Pues sí, parece que la monarquía está desde hace un tiempo en el punto de mira de algunos. Y ahora le ha tocado a la Reina el tener que defenderse de unos comentarios, que se dicen “privados”. Y es que el tema de los “privados” suelen tener cola…. , sino que se le pregunten a Aznar y a Rajoy!. Pero el tema, es otro.
¿Acaso no puede la Reina decir lo que piensa? . Si , ya sé que me dirán que puede, pero que no debe, como ya bien se dejó claro el pasado sábado, pero soy de los que piensa que a la monarquía se le da demasiada importancia. Y no es que no la tenga, pero seguir el juego de las opiniones, es seguir el juego a la tradición monárquica. Y esta no es la tendencia ¿no?.
¿Monarquía o República?, parece ser el dilema que desde hace ya algunos años, aparece en cualquier ocasión. Particularmente me interesa que haya monarquía, y me interesa porque no soy político. De serlo, sin duda apostaría por un estado no monárquico, ya que éste sería el único camino para alcanzar la jefatura del Estado. Pero, como uno no es político ni pretende serlo, prefiere la monarquía. Pero no una monarquía cualquiera, no. Sólo la de Juan Carlos I, aunque uno tenga aún muchas dudas sobre él, y muchas lagunas oscuras sobre ciertos procederes. Pero a pesar de estas dudas, pienso que visto lo visto, es la única forma de dar cierta estabilidad, cierta garantía, ante tanto político desaguisado.
¿Se imaginan una República, la tercera, la cuarta o la quinta, como las velocidades de un turismo, con un presidente corrupto, embustero y demás?. ¿Se imaginan los políticos de la oposición, haciendo campaña y linchándose dialécticamente, movilizando las masas, proclamando la desobediencia civil y mil cuestiones más?. Es difícil imaginarlo tal vez en otros países, pero en el nuestro, no. Las lealtades desaparecen rápidamente cuando otros intereses entran en juego. Si no, con sólo mirar las hemerotecas y leer los comentarios que se le atribuyen a una conocida consellera menorquina sobre el “poder” que tiene el mismísimo presidente del Consell, ya asusta.
Pero a la monarquía tampoco soy partidario de darle un cheque en blanco, no. Eso tampoco es bueno para la salud de uno. Habría que plantearnos eso sí, qué papel tiene la monarquía dentro de la Constitución. Y lo que está claro y allí queda expuesto, refrendado, firmado y rubricado, y demás terminados que quiera uno en calificarlo, es que el Rey, es el Jefe del Estado. Y uno se pregunta ¿y la Reina?. Pues nada de nada. Sólo el artículo 58 de la Constitución Española, hace mención a la “Reina consorte o el consorte de la Reina”, añadiendo que “no podrán asumir funciones constitucionales, salvo lo dispuesto para la Regencia”. O sea, que tal como ocurre con la mujer del presidente del Gobierno, -que no es presidenta- ni la mujer de un alcalde –que no es alcaldesa-, el papel que debe desarrollar, constitucionalmente hablando, es ninguno. Otra cosa es que por lo que sea, por la tradición, por interés, por lo que quiera uno llamarlo, se le de.
Pero como lo que realmente vale, es lo que está escrito, sellado, rubricado y principalmente, refrendado, y eso es que la Reina no es jefe del Estado, sólo es la mujer de éste; sus comentarios, sus pensamientos, sus opiniones, deben de gozar de la misma libertad de expresión de la que pueda disfrutar cualquier otro ciudadano de este país-nación-estado, o como quiere llamársele. Otra cosa sería que estos comentarios los hubiera realizado el propio Rey. Pero no es este el caso que nos ocupa.
Si la Reina, en este caso opinó sobre los matrimonios gays, si opinó sobre el aborto o la eutanasia, simplemente hizo lo que hubiera podido hacer cualquier otro ciudadano de este libre país: opinar, o lo que es lo mismo, pensar en voz alta. ¿Acaso estamos dando la razón a quienes quieren mantener a la institución monárquica anclada en el siglo XIX?.
Pues lo dicho. Un diez a Pilar Urbano, porque con esta polémica, la única que habrá ganado habrá sido ella. Y por la monarquía, no se preocupen, goza de buena salud. ¡Y más como está el patio!.
