Me extrañó la noticia de que Moratinos iba a la par con la Iglesia Católica cubana. Me extrañó y mucho. No era normal que en España no se apreciara la labor realizada por la Iglesia Católica en temas sociales y sí en cambio, se respaldara las acciones de la misma Iglesia en Cuba, encaminadas a la liberación de los presos políticos de dicha dictadura.
No me extrañó en cambio el traslado de tanto disidente cubano salido de la cárcel y de sus familiares, a tierras españolas. No me extrañó porque no es la primera vez que traslados de este tipo ocurren. Pero a pesar de no causarme extrañeza alguna, no leí la noticia de la misma forma con la que se ha escrito por parte de las oficinas diplomáticas. O lo que es lo mismo, disiento de la versión oficial.
Y disiento de la versión oficial porque de lo que verdaderamente carece nuestro Gobierno es de un Ministerio de Propaganda. Un ministerio debidamente formado con entusiastas del régimen y toda la parafernalia de la que suelen hacerse valer las mediocres dictaduras de las que somos ecos publicitarios. Y sin ministerio, nos quedamos cojos. Y sin entusiastas, más cojos aún.
Y disiento de la versión oficial porque antes y después de la fecha de marras, nuestro invicto Rodríguez, y todo su Gobierno, ha apoyado y ha seguido apoyando sin tapujo alguno al régimen totalitario de los hermanos Castro. Y no será ahora que se alinee con la Iglesia Católica cubana para ir en contra de unos vetustos dictadores.
Entonces uno que disiente, se pregunta dónde está la letra pequeña que este desconocido aún ministerio de propaganda, ha dejado sin mencionar. Tampoco hace falta ser uno demasiado lumbrera, para saber que la actuación de Moratinos y del resto del Gobierno español no ha sido a favor de la Iglesia Católica ni de los disidentes, sino que simplemente ha sido la válvula de escape que necesitaba el régimen dictatorial cubano.
Mantener en libertad a unos referentes contrarios al régimen en el propio suelo, no les debía ser muy apetecible a los dirigentes cubanos. Necesitaban pues alejar, sino el problema, a quienes podían creárselo. Porque hay que tener claro que en Cuba, el problema no son los presos ni los disidentes. Hay que tener claro pero, y esto no lo dicen -ni lo diría el ministerio de propaganda de existir-, que en Cuba el problema se llama Fidel y Raúl Castro.
El problema se llama Fidel y Raúl Castro y todo el aparato propagandístico y político que los sustenta tanto a nivel interno como en el externo. Quienes por acción u omisión apoyan al régimen cubano, respaldan a Fidel y Raúl Castro, o incluso dan balones de oxigeno y válvulas de escape a su régimen, son problema también. Por acción u omisión están atacando al pueblo cubano, están en cierta manera justificando un régimen totalitario, justificando un encarcelamiento político y un exilio de ideas.
La acción disfrazada de humanitaria de nuestro gobierno en el tema de las excarcelaciones de presos de conciencia cubanos, vende, pero no tanto. Vende por cuanto a los excarcelados les libera de más represiones, y les facilita vivir en un estado de libertad que nunca han conocido. Pero esto es pan para hoy y hambre para mañana. La verdadera ayuda cubana sería la que propiciara la llegada de la democracia a aquel país.
Y que todos los cubanos pudieran decidir su futuro. Y vivir en su tierra natal en libertad, sin tener que exiliarse, sin tener que vivir alejados de sus orígenes, sin verse extraditados. Sin… necesidad de agradecer gestos ni otras gaitas orquestadas.
Y toda esta ayuda es la que no da el Gobierno español. Tal vez, cuando España alcance la verdadera democracia, estaremos en condiciones de exportarla. Mientras, aceptamos pulpo como animal de compañía…… Y tras el triunfo de la Roja, más.
No me extrañó en cambio el traslado de tanto disidente cubano salido de la cárcel y de sus familiares, a tierras españolas. No me extrañó porque no es la primera vez que traslados de este tipo ocurren. Pero a pesar de no causarme extrañeza alguna, no leí la noticia de la misma forma con la que se ha escrito por parte de las oficinas diplomáticas. O lo que es lo mismo, disiento de la versión oficial.
Y disiento de la versión oficial porque de lo que verdaderamente carece nuestro Gobierno es de un Ministerio de Propaganda. Un ministerio debidamente formado con entusiastas del régimen y toda la parafernalia de la que suelen hacerse valer las mediocres dictaduras de las que somos ecos publicitarios. Y sin ministerio, nos quedamos cojos. Y sin entusiastas, más cojos aún.
Y disiento de la versión oficial porque antes y después de la fecha de marras, nuestro invicto Rodríguez, y todo su Gobierno, ha apoyado y ha seguido apoyando sin tapujo alguno al régimen totalitario de los hermanos Castro. Y no será ahora que se alinee con la Iglesia Católica cubana para ir en contra de unos vetustos dictadores.
Entonces uno que disiente, se pregunta dónde está la letra pequeña que este desconocido aún ministerio de propaganda, ha dejado sin mencionar. Tampoco hace falta ser uno demasiado lumbrera, para saber que la actuación de Moratinos y del resto del Gobierno español no ha sido a favor de la Iglesia Católica ni de los disidentes, sino que simplemente ha sido la válvula de escape que necesitaba el régimen dictatorial cubano.
Mantener en libertad a unos referentes contrarios al régimen en el propio suelo, no les debía ser muy apetecible a los dirigentes cubanos. Necesitaban pues alejar, sino el problema, a quienes podían creárselo. Porque hay que tener claro que en Cuba, el problema no son los presos ni los disidentes. Hay que tener claro pero, y esto no lo dicen -ni lo diría el ministerio de propaganda de existir-, que en Cuba el problema se llama Fidel y Raúl Castro.
El problema se llama Fidel y Raúl Castro y todo el aparato propagandístico y político que los sustenta tanto a nivel interno como en el externo. Quienes por acción u omisión apoyan al régimen cubano, respaldan a Fidel y Raúl Castro, o incluso dan balones de oxigeno y válvulas de escape a su régimen, son problema también. Por acción u omisión están atacando al pueblo cubano, están en cierta manera justificando un régimen totalitario, justificando un encarcelamiento político y un exilio de ideas.
La acción disfrazada de humanitaria de nuestro gobierno en el tema de las excarcelaciones de presos de conciencia cubanos, vende, pero no tanto. Vende por cuanto a los excarcelados les libera de más represiones, y les facilita vivir en un estado de libertad que nunca han conocido. Pero esto es pan para hoy y hambre para mañana. La verdadera ayuda cubana sería la que propiciara la llegada de la democracia a aquel país.
Y que todos los cubanos pudieran decidir su futuro. Y vivir en su tierra natal en libertad, sin tener que exiliarse, sin tener que vivir alejados de sus orígenes, sin verse extraditados. Sin… necesidad de agradecer gestos ni otras gaitas orquestadas.
Y toda esta ayuda es la que no da el Gobierno español. Tal vez, cuando España alcance la verdadera democracia, estaremos en condiciones de exportarla. Mientras, aceptamos pulpo como animal de compañía…… Y tras el triunfo de la Roja, más.
PUBLICADO EL 17 JULIO 2010, EN EL DIARIO MENORCA.