BIENVENIDO MAJESTAD

Bienvenido Majestad, y aunque su presencia en nuestra isla ya no extraña a nadie, siempre se siente como algo diferente cuando viene en carácter oficial. Esta vez es para la inauguración del nuevo curso escolar. El colegio Mare de Déu de Gracia y el Instituto de Enseñanza Media Joan Ramis i Ramis van a ser los afortunados.

El colegio, el Instituto, son más que cuatro paredes, el inmueble y el material en sí. Los edificios albergan profesorado, personal no docente y alumnado. Y como no, los ex-alumnos. Serán más de mil los alumnos que cursando actualmente estudios en sus aulas, tendrán la oportunidad de compartir unos minutos de la cercanía con la Corona. Y la Corona, esta institución que no deja indiferente a nadie, se encontrará arropada por estas jóvenes vidas en proceso de formación.

Decía que la Corona, como institución que es, no deja indiferente a nadie. Y tiene también sus momentos álgidos y sus menos álgidos. También es verdad que la monarquía, por su propia definición y forma, se encuentra entre dos bandos: los que la critican como forma de estado desviado del utópico sistema democrático, y quienes, en reconocimiento de su propio mérito curtido en sus años de reinado, le reconocen como artífice de la actual democracia española.

Usted mismo, en estas tierras menorquinas, manifestó que “si no fuera Rey, sería republicano”. Muchos otros que se dicen o quieren hacerse decir republicanos, manifiestan públicamente que “son republicanos juancarlistas”. Y esto dice ya mucho, de la monarquía y de su titular.

Pero la gente de la calle, la que encontrará tras las barreras, no entiende de republicanismos ni de monarquías. Ahora, al público en general le importa su futuro, futuro inmediato como serán la seguridad en el trabajo, la cesta de la compra y el coste energético. Y como no, como día especial que es, la educación y la formación de sus hijos.

Estamos en unos momentos en que la educación y la formación, merece tener suficiente garante y dedicación. Estamos en un momento de continuo cambio y renovación de estructuras y sistemas de valores. Pero los conocimientos y la información deben darse adecuadamente. Si somos capaces de enseñar a administrar estos conocimientos y esta información, ello hará que nuestros hijos sean más libres, y puedan vivir en concordancia con los principios de los que todos predicamos.

Predicamos sí, pero que difícilmente llevamos a la práctica. El instigamiento político, el miedo al futuro inmediato, y demás causas adyacentes a un momento de crisis, nos crea la sensación de obligarnos a estar alerta, a vivir en plena tensión y dibujar enemigos en todos los lugares. Su real presencia, en cambio, su siempre oportuno discurso, suele dejar claro el horizonte y aclara muchas dudas y sensaciones.

Su presencia hoy en Maó, sin duda será una llamada a la confianza, una llamada a la dedicación hacia los demás, representado en este caso por el profesorado y como no, por esta futura generación que dentro de unas decenas de años, regirá o estará en condiciones para regir nuestro futuro. Y es una apuesta de futuro.

Educar hoy, es sinónimo del mañana. De lo que seamos capaces de instruir en nuestros días, dependerá el bienestar nuestro del mañana. Así, la educación, la instrucción, la formación que se imparta ahora, reinvertirá en nuestro futuro inmediato.

Así, la presencia del monarca en la inauguración del curso escolar 2008-09, no es una inauguración cerrada, en la que sólo participarán profesores y alumnos, no. Esta inauguración del nuevo curso escolar, engloba a todos los que aquí estamos. Profesores y alumnos, sí. Padres y madres, también. Y la sociedad en sí, tanto de un signo como de otro, porque de lo que sepamos informar, formar y educar, dependerá que dentro de unas décadas, se nos trate de una manera u otra.

La monarquía es el garante del equilibrio. Y lo ha demostrado, unas veces pública y en otras, veladamente. Pero esta misión, callada y discreta, siempre presente, debe de escucharse y entenderse. Sus discursos, no son rutinas. En sus palabras, en sus silencios, encontraremos toda una lección magistral. Es pues hora de escuchar las palabras del Rey. De escucharlas, de entenderlas y sobre todo, de practicarlas.

Nosotros, los padres de estos alumnos que van a recibirle, tal vez seremos reacios a ponerlas en práctica, por el simple deterioro cognitivo social que la experiencia, la formación o deformación propia, nos impone y nos traumatiza. Pero aquellos cuerpos en formación, su presencia, sus palabras…, las entenderán como un mensaje digno de imitar. No en vano, la educación y la formación, también pasa por el trance de la imitación.

Sea pues, bienvenido Majestad, y siéntase arropado por las voces y aplausos de aquellos jóvenes en formación, que en ellos se encuentra el futuro de España y como no, de la monarquía.
PUBLICADO EL 16 SEPTIEMBRE 2008, EN EL DIARIO MENORCA.