TODO POR LA PATRIA

Era el lema que aparecía en las entradas de los acuartelamientos. Supongo –espero y deseo- que aún hoy, donde los haya, sigan manteniendo erigido el espíritu de servicio a esta patria común, nación, estado o país, o como quiera denominársele ahora. Eran otros tiempos, también es verdad, cuando la mayoría de españoles pasábamos un periodo de nuestra juventud en adquirir unos compromisos patrios, y a su vez, acostumbrarnos a una disciplina muchas veces incomprendida, pero que a lo largo de nuestra vida posterior, nos ha gratificado.

Se finiquitó la milicia obligatoria y se reagruparon las tropas según las necesidades del momento. Al cabo de los años, un buen día, pese a cualquier pronóstico, una mujer desembarcó en la jefatura política de estos ejércitos. Las lupas dirigieron sus miradas en busca de cualquier tropiezo, de cualquier errada que la hiciera vulnerable. Carme Chacón resistió el embate machista de esta sociedad, y se ganó el respeto de sus subordinados. A la vez que se los ganaba, también se ganaba al público que veía en ella un nuevo modelo de hacer patria, un nuevo modelo de hacer política.

Debió incluso llegar a creerse que la igualdad en España era posible, y que el machismo estaba desterrado. Pero no, una parte de la población política, pese a la cremallera fotográfica, sigue buscando en el liderazgo masculino, las soluciones a todos los males. La democracia, a veces y en según qué lugares, no es buena consejera. Y en casa de uno, menos aún. Y eso que lo intentó, pero no. No hubo ni votos ni oportunidad.

¿Qué pensará su homóloga Leire Pajín sobre la retirada de Carme Chacón? ¿Dirá que ha sido por una presión machista, una presión política o simplemente una decisión personal?. Tampoco es que nos importe mucho su pensamiento. Lo que si nos importará será por lo otro. O sea, por el sucesor. O sea, Alfredo Pérez. Quien por cierto, diez segundos y…….nueve décimas en los cien metros, eso sí, cuando murió Franco. Y de eso ya hace años.

Y no se lo pierdan, Alfredo Pérez, también era nieto de republicano. Como Zapatero. Y además…. hijo de un aviador sublevado contra la República. Y además dicen que va a ser quien va a terminar con la ETA. Y eso que en su día negó repetidamente que el Gobierno estuviera implicado con el GAL. Como también es de suponer que haya negado cualquier relación del ministerio de Interior con el caso Faisán. Y eso que de joven le decían renovador. Que le acusaron de ser antiguerrista. Y que estaba cansado.

En una entrevista realizada por el periodista Juan José Millás en junio del año pasado, Rubalcaba le manifestó que no quería ser vicepresidente y que no quería volver a la Moncloa. ¡Y ahora, va, y se postula como candidato a presidente!. Y aquí, o bien Zapatero ha vuelto a meter la gamba, o simplemente, quien mande dentro del PSOE ha metido la pata hasta en el fondo del fango. Y no es para menos. Rubalcaba representa la oscuridad de miras, el pasado, la dictadura dura y pura de un gobierno sin ideas, de un gobierno vendido a los banqueros, a los dictados de los países más ricos. En contra, Carme Chacón, representa la apertura a la sociedad, el buen talante que nunca se ha encontrado en los dictados del Gobierno, el progreso tan esperado por muchos, el futuro, vamos. Y sin sospechas.

Y la decisión unipersonal, individual u orgánica, tanto da, sólo reafirma la poca o nula democracia interna que existe en el seno del partido que se dice socialista, además de obrero y español. Democracia interna inexistente. Tutelada con la excusa de no quebrar la unidad. ¿Acaso creen que colocando cadenas y mordazas soldarán las fracturas abiertas? ¿Por qué no aprovechar este debacle en los comicios para rejuvenecer la cúpula socialista y dar salida a una nueva ilusión? ¿Por qué desperdiciar este año, y los próximos, por el sólo hecho de salvar la inoperancia de Rodríguez, Zapatero para más señas?

Y la decisión de Carme Chacón aparece bajo la disciplina del acuartelamiento. No por la patria, sino todo lo contrario. Al someterse bajo la disciplina del partido, lo ha dado todo por el partido, aunque por ello mismo, su patria, su estado, su nación, su país, o como quiera llamársele, salgan perdiendo.

O eso, o un temor oculto.


Aunque como en la mili, el valor, se le supone.


PUBLICADO EL 1 JUNIO 2011, EN EL DIARIO MENORCA.