Domingo gris, como toca en un día pre-invernal. En otras circunstancias más relajadas y con menos cargas familiares, uno se decantaría por quedarse en cama y cuidarse el resfriado, pero los cánones son otros. En este día de “barraca” como solía decirse antaño, tiramos del gasto energético y nos trasladamos a la zona de Ferreríes.
Allí nos espera una visita a un centro de jardinería. Jardinería, entretenimiento, adornos para el hogar, y por supuesto, un gran mercado en cuanto a objetos de ornamentación para estas Navidades. En pocos minutos, aquel aparcamiento se llenó de vehículos y la nave, mucho mayor de cuatrocientos metros, se llenó de gente de todas las poblaciones de la isla.
Bien pensado es una manera de llamarla oferta turística, de invierno. Y de verano, según comentan. ¿Dónde va el turista de invierno? ¿Qué oferta le brindamos? ¿Se creará alguna dirección insular sobre la oferta turística de invierno? ¿ y de verano?. Y ya puestos por qué no una de otoño y otra de primavera….. Al fin y al cabo, serían cuatro ciudadanos a los que restaríamos de la lista del paro…. Y ello, seguro que le gustaría a algún miembro del Govern.
¿Y por qué he hecho mención de estos cuatrocientos metros y no mil o dos mil?. Pues muy sencillo. El mismo domingo, en la prensa sale la invicta consellera Allés, y el comentario de una nueva ley del Comercio en la que se prohibirá que se abran comercios con superficies mayores a los cuatrocientos metros cuadrados. Y uno ya se pregunta, ¿a quién favorece tal medida? . La respuesta viene sola, sólo favorece a los comerciantes. No favorece ni a los trabajadores ni a los ciudadanos.
En el suplemento dominical, largas colas de parados, inmigrantes y demás, fabrican la portada. Y sólo son parte de ellos. Y visto lo visto, uno se pregunta ¿cómo crear más empleo, con una gran superficie o simplemente con cinco pequeños negocios familiares?. Sin duda, en una gran superficie. ¿Dónde habrá más facilidades de compra, en una gran superficie o en pequeños negocios familiares?, ¿Dónde habrá mayor comodidad de desplazamiento y aparcamiento, en una gran superficie o en unos pequeños negocios familiares? ¿Dónde habrá mayor flexibilidad horaria, en una gran superficie o en unos pequeños negocios familiares?.
Pero la pregunta que se hacen los políticos no son éstas, claro está. La pregunta no gira entorno a los intereses de los ciudadanos de base ni a los trabajadores en busca de empleo. Y así lo único que se fomenta es que el consumo disminuya. ¿Por qué comprar más caro, si en la península, si vía Internet, podemos comprar más barato?. ¿Acaso también nos prohibirán comprar vía Internet?
Pero la lógica no es generalizada, no. Por la misma lógica que utilizan desde el Govern y los Consells, para las grandes y pequeñas superficies, los hoteles deberían eliminarse y promover apartamentos de dos o cuatro plazas, para la oferta turística. Pero no, allí nos limita la protección del entorno y de la naturaleza. No podemos invadir la costa de cientos y miles de apartamentos individuales. Y de esto nos congratulamos todos. Y como no podemos invadir la costa de cientos y miles de apartamentos individuales, es preferible que la oferta hotelera se establezca en unos mega complejos, con todos los servicios adyacentes a su disposición. Tampoco importa que estos complejos hoteleros sean de capital peninsular o incluso extranjero, como tampoco importará que la mano de obra venga cada año de la península y que después de la temporada turística se vayan a disfrutar del paro en su propia tierra. Eso no importa, lo otro sí.
Te enteras por el periódico, que se habla de que se va a cobrar el IBI a los locales de ocio del puerto. Y atónito te vuelves a preguntar ¿acaso no se les cobraba? ¿Acaso aquellas tres visitas diarias que hacía el servicio de recogida de basuras, no las pagaban? ¿Acaso el resto de ciudadanía veía aumentada su canon al IBI con la excusa de los contratos con el servicio de recogida de basura, y nuestra subida era para pagar la de quienes no se les cobraba? ¡Y aún protestan!.
¿Acaso nos desgravarán nuestra contribución a las arcas comunes en las próximas consumiciones que hagamos en la barra respectiva, o por ello mismo, nos van a subir el tanto por el IBI y por la crisis respectiva? ¿Acaso se solventa una crisis, aumentando los precios?
Subes a la ciudad, y un referente hace que dirijas la vista hacia tu puerto de siempre. Los molinos , la central eléctrica, los depósitos de cemento, aquellos pantalanes que tanto ruido levantaron y que tan pronto se acallaron, y …. ¿dónde está aquel montículo?. Había desaparecido una porción de montaña, estaba ahora sí, explanada, a nivel del mar, y nadie había protestado. Nadie había levantado la voz de alarma. Y es que hay cosas que con talento y con talante, se arreglan ¿verdad?.
Y con tanta vuelta mental, llegas al surtidor de gasolina y te enteras que la gasolina ha bajado de precio. Ahora, confirmas que la crisis no era energética. La actual crisis es de papel, de aquel papel que justo llueve, se moja. ¡Y eso por no tomar precauciones!. ¡Un buen chubasqueiro…, hubiera evitado la crisis!. ¿Habrán sido las aguas torrenciales que habrán hecho desaparecer aquel montículo de tierra?. La duda empieza a merodearme. Tal vez, son los síntomas del resfriado, o de los medicamentos para atacarlo….
