DE TASAS E IMPUESTOS.

Encontrarse a alguien en las puertas de los juzgados levanta todo tipo de suspicacias. Y hoy en día, mucho más. Eso mismo me pasó hace unos pocos cuando, en las puertas del juzgado me encontré a Federico –hace tiempo que perdió el don-, y por unos instantes mi mente empezó a hacer cábalas que dieran razón a su presencia por aquel entorno judicial.

Como las posibilidades eran variadas y la incógnita seguía sin despejarse, decidí pasar al interrogatorio puro y duro, sin atajos y sin dar posibilidad de que me evadiera el tema. Descarté eso sí, cualquier denuncia electoral dado que su agrupación electoral de siempre, Federico & Mô no concurría en cartel en los próximos comicios. Podría eso sí, ser víctima de cualquier acto tipificado de aislado -tan de moda en los comentarios mediáticos-. O también, quien sabe, si el haber sido llamado a declarar ante la fiscalía anticorrupción…, aunque para él, los cuarenta y tantos kilómetros que lo distancian de Ponent, son muchos kilómetros.

Pero no, ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Ni lo habían denunciado por tema electoral, ni la fiscalía andaba tras sus pasos. Tampoco había sido víctima de ningún caso aislado de infracción penal. Había eso sí, decidido pasar a la acción. Se había convertido en un justiciero cervantino. El Quijote y su Sancho Panza, quedarían empequeñecidos tras la decisión tomada por él. Y no digamos de la figura de Martínez Soria con su “Don erre que erre”… Y sus lanzas se dirigían contra la administración.

La administración y “sus” ochenta y nueve céntimos de euro.
.-¿Ochenta y nueve céntimos de euro?, pregunté un algo extrañado.
.-Sí, los que me cobraron por unos intereses no deseados.

Reconozco que mi semblante debió decir muchas cosas, porque enseguida añadió una explicación a la incógnita que se planteaba. Resulta –me explica- que en su momento, por aquello de la tan cacareada crisis económica y de las soluciones planteadas por quienes mal-cobran por ello, se vio en la necesidad de pedir un aplazamiento en el pago de sus impuestos, tal y como predicaban las propagandas del sistema. Y hete aquí, que aunque había solicitado el poder hacerlo sin satisfacer interés alguno al erario público, se admite su aplazamiento por decreto ¡y con intereses!. Con intereses y sin celeridad alguna. Sin celeridad y con indefensión. Indefensión ante una respuesta que le llegó tarde para él y fuera de su plazo para pagar en voluntaria. Resultado, una diferenciación de lo que es impuesto y lo que es una tasa, y un apremio de ochenta y nueve céntimos de euro.

Recurrió con el convencimiento de que sus razones expuestas serían suficientes para que se le devolvieran aquellos céntimos de euro, pero el desistimiento fue lo único que recibió como contestación. Caso omiso le hicieron a su implícita constancia de satisfacerlo sin interés alguno. Parecía que estaba negociando ante un banco o ante una compañía de telefonía. La administración le mostraba su parte más fría y recaudatoria.

Su siguiente paso, un contencioso administrativo, una espera de varios años, y la espera, como no, de una interpretación de la misma. Y así estaba. Acababa de formalizar la presentación del contencioso administrativo y a la espera de que dentro de algunos años, alguien interpretara que aquellos ochenta y nueve céntimos –más los intereses- tenían que volver a su cuenta bancaria….

.-¿Y si la interpretación ésta, es contraria a su tesis? ¿Se imagina lo que le costará de su erario “particular”, tal cervantina decisión?
.-Pues estoy tranquilo -me contestó- . Tienes que saber que los asesores a los que estoy abonado, me confirman que tenemos muchas posibilidades de ganar. Más aún, el fallo judicial no tardará muchos años.
.-Pues son muy optimistas sus “asesores”.
.-Más que optimistas, realistas. Verás, la administración no suele comparecer ante un contencioso de ochenta y tantos céntimos. Y además, acostumbrado al silencio administrativo, ni se molesta. Y a la no comparecencia a la demanda, se falla a las pretensiones del demandante.
.-¿Y si para fastidio suyo, esta vez, sí se presenta?
.-Pues le saldrá más cara sa salsa que es peix. Imagínese que tenga que pagar abogado y procurador…. ¡Y todo por ochenta y nueve céntimos de euro!.
.-¿Y si le condenan a usted a pagar las costas del juicio?.
.-Las estadísticas juegan a mi favor.
.-Fíese usted de las estadísticas…. Estos días están que echan humo…..
.-De momento, moralmente, ya he vencido. La administración ya lleva gastado varios euros en los trámites: que si el informe correspondiente de la unidad recaudadora, que si el informe técnico, que si la firma del secretario, que si la notificación con acuse de recibo….. ¡Vamos, que de económico, no le ha salido el juego!.
.-Y además, la inspiración para un escrito. ¡Y esto si que no tiene precio!.

PUBLICADO EL 8 MAYO 2011, EN EL DIARIO MENORCA.