EL QUERER Y EL PODER


Cierto es que las estadísticas suelen ayudarnos a tomar decisiones. Y aunque las estadísticas se diferencien de las encuestas, también es cierto que éstas pueden ser deliberadamente dirigidas hacia la opinión que interesa al promotor de la misma. Hacer una pregunta u otra, hacerla en un determinado momento, o dejar de contabilizar alguna variante o vector, nos mostrará una realidad no real. Los datos serán ciertos, pero no serán todos los datos.
La tensión o el susto de cada viernes, debería ser analizada con datos estadísticos en la visita a los centros de salud. Conocer si tras cada decisión tomada por el Consejo de Ministros, aumenta o disminuye la visita a los servicios de urgencias, sería una variante a tener en cuenta para conocer el estado real de la población ante las decisiones de nuestros gobernantes.
El pulso no basta tomarlo en la calle, sino en el propio individuo. El miércoles pasado me invitaron a una reunión de clientes de un conocido centro comercial menorquín. Era una reunión en pequeño comité. Siete en total. Era la toma del pulso al cliente. Conocer sus inquietudes, sus necesidades, sus porqués, y sobre todo, sus opiniones. Sus críticas, vamos.
Una hora y media de hábil interrogatorio. Hora y media de contacto con gente que trabaja para crear empresa y a la vez, para satisfacer al cliente. Porque eso lo tienen claro. Como en la selección del personal. No todos sirven para atención al cliente. No todos cumplen el perfil adecuado. Ni todos sirven para mandar, ni todos sirven para servir. Teniendo contento al cliente, ganamos todos: cliente, empresario y trabajador.
Coincidimos los siete en las mismas líneas generales. Valoramos positivamente la limpieza, la luminosidad y el buen trato. Y aunque parezcan conceptos básicos, irrenunciables en cualquier establecimiento que se dedique a la venta al público, estos mismos valores son los que a veces notamos a faltar, juntos o por separado, en comparaciones a la competencia.
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Llega el viernes y la amenaza de algunas futuras medidas no deja de planear sobre nuestras cabezas. Un bulo corre como la pólvora. Al final, no deja de ser una broma de algún hartado de la política. El Gobierno decide expropiar el cincuenta por ciento del capital de las aportaciones a los planes de pensiones. El cincuenta por ciento restante lo mantiene en las entidades bancarias, mientras que de su parte expropiada, mitad lo recuperará el beneficiario, y la otra mitad se lo queda el Tesoro. Un bulo, nada más. Un disgusto terrible para quienes están a punto de la jubilación. La alarma se desmiente al instante, pero allí queda. Y con un ruego: “que no se entere el Gobierno”.
Y pasado el susto, nos queda la mosca. Y detrás de la oreja. Nadie del pueblo llano entiende qué ha pasado en el Consejo de Ministros. Nadie de los comparecientes habla de recortes. Nadie habla de impuestos o gravámenes. Esta vez no aplazan la edad de la jubilación, sino que aumentan el porcentaje de paro y como no, los años en salir de la crisis.
Los brotes verdes siguen siendo un espejismo. Y lejísimos. La barrera de los años catorce, aumenta. Llegarán los años dieciséis y aún estaremos buscando aquellos dichosos brotes socialistas. Y la mosca sigue volátil.
Sospechas que algo gordo se está tramando. ¿No habrán sido capaces de hacerlo todavía público? Te escuece no tener información. El barco está a la deriva. Sigue estando a la deriva. Desconoces si han mandado algún S.O.S o si es que no hay cobertura. Desconoces si estamos al día con la póliza de seguros. Desconoces sobre todo si el patrón de la embarcación tiene actualizado su titulación. Y si los oficiales de a bordo obtuvieron el título en alguna tómbola. Tus cábalas siguen y seguirán sin respuesta. Y esto no te tranquiliza.
