¿DESTINO O ERROR COLECTIVO?

Estamos acostumbrados a echar las culpas al destino. O a los demás. Muchas veces pero, serán errores, negligencias, inaptitudes nuestras, las que provocarán que las cosas sean de una forma y no de otra. Es cierto también que el destino nos pone encrucijadas y desgracias en nuestro camino…., que si una cornisa, que si un conductor inexperto…. Y también las desgracias colectivas….., un accidente ferroviario, un atentado terrorista, un …

Las conspiraciones judeo-masónicas pasaron a mejor vida, como pasó su titular benefactor. Y uno a veces se pregunta ¿qué hubiera sido de nosotros si Franco y todos aquellos que se levantaron en armas no lo hubieran hecho?. ¿Seríamos un país democrático como lo puede ser Francia o nos pareceríamos a Italia? ¿Seríamos un país satélite del reducto comunista como Cuba? ¿Tendríamos libertad de expresión o cantaríamos aún puño en alto alguna canción revolucionaria?

Y si Franco ya lo tenemos superado –eso es un decir-, lo que sí nos costará superar y olvidar será a Zapatero y sus cuarenta asesores – u ochocientos, mejor-. Ni brotes verdes ni azules, ni rojos ni amarillentos. Y uno, también le da por pensar ¿qué hubiera pasado si Aznar no hubiera escuchado al amigo americano? ¿Hubieran ganado los populares las elecciones? ¿Hubiera ganado Zapatero?

Hacer conjeturas de lo que hubiera sido si….., es entrar en suposiciones de difícil credibilidad. Sin duda, habrá respuestas para cada interés. Lo cierto, lo palpable es lo que ha pasado y está pasando. Lo demás, futuro o pasado que no fue. Lo demás, sueños. Y lo de ahora, más bien pesadilla.

Pesadilla, errores, equivocaciones, testarudez o simple falta de pericia, aptitud…. O el destino. ¡Vaya usted a saber!. ¿Será un error colectivo? ¿Una falta de visión por parte de todos quienes en las urnas depositaron un voto determinado?¿En qué situación nos encontraríamos ahora si los populares hubieran ganado? ¿En qué situación nos encontraríamos ahora si Solbes hubiera podido decidir la política económica? ¿En qué situación nos encontraríamos si el PSOE no hubiera apostado por Zapatero?

Porque está claro que la culpa de lo que nos ocurre a los españoles es sólo nuestra. Compartida si se quiere, pero sin contubernios. De los especuladores, sin duda. Del desenfreno económico, también. Pero sobre todo, de Zapatero y sus brotes verdes. Y de su camarilla que le consiente equivocación tras equivocación, mentira tras mentira.

No sería justo culpar a los socialistas de la desastrosa, injusta y asfixiante crisis que padecemos. No sería justo, porque en sus filas hay gente honrada, como en las otras. No sería justo, porque en sus filias hay gente inteligente, como en las otras. No sería justo, porque ser socialista no es hacer el juego al poder económico. No sería justo, porque la filosofía de ser socialista, es trabajar y pensar para y con el pueblo. No sería justo, porque….

También sería injusto pero, olvidarnos del verdadero culpable de que esto ocurra. O los culpables. Y de entre ellos, que duda cabe se encuentra el nieto del capitán Lozano, nuestro invicto presidente Rodríguez, Zapatero para más señas. Su no política, su no rumbo, su no todo, ha propiciado tres años de retraso y espera. Su no todo, ha propiciado no haber tocado fondo aún. Su no todo, ha propiciado caer en bancarrota y que seamos el hazmerreír de toda Europa y América.

Y en esta travesía no se encuentra sólo, no. Él y su entorno. Él y quienes aún le apoyan. Él y quienes aún permiten que siga dirigiendo nuestros destinos, nuestros errores colectivos. Nacionalistas catalanes, canarios y navarros también están en la tesitura. Al menos, pero, ellos saben qué motivos les han impulsado a tal sostenimiento. Ellos, sin duda alguna, han jugado las cartas que la ley electoral les otorga y permite. El resto, pagamos la indiferencia ante el anacronismo de una ley ya caduca. Y la de unos sindicatos subvencionados.

¿Cómo puede un PSOE en el que sus alcaldes se han mostrado abiertamente contrarios a las medidas impulsadas por su máximo exponente, mantener en el liderazgo al invicto Rodríguez? ¿Porqué no auspiciar un voto de censura, o de desconfianza, y dar opción a que otro dirigente socialista, con más visión de estado, dirija nuestro destino?.

¿Serían capaces los populares de facilitar dicho cambio? ¿O será verdad que pretenden el desgaste a costa de la crisis? ¿Tropezaríamos en la misma piedra si fuéramos ahora llamados a las urnas?

Los errores se pagan. Y muchas veces con intereses. De momento los obreros dentro de unos años se quedarán sin pensiones de jubilación. Pronto también sin la gratuidad de la seguridad social. Aunque eso sí, ex-ministros, ex –diputados, ex-senadores, con pensiones vitalicias, y no de las contributivas, no.

Poco importan los cinco millones de parados. Mientras podamos hablar de baloncesto y de las subvenciones para los nuevos fichajes, la memoria colectiva padecerá de amnesia.
PUBLICADO EL 30 MAYO 2010 EN EL DIARIO MENORCA