DESDE OTRA PERSPECTIVA

Debo reconocer que esta vez el instinto me ha fallado. Por un momento pensé que la ministra Salgado daría la noticia que muchos esperábamos, pero no. Me imaginaba una interrupción en la programación televisiva, un kit-kat en el que aparecería la ministra franqueada por el ministro Gómez, y a su vez por Joana Barceló y todos sus homónimos. Y esperaba que la señora ministra diera la noticia de que el paro había terminado. Pero no. La noticia no fue esta, ni llegó con tanto bombo.

La noticia fue, pero no fue la que se esperaba. La noticia fue que en España había cuatro millones de economías sumergidas. El informe no dice pero, si estas economías sumergidas provienen de los cuatro millones –y aumentando- de parados o si en cambio provienen de asalariados con doble ocupación. Aunque lo más probable sea aquello de fifty-fifty. Mitad y mitad porque a nadie se le escapa que a un parado que hasta febrero cobraba un subsidio de cuatrocientos euros, pueda pagar el alquiler, comer y además vestirse. Y no digamos si además tiene que mantener a más bocas.

Y de la otra mitad, tampoco debe escandalizarse uno, dado que la administración, en su día ya permitió contratos de a dos horas y poco más. Y ya se sabe, hecha la ley, hecha la trampa. Y más si esta ley –que se hizo en tiempos de bonanza económica- se hizo con el ánimo de legalizar parte de la economía sumergida de entonces.

Y dado que la economía va de mal en peor –por muchas elecciones que se avecinen son incapaces de desmentirlo- nos inventan soluciones energéticas y ecológicas para combatirla. Que el uso de la bicicleta es más económico que el turismo y el autobús es un algo que ya conocíamos. No era necesario que apareciera algún ilustrado del gobierno para decírnoslo. Y que si apagamos las bombillas gastaríamos menos, también lo sabemos quienes administramos nuestras economías domésticas. Pero parece que el gobierno ha hecho un ou amb dos vermells. Y eso no es nuevo.

Antiguamente, el alumbrado de las ciudades se componía de uno llamado guías, cuyas farolas se mantenían encendidas durante toda la noche, y otras llamadas horarias, que a una hora determinada se apagaban. Pues bien, a finales de los ochenta o principios de los noventa, por aquello de las políticas verdes, ecológicas y demás contaminaciones lumínicas, este alumbrado fue desapareciendo y aparecieron otras de las llamadas de bajo consumo, de menos contaminación lumínica, de tal y cual condición. Pero nadie se quiso enterar que si además del cambio de bombilla -y por supuesto de farola, con su coste añadido- se hubiera continuado con el sistema de las guías y las horarias ahora los municipios ahorrarían más de la mitad de la deuda que tienen con las compañías eléctricas.

Y no tan sólo esto, sino que si la deuda de los municipios con las compañías eléctricas fuera menor, seguramente el recibo doméstico también sería más barato, ya que no se tendría que compensar el déficit de tales empresas.

Y si no hubiera tanto déficit energético, Zapatero ya no tendría que ir viajando por el norte de África vendiendo cosas que no tenemos. ¿Cómo puede Zapatero exportar transición a países del norte de África si cuando empezó la transición española él tenía quince años? ¿Qué sabía de política en los años setenta, un crío de quince años? Pues nada o casi nada. Y si para ello tiene que acudir a los libros de texto, mal andamos. Porque la historia está retocada, inacabada y como suele decirse, escrita por los vencedores. Y no digamos cuando estos vencedores aún están vivos.

Estas últimas semanas se ha hablado mucho del tema del 23-F. Del 23-F de Milán, Armada y Tejero. Pocos son los que cuestionen la historia oficial, como pocos son los que hablen de los supuestos otros dos golpes que coincidieron en tiempo y hora y que esta misma historia oficial conjugó en uno sólo. Tal vez, algún día, nuestros hijos o nuestros nietos, tengan otra versión de esta nuestra historia reciente. La perspectiva, será otra, más libre, menos impuesta.

Y sin apartar la vista en la monarquía, y ya para terminar, por aquello de seguir en la misma línea de crítica irónica como sello personal de uno, la pregunta del millón, ¿no hubiera salido más rentable –ahora que se habla tanto de reducir costes presupuestarios- que el dinero de la herencia de Balada que se destina a Menorca, se hubiera hecho por transferencia bancaria en vez de tanto acto protocolario?.
Marzo 2011