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Quieres echar un capote. Les brindas la oportunidad de ser oído. Ya no sabes si estás afónico o es que te hacen oídos sordos. No les preocupa lo más mínimo. Son seres superiores y te ningunean. O al menos, se lo creen. Ellos deciden. Los unos y los otros. Y los demás. Son relativamente muchos más de los que te creías al principio. Son el poder. Los poderes, vamos. Y del Estado. Y de la economía. Y de Europa. Y del mundo. ¿Cómo quieres que te escuchen?.
Tu ignorancia no acabó de entender la última comparecencia. Bruselas decidirá. ¿Por qué tener un Gobierno, un parlamento, y un monarca en España si al final quien decide nuestro futuro es Bruselas? Te resistes. Quieres seguir siendo nacional de España, como la radio, vamos, y te das cuenta que eres vasallo de Europa.
Te inspiras en el miércoles pasado y te imaginas un pequeño comité hablando con el presidente Rajoy. Te imaginas las opiniones dispares, pero también las coincidentes. Buscarías culpables de la crisis. Pediríais responsabilidades, sanciones y dimisiones. Pediríais responsabilidades por tanto sobre ilícito y por tanto sinvergüenza suelto. Y también pediríais que se rodeara de gente entendida, sabia. Que de haberlas, haylas.
Está claro que el equipo pierde. Y por goleada. El portero, el delantero, la defensa o el equipo entero, falla. O el entrenador por mala alineación. O la junta directiva por no incentivar al equipo o por no sufragar algún refuerzo. Pero alguien falla. Si el norte funciona, el sur, también debería funcionar. O nos posicionamos al norte. Como aquellos que en su día inventaron aquella frase de que “no retrocede, da media vuelta y sigue avanzando”.
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Avanzar y no retroceder. Me posiciono en Menorca y me imagino los campos cultivados, los pastos llenos de vacuno y bovino, los frutales de inmensa flor. Me posiciono en el resto de España y observo fábricas en construcción y trabajadores que empiezan a fabricar el producto nacional. Frigoríficos, lavadoras, secadoras, cocinas y extractoras con nombre español. Me imagino turismos, ciclomotores, motocicletas y camiones también con linaje español. ¿Qué necesidad tenemos de invertir en tierras extranjeras?
Retrocedo al miércoles pasado. Observo producto menorquín, que vende en Menorca y con capital menorquín. Y con beneficio Menorquín. Y también solidario. ¿Por qué no ser solidarios con nosotros mismos?
Nos falta iniciativa. Nos falta sangre y nos sobra horchata. Sangre menorquina y española. Y formación. Ya no hay mecánicos ni aprendices. Hay cambiadores de placas, técnicos, ingenieros y oficiales de tercera. Nos hacen falta peones, circuitos y condensadores y nos sobran placas y circuitos integrados.
Y saber escuchar. Y bajar de las nubes. Y pensar que los de abajo, el pueblo llano, siguen siendo personas. Personas honradas, incluso. Padres y madres de familia. Hijos y nietos. Criaturas humanas.
Y falta sentido común. Y sentido de la responsabilidad. Que seis millones son muchos millones por mucho que la Merkel y sus socios digan lo contrario. Que seis millones son ejército. Un ejército hambriento y sediento de justicia. Y no veo a responsable alguno enjuiciado. Sólo leo argucias legales, recursos y aplazamientos.
Nadie dice nadie contesta. El equipo del Banco de España no habla. Y si habla no dice. Y si dice, nadie se entera.
Me vuelvo a posicionarme en mi Menorca. Me imagino campos estériles y rocosos sembrados de placas solares. Molinos que giran y giran. Me imagino independiente -energéticamente hablando- del país galo. Pero no, siempre encontraremos razones, excusas, intereses, para que nos frenen ser nosotros mismos. El poder, siempre el poder.
El poder, y no querer.
El querer, y no poder.


