Maria, de las flores, de las madres…. En el boletín del mes pasado hablaba de la primavera y es ahora, en el mes de mayo, donde se aprecia la misma. Las flores están en su esplendor, los árboles llenos de vida, el campo, fructífero él, empieza a hacerse notar. Pero la primavera que es aquí, es otoño allá. Y por ende, las celebraciones de nuestro mes de mayo, lo serán entre noviembre y diciembre, allá.
Venid y vamos todos
con flores a porfía
con flores a Maria,
que madre nuestra es.
Así empezábamos la clase en las tardes de mayo, en nuestros jóvenes años de escolares. Quién más quien menos llevaba algún que otro ramo de flores, casi todos de los huertos de casa –eran huertos, los jardines aún no existían-: claveles, orelles d’ase , boques de dragó, tulipanes y poco más. Y toda la clase empezaba su cántico. Eran otros tiempos. Era otra sociedad. Éramos otros protagonistas.
Pero el mes de mayo tiene mucha literatura, muchos resultados de búsqueda -diría nuestro buscador de la red-. Y es que el mes de mayo también es el mes de las flores. O también es el de María. ¿Quién fue el primero? Y el primer domingo, la festividad del día de la madre. ¿Influencia de María o simplemente negocio de grandes almacenes?.
Y vaya, parece como si las tres se hubieran puesto de acuerdo en aunar esfuerzos, en traspasarse el protagonismo unas con otras, o dar libre elección a cada uno de los actuales protagonistas.
Y el acuerdo es real. Tanto que una releva a la otra. La primera debió ser sin duda la proliferación de las flores. Un mayo florido anima a la alegría, a la presencia ornamental de las mismas. Y la alegría es vida. Y la vida empieza en una madre –y con un poquito de padre- y la madre de las madres, pues ya saben. O al menos, así debía ser en nuestra juventud.
Dicen los que saben que el mes de María nació en Italia y de allí pasó a Francia y al resto de Europa. Y pasó los Pirineos de aquel entonces y llegó también a España. ¿ Y porqué no al revés? ¿Acaso había Internet o correo para acelerar la información? Y vino eso sí, con el estallido de la fuerza de la naturaleza. ¿Y en América?.
A América llegó después. Mucho después. Y de ello ya ha pasado más de centuria y media. Pero no llegó en mayo sino en noviembre. Centurias y años y medio después. ¡Y vaya con las coincidencias! Este mes de María de allá, empieza un 8 de noviembre y termina el 8 de diciembre para preparar el dogma de la Inmaculada Concepción. En plena primavera de ellos, en pleno puente de nosotros.
Bienvenido Mayo, y con alegría;
por eso roguemos a Santa Maria
que pida a su Hijo aún todavía
que de pecado y locura nos guarde.
Bienvenido Mayo.
Bienvenido seas, y con alegría.
Y sí que debe tener historia y antigüedad este mes, que si el mismísimo rey Alfonso X el sabio dedicó esta estrofa al mismo, del siglo XIII a nuestros días, poco o poquísimo, ha cambiado sino el acercamiento al consumismo de estos últimos años.
Y si la primavera tuvo -por imperativo de la madre naturaleza- que ser la primera, y María, santa y madre -según nos enseñaron en nuestros años de escolares protagonistas-, la segunda; es ahora en el siglo XXI, más de ocho siglos después de aquel cántico del Sabio, cuando, nuestras madres y abuelas, nuestras esposas y madres de nuestr@s hij@s, celebran también la festividad. Pero no un mes. Sólo un día.
Y en domingo. Y el primero. Para que se enteren todos. Para que no haya excusa. Para celebrarlo en familia.
Abuelas, madres, esposas…. ¡Felicidades!
Venid y vamos todos
con flores a porfía
con flores a Maria,
que madre nuestra es.
Así empezábamos la clase en las tardes de mayo, en nuestros jóvenes años de escolares. Quién más quien menos llevaba algún que otro ramo de flores, casi todos de los huertos de casa –eran huertos, los jardines aún no existían-: claveles, orelles d’ase , boques de dragó, tulipanes y poco más. Y toda la clase empezaba su cántico. Eran otros tiempos. Era otra sociedad. Éramos otros protagonistas.
Pero el mes de mayo tiene mucha literatura, muchos resultados de búsqueda -diría nuestro buscador de la red-. Y es que el mes de mayo también es el mes de las flores. O también es el de María. ¿Quién fue el primero? Y el primer domingo, la festividad del día de la madre. ¿Influencia de María o simplemente negocio de grandes almacenes?.
Y vaya, parece como si las tres se hubieran puesto de acuerdo en aunar esfuerzos, en traspasarse el protagonismo unas con otras, o dar libre elección a cada uno de los actuales protagonistas.
Y el acuerdo es real. Tanto que una releva a la otra. La primera debió ser sin duda la proliferación de las flores. Un mayo florido anima a la alegría, a la presencia ornamental de las mismas. Y la alegría es vida. Y la vida empieza en una madre –y con un poquito de padre- y la madre de las madres, pues ya saben. O al menos, así debía ser en nuestra juventud.
Dicen los que saben que el mes de María nació en Italia y de allí pasó a Francia y al resto de Europa. Y pasó los Pirineos de aquel entonces y llegó también a España. ¿ Y porqué no al revés? ¿Acaso había Internet o correo para acelerar la información? Y vino eso sí, con el estallido de la fuerza de la naturaleza. ¿Y en América?.
A América llegó después. Mucho después. Y de ello ya ha pasado más de centuria y media. Pero no llegó en mayo sino en noviembre. Centurias y años y medio después. ¡Y vaya con las coincidencias! Este mes de María de allá, empieza un 8 de noviembre y termina el 8 de diciembre para preparar el dogma de la Inmaculada Concepción. En plena primavera de ellos, en pleno puente de nosotros.
Bienvenido Mayo, y con alegría;
por eso roguemos a Santa Maria
que pida a su Hijo aún todavía
que de pecado y locura nos guarde.
Bienvenido Mayo.
Bienvenido seas, y con alegría.
Y sí que debe tener historia y antigüedad este mes, que si el mismísimo rey Alfonso X el sabio dedicó esta estrofa al mismo, del siglo XIII a nuestros días, poco o poquísimo, ha cambiado sino el acercamiento al consumismo de estos últimos años.
Y si la primavera tuvo -por imperativo de la madre naturaleza- que ser la primera, y María, santa y madre -según nos enseñaron en nuestros años de escolares protagonistas-, la segunda; es ahora en el siglo XXI, más de ocho siglos después de aquel cántico del Sabio, cuando, nuestras madres y abuelas, nuestras esposas y madres de nuestr@s hij@s, celebran también la festividad. Pero no un mes. Sólo un día.
Y en domingo. Y el primero. Para que se enteren todos. Para que no haya excusa. Para celebrarlo en familia.
Abuelas, madres, esposas…. ¡Felicidades!
PUBLICADO en el número del mes de MAYO de 2010, en EL BULLETÍ DEL CENTRE DE PERSONES MAJORS. Area de Acció Social. Consell Insular de Menorca