BUENAS PERSPECTIVAS

Es de sobra conocido que en época pre-electoral se tiende a que el ciudadano se encuentre en una posición cómoda con la administración. O lo que es lo mismo, que nuestros mandatarios muestren su hipocresía hasta tal punto que alguno de nosotros, incluso caigamos en la tentación de creérnoslos. Así, la declaración de la renta aún no habrá llegado a la fecha tope para el pago, el sablazo de los impuestos municipales aún no habrán aparecido en las domiciliaciones bancarias y los temas que más preocupan a la ciudadanía –o deberían de preocuparnos- se irán alargando con inyecciones monetarias y como no, con promesas de que se está llegando a su fin.

Y vaya fin, que nos espera, pero bueno. Lo importante es tener fe, ilusión y mucha energía para superar las vicisitudes que se nos presentan, y que nos presentan los demás. Fe, ilusión y mucha energía fue la que tuvo aquel hombre que, de la noche a la mañana se convirtió en el personaje más conocido después de González y Boyer. Y me refiero a Ruiz Mateos. Empresario éste que, con razón o sin ella, se topó con una administración –la administración se topó más bien con ella- de la que, por cierto, nunca se aclararon muchos términos que quedaron oscuros en la decisión gubernamental –o al menos de cómo se desprendió de tanta empresa expropiada-. La nueva empresa creada por aquel empresario, se encarga ahora del rescate de empresas que amenaza con el cierre. ¡Vaya coraje!.

La noticia ha saltado por sorpresa. La posibilidad de compra por parte de la Nueva Rumasa, de la planta del Caserío –siempre será El Caserío, aunque se quede huérfana de marca- ha sido la noticia que más no ha llenado de satisfacción en los últimos años a los menorquines. Desde el inicio de la tan llamada crisis económica no ha habido día en que la precariedad laboral no asomara a los medios de comunicación. Y hay que ser cautos, es cierto, pero la nueva luz de la esperanza que nos brinda esta noticia, es algo a tener en cuenta.

Y hay que ser cautos, manifiestan los políticos; aunque uno discrepa de las intenciones de quienes la manifiestan. La cautela con la que se hacen las declaraciones de satisfacción, huelen más bien a contrariedad de que sea una empresa relacionada con el affaire de la abeja de la Rumasa -expropiada por el Gobierno del partido al que pertenecen-, que a la simple prudencia que debe conllevar estas decisiones aún no contractuales.

Prudencias y cautelas a parte, se respira cierto aire de raciocinio en algunas decisiones que se van tomando en la isla. O mejor aún, en alguna parte de la isla. Así, uno se sorprende y congratula al observar que el tema del desdoblamiento de la carretera general, que el tema del dique de Ciutadella y por qué no, el tema de los campos de golf, ya no es una cosa típica de la derecha. Pues no, ahora resulta que los socialistas, algunos socialistas, verían con buenos ojos la ampliación del dique, el desdoblamiento de la carretera y no digamos del tema de los campos de golf. Y está claro, clarísimo.

El PSM en las próximas elecciones al parlamento europeo no se juega nada. Y no se juega nada porque está claro que no son opción. En cambio, los socialistas, y más los socialistas ciudadelanos, tienen la obligación –y la necesidad- de ganar en número de votos, al menos en Ciutadella. Y tienen la necesidad de ganarlas porque, primeramente será el respaldo que necesitan en cuanto al propio gobierno municipal. Necesitan también este respaldo en cuanto a las diferentes familias que integran la cúpula insular y como no, una nueva visión de lo que significa “hacer Menorca”. Y a la vez, este número de votos de Ciutadella condicionará el plebiscito que una parte de Menorca viene demandando desde la última convocatoria electoral.

Desde que Joana Barceló abandonó la nave menorquina, la balanza se inclinó en contra de Ciutadella. Sin duda, la polémica y el bochorno del PP y su socio en Ciutadella, sirvió de balón de oxigeno a un PSOE que continuaba estancado en la oposición. La mala, malísima resolución del problema por parte del PP en su momento y la aparición en escena de algunos personajes más interesados en intereses personales y necesidades psicológicas que en un bien común, hicieron el resto.

La ciudadanía aguantó, y poco a poco, la oposición entendió –o se vio obligada a entenderlo- el mensaje que se le trasmitía. Ahora se pretende que esta decisión sea ratificada en cierta manera, en las urnas. Y para ello, hay que escuchar de tanto en tanto al pueblo. No es suficiente escudarse en las consignas de unos trescientos votos ajenos. ¡Bienvenidas sean las elecciones, si con ellas, durante unos meses, los ciudadanos dejamos de ser un mero número en la domiciliación de los impuestos!.

Y el ambiente sigue eufórico. Las perspectivas, las buenas, siguen incidiendo entre la ciudadanía. A pesar de que se van confirmando casos de infectados por la gripe A, ésta no causa tantos problemas como nos vendieron en un primer momento. Todos, parecen recuperarse en pocos días y así se explica el por qué no hay control en los aeropuertos, ni la prohibición de entrada desde ciertos países.
Y nos congratulamos por ello, aunque la mosca ande tras la oreja. La ministra aseguró que las vacunas estarán listas dentro de cuatro meses. Muy por seguro que después de este tiempo, ya nadie hablará de gripes A, B o C. ¿Qué haremos luego con tantos millones de vacunas sin poderlas utilizar dado que la nueva gripe que aparezca dentro del próximo periodo, nada tendrá que ver con ésta? ¿Qué laboratorio o empresa farmacéutica habrá tenido el placer de fabricar tanto medicamento?

¿Por qué no se dieron tanta prisa en alertar a la población contra la crisis económica? ¿ por qué , esta vez que no hay necesidad de alarma, sí nos han alertado?

Y eso que las elecciones también están a las puertas…..
PUBLICADO EL 11 MAYO 2009, EN EL DIARIO MENORCA