos regalen este fondo perdido… y bien perdido.
Pero no son cuatrocientos los euros que habremos perdido, no. Serán ochocientos los euros que saldrán del bolsillo y no volverán a entrar jamás. Cuatrocientos saldrán en este mismo mes de junio de muchos bolsillos de españolitos inocentes, porque aprovechando la paga extra -que no doble para muchos-, intentarán disfrazar esta amenaza de crisis, gastando y derrochando.
Y eso es lo que quiere el Gobierno actual –el mismo que ha perdido el superávit conseguido por otros gobiernos-, y así ralentizar la llegada de la crisis a la economía doméstica, a la comercial, y a la industrial. Estos meses que pueda ganar de tiempo, repercutirá en el beneficio de algunas empresas y sectores, así como intentar llegar a fin de año, con unas cuentas no tan desastrosas.
Y los otros cuatrocientos, serán los que no teniéndolos ya, deberemos aportar a la hacienda pública en el mes de mayo del próximo año. Pero a esto, que cada cual saque sus propias conclusiones. Lo que más me impacta, no es la promesa, falsa y embustera promesa, de nuestro presidente. Lo que más me impacta, es que ninguna voz de ningún partido, de ningún sindicato, de ningún agente social, haya abierto boca en este asunto.
¿Estaré equivocado?. ¿O simplemente será que a estos agentes sociales, calculadora en mano -por supuesto-, con más inteligencia que uno, sí que les han salido las cuentas? ….. las suyas por supuesto.
Si en mis últimos escritos he intentado –por activa y por pasiva, como suele decirse- criticar el abusivo engaño con el que ZP, en calidad de candidato a renovar la presidencia del Gobierno, se nos dirigía a todo el potencial electorado prometiéndonos una paga de cuatrocientos euros, si con nuestros votos, conseguía permanecer en la poltrona del banco azul, y ahora cuando llegaba el momento de pasar por caja, eliminaba de un plumazo a la mayor parte de la clase pasiva, y por ende, a la más necesitada; política ésta claramente de carácter conservador y negadamente social –por lo de socialista- , ahora me he dado cuenta que iba equivocado. ¡Equivocadísimo!.
Y a eso vamos. Y toca rectificar. Y es que ahora me he dado cuenta, calculadora en mano, que Zapatero, Rodríguez, ZP, o como toque llamársele en este momento, invicto presidente del Gobierno español, en esta decisión que ha tomado posteriormente a la toma de posesión del cargo, si no ha beneficiado a los pensionistas, por lo menos no los ha perjudicado. Y eso lo digo, lo escribo, convencidísimo. Y aunque parezca mentira, es cierto. Supongo también, que en su decisión, algo habrá tenido que ver la opinión experta del ministro de la economía –o de la crisis económica- señor Solbes. Y es que de eso, sabe mucho.
Y el montante del error, no son cuatrocientos euros, no. Calculadora en mano, las cuentas salen duplicadas: son ochocientos los euros en juego. Pero al Gobierno, las cuentas, de una forma u otra, le tienen que salir. Y vaya si le salen…..
A uno, no le salen las cuentas. Resulta que al gobierno, poco o nada le importa que los jubilados, viudas y demás clases pasivas del Estado puedan o no gastarse estos cuatrocientos euros. Lo que de verdad le importa al Gobierno es que estos cuatrocientos euros sean los de cada uno, no del Gobierno. ¡Y luego van y dicen que con esta ayuda se quedan sin dinero!. ¡Si el dinero es nuestro…..!
Ahora resulta que el Gobierno no da el dinero, sólo lo presta, eso sí, sin interés alguno. Bueno, interés en términos bancarios, porque lo que fue “interés político” vale más no abrir boca, y más teniendo en cuenta que hoy no toca criticar al Gobierno, sino todo lo contrario.
Y el Gobierno nos presta el dinero –máximo cuatrocientos euros- hasta el mes de mayo del año que viene. Así, en el 2009, cuando hagamos la declaración de la renta, o bien nos lo cobrará, o bien se lo pagaremos. O sea, que se lo queda el Gobierno. Y es más, insiste nuestro invicto Gobierno, en que el año que viene nos dará cuatrocientos más. Aunque eso sí, con las mismas condiciones. Tal vez, algún año víspera electoral, nos regalen este fondo perdido… y bien perdido.
Pero no son cuatrocientos los euros que habremos perdido, no. Serán ochocientos los euros que saldrán del bolsillo y no volverán a entrar jamás. Cuatrocientos saldrán en este mismo mes de junio de muchos bolsillos de españolitos inocentes, porque aprovechando la paga extra -que no doble para muchos-, intentarán disfrazar esta amenaza de crisis, gastando y derrochando.
Y eso es lo que quiere el Gobierno actual –el mismo que ha perdido el superávit conseguido por otros gobiernos-, y así ralentizar la llegada de la crisis a la economía doméstica, a la comercial, y a la industrial. Estos meses que pueda ganar de tiempo, repercutirá en el beneficio de algunas empresas y sectores, así como intentar llegar a fin de año, con unas cuentas no tan desastrosas.
Y los otros cuatrocientos, serán los que no teniéndolos ya, deberemos aportar a la hacienda pública en el mes de mayo del próximo año. Pero a esto, que cada cual saque sus propias conclusiones. Lo que más me impacta, no es la promesa, falsa y embustera promesa, de nuestro presidente. Lo que más me impacta, es que ninguna voz de ningún partido, de ningún sindicato, de ningún agente social, haya abierto boca en este asunto.
¿Estaré equivocado?. ¿O simplemente será que a estos agentes sociales, calculadora en mano -por supuesto-, con más inteligencia que uno, sí que les han salido las cuentas? ….. las suyas por supuesto.
PUBLICADO EL 6 DE JUNIO 2008, EN EL DIARIO MENORCA.