P.D. Ya han aparecido aclaraciones desde la Casa Real, rectificando interpretaciones. ¿Acaso no se repasó el libro antes?. De todos modos, ésta debería ser la última entrevista concedida a la escritora, ¿no creen?.
¿Acaso no puede la Reina decir lo que piensa? . Si , ya sé que me dirán que puede, pero que no debe, como ya bien se dejó claro el pasado sábado, pero soy de los que piensa que a la monarquía se le da demasiada importancia. Y no es que no la tenga, pero seguir el juego de las opiniones, es seguir el juego a la tradición monárquica. Y esta no es la tendencia ¿no?.
¿Monarquía o República?, parece ser el dilema que desde hace ya algunos años, aparece en cualquier ocasión. Particularmente me interesa que haya monarquía, y me interesa porque no soy político. De serlo, sin duda apostaría por un estado no monárquico, ya que éste sería el único camino para alcanzar la jefatura del Estado. Pero, como uno no es político ni pretende serlo, prefiere la monarquía. Pero no una monarquía cualquiera, no. Sólo la de Juan Carlos I, aunque uno tenga aún muchas dudas sobre él, y muchas lagunas oscuras sobre ciertos procederes. Pero a pesar de estas dudas, pienso que visto lo visto, es la única forma de dar cierta estabilidad, cierta garantía, ante tanto político desaguisado.
¿Se imaginan una República, la tercera, la cuarta o la quinta, como las velocidades de un turismo, con un presidente corrupto, embustero y demás?. ¿Se imaginan los políticos de la oposición, haciendo campaña y linchándose dialécticamente, movilizando las masas, proclamando la desobediencia civil y mil cuestiones más?. Es difícil imaginarlo tal vez en otros países, pero en el nuestro, no. Las lealtades desaparecen rápidamente cuando otros intereses entran en juego. Si no, con sólo mirar las hemerotecas y leer los comentarios que se le atribuyen a una conocida consellera menorquina sobre el “poder” que tiene el mismísimo presidente del Consell, ya asusta.
Pero a la monarquía tampoco soy partidario de darle un cheque en blanco, no. Eso tampoco es bueno para la salud de uno. Habría que plantearnos eso sí, qué papel tiene la monarquía dentro de la Constitución. Y lo que está claro y allí queda expuesto, refrendado, firmado y rubricado, y demás terminados que quiera uno en calificarlo, es que el Rey, es el Jefe del Estado. Y uno se pregunta ¿y la Reina?. Pues nada de nada. Sólo el artículo 58 de la Constitución Española, hace mención a la “Reina consorte o el consorte de la Reina”, añadiendo que “no podrán asumir funciones constitucionales, salvo lo dispuesto para la Regencia”. O sea, que tal como ocurre con la mujer del presidente del Gobierno, -que no es presidenta- ni la mujer de un alcalde –que no es alcaldesa-, el papel que debe desarrollar, constitucionalmente hablando, es ninguno. Otra cosa es que por lo que sea, por la tradición, por interés, por lo que quiera uno llamarlo, se le de.
Pero como lo que realmente vale, es lo que está escrito, sellado, rubricado y principalmente, refrendado, y eso es que la Reina no es jefe del Estado, sólo es la mujer de éste; sus comentarios, sus pensamientos, sus opiniones, deben de gozar de la misma libertad de expresión de la que pueda disfrutar cualquier otro ciudadano de este país-nación-estado, o como quiere llamársele. Otra cosa sería que estos comentarios los hubiera realizado el propio Rey. Pero no es este el caso que nos ocupa.
Si la Reina, en este caso opinó sobre los matrimonios gays, si opinó sobre el aborto o la eutanasia, simplemente hizo lo que hubiera podido hacer cualquier otro ciudadano de este libre país: opinar, o lo que es lo mismo, pensar en voz alta. ¿Acaso estamos dando la razón a quienes quieren mantener a la institución monárquica anclada en el siglo XIX?.
Pues lo dicho. Un diez a Pilar Urbano, porque con esta polémica, la única que habrá ganado habrá sido ella. Y por la monarquía, no se preocupen, goza de buena salud. ¡Y más como está el patio!.
P.D. Ya han aparecido aclaraciones desde la Casa Real, rectificando interpretaciones. ¿Acaso no se repasó el libro antes?. De todos modos, ésta debería ser la última entrevista concedida a la escritora, ¿no creen?.
PUBLICADO EL 3 NOVIEMBRE 2008, EN EL DIARIO MENORCA.