Un buen chubasqueiro tal vez lo hubiera evitado, el resfriado, claro.
PUBLICADO EL 30 NOVIEMBRE 2008, EN EL DIARIO MENORCA.
Allí nos espera una visita a un centro de jardinería. Jardinería, entretenimiento, adornos para el hogar, y por supuesto, un gran mercado en cuanto a objetos de ornamentación para estas Navidades. En pocos minutos, aquel aparcamiento se llenó de vehículos y la nave, mucho mayor de cuatrocientos metros, se llenó de gente de todas las poblaciones de la isla.
Bien pensado es una manera de llamarla oferta turística, de invierno. Y de verano, según comentan. ¿Dónde va el turista de invierno? ¿Qué oferta le brindamos? ¿Se creará alguna dirección insular sobre la oferta turística de invierno? ¿ y de verano?. Y ya puestos por qué no una de otoño y otra de primavera….. Al fin y al cabo, serían cuatro ciudadanos a los que restaríamos de la lista del paro…. Y ello, seguro que le gustaría a algún miembro del Govern.
¿Y por qué he hecho mención de estos cuatrocientos metros y no mil o dos mil?. Pues muy sencillo. El mismo domingo, en la prensa sale la invicta consellera Allés, y el comentario de una nueva ley del Comercio en la que se prohibirá que se abran comercios con superficies mayores a los cuatrocientos metros cuadrados. Y uno ya se pregunta, ¿a quién favorece tal medida? . La respuesta viene sola, sólo favorece a los comerciantes. No favorece ni a los trabajadores ni a los ciudadanos.
En el suplemento dominical, largas colas de parados, inmigrantes y demás, fabrican la portada. Y sólo son parte de ellos. Y visto lo visto, uno se pregunta ¿cómo crear más empleo, con una gran superficie o simplemente con cinco pequeños negocios familiares?. Sin duda, en una gran superficie. ¿Dónde habrá más facilidades de compra, en una gran superficie o en pequeños negocios familiares?, ¿Dónde habrá mayor comodidad de desplazamiento y aparcamiento, en una gran superficie o en unos pequeños negocios familiares? ¿Dónde habrá mayor flexibilidad horaria, en una gran superficie o en unos pequeños negocios familiares?.
Pero la pregunta que se hacen los políticos no son éstas, claro está. La pregunta no gira entorno a los intereses de los ciudadanos de base ni a los trabajadores en busca de empleo. Y así lo único que se fomenta es que el consumo disminuya. ¿Por qué comprar más caro, si en la península, si vía Internet, podemos comprar más barato?. ¿Acaso también nos prohibirán comprar vía Internet?
Pero la lógica no es generalizada, no. Por la misma lógica que utilizan desde el Govern y los Consells, para las grandes y pequeñas superficies, los hoteles deberían eliminarse y promover apartamentos de dos o cuatro plazas, para la oferta turística. Pero no, allí nos limita la protección del entorno y de la naturaleza. No podemos invadir la costa de cientos y miles de apartamentos individuales. Y de esto nos congratulamos todos. Y como no podemos invadir la costa de cientos y miles de apartamentos individuales, es preferible que la oferta hotelera se establezca en unos mega complejos, con todos los servicios adyacentes a su disposición. Tampoco importa que estos complejos hoteleros sean de capital peninsular o incluso extranjero, como tampoco importará que la mano de obra venga cada año de la península y que después de la temporada turística se vayan a disfrutar del paro en su propia tierra. Eso no importa, lo otro sí.
Te enteras por el periódico, que se habla de que se va a cobrar el IBI a los locales de ocio del puerto. Y atónito te vuelves a preguntar ¿acaso no se les cobraba? ¿Acaso aquellas tres visitas diarias que hacía el servicio de recogida de basuras, no las pagaban? ¿Acaso el resto de ciudadanía veía aumentada su canon al IBI con la excusa de los contratos con el servicio de recogida de basura, y nuestra subida era para pagar la de quienes no se les cobraba? ¡Y aún protestan!.
¿Acaso nos desgravarán nuestra contribución a las arcas comunes en las próximas consumiciones que hagamos en la barra respectiva, o por ello mismo, nos van a subir el tanto por el IBI y por la crisis respectiva? ¿Acaso se solventa una crisis, aumentando los precios?
Subes a la ciudad, y un referente hace que dirijas la vista hacia tu puerto de siempre. Los molinos , la central eléctrica, los depósitos de cemento, aquellos pantalanes que tanto ruido levantaron y que tan pronto se acallaron, y …. ¿dónde está aquel montículo?. Había desaparecido una porción de montaña, estaba ahora sí, explanada, a nivel del mar, y nadie había protestado. Nadie había levantado la voz de alarma. Y es que hay cosas que con talento y con talante, se arreglan ¿verdad?.
Y con tanta vuelta mental, llegas al surtidor de gasolina y te enteras que la gasolina ha bajado de precio. Ahora, confirmas que la crisis no era energética. La actual crisis es de papel, de aquel papel que justo llueve, se moja. ¡Y eso por no tomar precauciones!. ¡Un buen chubasqueiro…, hubiera evitado la crisis!. ¿Habrán sido las aguas torrenciales que habrán hecho desaparecer aquel montículo de tierra?. La duda empieza a merodearme. Tal vez, son los síntomas del resfriado, o de los medicamentos para atacarlo….
Un buen chubasqueiro tal vez lo hubiera evitado, el resfriado, claro.
PUBLICADO EL 30 NOVIEMBRE 2008, EN EL DIARIO MENORCA.