MENOS SEXO, MÁS SESO

La noticia de estos últimos días ha sido la subida de las gasolinas y el tabaco. A la de las gasolinas ya estamos acostumbrados, en cuanto a la del tabaco, a muchos no nos afecta, por tanto, negocio tranquilo y seguro para las arcas del papá Estado. Y en un par de semanas, tras decenas de cajetillas consumidas, uno ya no se acordará si cuesta dos o tres euros, o quizás más. Será historia, pretérito, cuando el relevo venga de manos de los impuestos más cercanos a uno. Pero habrá más, mucho más.

La sorpresa de tanta liberación acecha. Y con ella, el susto de las eléctricas que ya empiezan a preparar el terreno a los pensionistas de bajo nivel, familias monumentales y demás sectores desprotegidos.

Nos venderán –y eso sí, sin coste alguno-, la teoría de que todo es culpa de la crisis, del paro y no sé cuántas tonterías más. Sí, tonterías, engaños y demás artilugios para reírse del pueblo llano, para desencajarse a costa de muchas familias en el umbral de la pobreza y de la mendicidad.

Ahora nos encontramos al mismo nivel, igualados a ras de pobreza, con el automarginado social de siempre, quien en su vida ni pudo, tuvo ni quiso ganas de trabajar, con quien con ganas, se ha visto privado de tal posibilidad.

Y las ayudas y la caridad tendrán límite. Y a medida que estos límites disminuyan, disminuirán el nivel de quienes aún no han tocado fondo. Y en esto, estamos de acuerdo, ¿eh, señora ministra? . Aún no hemos tocado fondo. O lo que es lo mismo, ¡aún estaremos peor!, ¡lo malo está por llegar!. ¡Cuántos sinónimos podrán ser titulares!. Y los obviamos ¿eh, ZP?.

¿Y qué tocará después?. Por cierto, ZP, en el tema del avión militar, ¿dónde hay que apuntarse para pedir la vez? ¿pondrán más aviones a nuestra disposición si aumenta la demanda?¿tendremos derecho a plaza hotelera privada o sólo en el patrimonio nacional?..... porque, será todo incluido ¿no?. Pero no me conteste, no. Prefiero ignorar su contestación, su respuesta, su alocución. De todas maneras me dijera lo que me dijera, no me lo creería.

Si su respuesta fuera afirmativa me sentiría menospreciado, tildado de ignorante, de iluso por creer tamaña ilusión. Si su respuesta fuera negativa, mis temores aumentarían más, si cabe. Mejor ignore usted mi atrevimiento, mi osadía, mi falta de corrección –como lo tildarían los adeptos a su figura-. Ignóreme como cuando intento ignorar cada vez que una palabra intenta devolver la esperanza a un pueblo falta de ella. Ignóreme como cuando intento ignorar las noticias que hablan de superávits bancarios, como cuando intento ignorar noticias rosas de gente salida de la cárcel o esperando turno para entrar, de estropeador@s famosos del diccionario académico, de millonarios contratos deportivos, de…..

Y usted lo tendrá fácil. Yo no ocupa ni televisión –con o sin tdt-, ni radio ni periódicos. Ni depende mi firma para que usted pueda cobrar pensión alguna. Como tampoco puedo mandarle a usted al paro. Lo que usted puede hacerlo sólo, yo sólo no me basto. Necesito a más de doce o trece millones de convencidos de lo mismo, más labia de la que tengo, y muchas, muchas otras cosas de las que públicamente mejor callarse uno.

Ante esta expectativa , usted lo tendrá fácil. Ignorarme a mí, es una millonésima parte –por tirar por lo bajo- de lo que un político – de los de primera categoría, eso sí- hace cada día.
Ante esta disyuntiva, usted ignóreme a mi, que yo intentaré hacer lo propio he ignoraré las subidas futuras, presentes y pretéritas, haré caso a su ministra y esperaré a que toquemos fondo. Y luego le pediré igualdad. Igualdad, sí, pero también le pediré que se preocupe menos del sexo……, y más de los sesos
PUBLICADO EL 25 JUNIO 2009, EN EL DIARIO MENORCA.