Cuando ocurre algo relacionado con la televisión, siempre me viene el recuerdo de aquel año en que aún había toque de queda en la misma, o sea, en la que a la hora estipulada se cerraba el telón, eso sí, previa presencia de la fotografía del Rey y de los acordes del himno nacional. La anécdota ésta a la que me refiero, ocurrió en una campaña electoral y más concretamente en la madrugada del viernes al sábado, pasadas las 24 horas del viernes, o sea, ya en plena jornada de reflexión. Pues bien, ¿saben aquello de la publicidad subliminal?, pues aquel día se dio.
Se había terminado ya el espacio destinado a las diferentes opciones políticas, había finalizado ya el resumen informativo, habían sonado los acordes del himno nacional y la fotografía del Rey, y en milésimas de segundo, después de la fotografía del Rey y de la entrada de la carta de ajuste, en aquel mismísimo instante, en un flash, como quien no quiere la cosa, una fotografía compuesta por Felipe González y el anagrama de la rosa del PSOE, con la leyenda “Vota PSOE”. Algo evidentemente prohibido, pero en la mismísima televisión pública, había sucedido.
Evidentemente ninguna noticia apareció de que hubieran despedido a tal o cual cargo por aquella irregularidad. Y ahora, después de unas cuantas décadas más tarde, el director de Deportes es cesado, por un hecho que, de haber sucedido en otro país, o simplemente con otro Gobierno en el poder, hubiera sido un mérito y no un desmérito.
Es verdad que el derecho a la información veraz fue aniquilada por la intervención de quien lo hiciera, es cierto. Nadie puede negarlo. Y también es cierto y nadie podrá negarlo, es que una gran parte de la afición presente en el campo del Mestalla, no guardó el más mínimo respeto al himno nacional de España. Y uno se pregunta ¿por qué asistieron y permitieron que sus equipos jugaran en una Copa de una nación a la que no quieren reconocer? ¿Por qué juegan la Copa del Rey si no aceptan las reglas de juego?.
En el mismo partido, una pancarta de índole independentista y con firma catalana, esgrimía la frase “ we are nations of Europe. Good bye Spain”, pues bien, ya me dirán qué hacía una pancarta portada por presuntos catalanes escrita en inglés. ¿Dónde está tanta polémica con su lengua si para hacerse entender lo expresan en inglés? ¿Acaso sabían que toda España entendería mejor el inglés que el catalán? Pues bien, esta pancarta sí fue retirada de los ojos de los demás y nadie ha sido cesado por “limitar” la libertad de expresión…..
En cambio, lo que es curioso, es que quienes sí fueron indecorosos con las leyes al abuchear los sones del himno nacional fueron todos aquellos quienes han provocado con su ruido, el cese del señor Reyes como director de Deportes. Y a ellos nada les ha ocurrido. Cosa que también lo veo difícil, ¿cómo identificar a miles y miles de aficionados presentes y con la boca abierta, para sancionarlos?. En cambio, el director de Deportes estaba plenamente identificado, y es más, era uno sólo. Sólo y ante el peligro.
Y así le fueron las cosas. Ahora, seguro que a quien nombren sucesor, estará rogando que en la próxima confrontación en una final en la que deban aparecer los sones del himno nacional, los contrincantes sean al menos de alguna comunidad de segunda división. De lo contrario, mejor cogerse una baja por un simple catarro común o síndrome gripal.
Al menos se asegura que el puesto no lo perderá por una pitada, y esta vez, no del árbitro.
Se había terminado ya el espacio destinado a las diferentes opciones políticas, había finalizado ya el resumen informativo, habían sonado los acordes del himno nacional y la fotografía del Rey, y en milésimas de segundo, después de la fotografía del Rey y de la entrada de la carta de ajuste, en aquel mismísimo instante, en un flash, como quien no quiere la cosa, una fotografía compuesta por Felipe González y el anagrama de la rosa del PSOE, con la leyenda “Vota PSOE”. Algo evidentemente prohibido, pero en la mismísima televisión pública, había sucedido.
Evidentemente ninguna noticia apareció de que hubieran despedido a tal o cual cargo por aquella irregularidad. Y ahora, después de unas cuantas décadas más tarde, el director de Deportes es cesado, por un hecho que, de haber sucedido en otro país, o simplemente con otro Gobierno en el poder, hubiera sido un mérito y no un desmérito.
Es verdad que el derecho a la información veraz fue aniquilada por la intervención de quien lo hiciera, es cierto. Nadie puede negarlo. Y también es cierto y nadie podrá negarlo, es que una gran parte de la afición presente en el campo del Mestalla, no guardó el más mínimo respeto al himno nacional de España. Y uno se pregunta ¿por qué asistieron y permitieron que sus equipos jugaran en una Copa de una nación a la que no quieren reconocer? ¿Por qué juegan la Copa del Rey si no aceptan las reglas de juego?.
En el mismo partido, una pancarta de índole independentista y con firma catalana, esgrimía la frase “ we are nations of Europe. Good bye Spain”, pues bien, ya me dirán qué hacía una pancarta portada por presuntos catalanes escrita en inglés. ¿Dónde está tanta polémica con su lengua si para hacerse entender lo expresan en inglés? ¿Acaso sabían que toda España entendería mejor el inglés que el catalán? Pues bien, esta pancarta sí fue retirada de los ojos de los demás y nadie ha sido cesado por “limitar” la libertad de expresión…..
En cambio, lo que es curioso, es que quienes sí fueron indecorosos con las leyes al abuchear los sones del himno nacional fueron todos aquellos quienes han provocado con su ruido, el cese del señor Reyes como director de Deportes. Y a ellos nada les ha ocurrido. Cosa que también lo veo difícil, ¿cómo identificar a miles y miles de aficionados presentes y con la boca abierta, para sancionarlos?. En cambio, el director de Deportes estaba plenamente identificado, y es más, era uno sólo. Sólo y ante el peligro.
Y así le fueron las cosas. Ahora, seguro que a quien nombren sucesor, estará rogando que en la próxima confrontación en una final en la que deban aparecer los sones del himno nacional, los contrincantes sean al menos de alguna comunidad de segunda división. De lo contrario, mejor cogerse una baja por un simple catarro común o síndrome gripal.
Al menos se asegura que el puesto no lo perderá por una pitada, y esta vez, no del árbitro.
PUBLICADO EL 19 MAYO 2009, EN EL DIARIO MENORCA.