PUBLICADO EL 30 ABRIL 2013, EN EL DIARIO MENORCA.

¿QUÉ FUE PRIMERO, LA ROSA O EL LIBRO?


Como lo del huevo y la gallina, vamos.  Y a la pregunta habrá también que delimitarle el espacio físico al que nos referimos.  No es lo mismo referirnos al territorio de Cataluña que al de Cuenca o al de Menorca, pongamos por caso.  Y por supuesto, los genes, la sangre, o el apego a nuestra roqueta, dejan la sentencia clarificada.
Está claro que en la fecha del 23 de abril, convergen dos conmemoraciones  y dos intereses.  Por un lado, la  muerte de los escritores Miguel de Cervantes y de Shakespeare, y el respaldo de la UNESCO, que en 1995  lo declaró como el Día Internacional del libro y del derecho de autor. Y por otro, lo de Sant Jordi, con el dragón, la princesa y la sangre que regó aquella tierra de la que brotó una rosa de color rojizo.
 Pero de escritores, ni uno, ni el otro. Resulta que el único  conocido entre el mundo de las letra y de las palabras escritas, de las frases y demás,    que se murió un 23 de abril fue Josep Pla, y eso  ya en el año 1981, cuando los libreros ya salían a la calle con descuento incluido. 
Y es que Miguel de Cervantes según dicen por ahí – o sea, por la red  esta que hace milagros y nos agiliza el tiempo cronometrado- falleció un día antes, aunque eso sí, su entierro fue en la fecha dicha.   Y de Shakespeare pues otro tanto,  parece que su calendario era juliano -que nada tiene que ver con el marido de la cebolla- y por eso dicen los gregorianos que  debió  fallecer a principio de mayo.  Pero ya se sabe, que para no disgustar ni a España ni a los súbditos de su graciosa majestad, pues juntamos fechas y todos contentos.
¡Otro gallo hubiera cantado si Shakespeare hubiera sido súbdito de la señora Merkel!. No hubiera habido ni san Jorge, ni sant Jordi, ni nada que se le pareciera, que hubiera terciado por él.  Y es que  los designios de la señora Merkel son inescrutables.  A lo mejor, incluso el tiempo atmosférico de mayo hubiera complacido más a los libreros que este suelo mojado de abril sí, abril también.
Aunque para ser justos, habrá que decir que en esto, al menos España se adelantó.  La España entera, la del año veintiséis  del siglo pasado, claro, cuando se estableció que fuera el día 7 de octubre -fecha que se creía que lo era del nacimiento del padre del Quijote-  la festividad del libro español.  Y el culpable de todo, un valenciano, y por más inri, apellidado Clavel.
Y cuando ya tenemos el libro justificado, van y aparecen las rosas.  O Sant Jordi, que dirán los catalanes.  Y su leyenda, que por cierto, fue muy anterior a los Cervantes y Shakesperare unidos.  Y todo lo demás, ya vino rodado.
Al cambiar de fecha, al cambiar octubre por abril, los catalanes ganaron por goleada.  Y las floristerías no digamos.  Y yo me pregunto, ¿por qué no regalar  claveles en vez de rosas? ¿Por qué no reivindicar la rosa en honor al apellido de quien propuso tal celebración?
Y razones muchas y variadas, o ninguna, vaya  usted a saber. Bueno, una al menos.  La rosa es más cara y por ende, hay más negocio. El clavel más barato y más español del sur.  Y la leyenda.  España en esto de las leyendas, no se pierde ni una.  Y si Sant Jordi mataba al dragón y de su sangre manaba una rosa roja, pues no digamos.  Y si la agraciada era  una princesita  del cuento de hadas, más que mejor.
Y a todo esto, seguimos retrocediendo en el tiempo.  O al menos, podríamos hacer una crítica de ello.  La amada regala un libro al hombre, y éste le corresponde con la entrega de una rosa.  O al menos, así se nos vende.   Y así  el machismo continúa. ¿Por qué no cambiar la leyenda y que  entre ambos se regalen  libros, cultura al fin y al cabo? 
O más aún, un libro y una rosa. 
Y esto no lo he inventado yo, lo ha inventado Araceli, quien  estos días te regalaba una rosa por cada libro que adquirías.  ¿Cuándo veremos que al comprar una rosa se nos obsequie con un libro?
En este caso, sin duda  lo primero fue el libro.  La rosa vino después.

PUBLICADO EL 24 ABRIL 2013, EN EL DIARIO MENORCA.

SE BUSCA FANTASMA PARA LA ISLA DEL REY.


Primeramente pedir disculpas al Teniente General Alejandre, dado que el título de este escrito salió a colación en una conversación que mantuvimos el pasado domingo en la Isla del Rey, él como “alma mater” de todo lo que se guisa en aquel entorno peculiar sito en el interior del puerto de Mahón-Es Castell y yo como simple acompañante de unos invitados.

Era la segunda vez que ponía los pies en aquella isla. La primera, varios –pocos- años atrás, en una excursión programada por las iglesias del Carmen-Santa Eulalia y San Francisco. Ésta, acompañando al Coro del Deixem-lo-Dol del Centre de Cultura de Es Castell. Paula, Cristina y Josebi son miembros “cantaires” de dicho coro y no había que desperdiciar la ocasión, primero para volver a oírlos cantar, y segundo para volver a visitar tan emblemático lugar.

Llegamos a bordo de la lancha de la isla sobre las diez de la mañana de un soleado domingo. Tras escuchar y aprender de las explicaciones del anfitrión, se te abre el apetito de rebuscar en la historia y de consolidarla. No puede ser de otra forma. En poco tiempo, como si el tiempo apremiara, aparece en escena una visión docente, instructiva e histórica, de aquellos edificios, de aquellos tiempos, de aquellas personas y de su convivencia, forzada tal vez, convivencia al fin y al cabo. Empiezas a captar aquel mensaje que habita en aquellas gentes que, domingo tras domingo, restan unas horas de vida familiar para contribuir a un ideal comunitario. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Visita y oído al canto. Del Deixem lo Dol, claro. Bajo la magnífica dirección del maestro Tóbal Torrent, “las cobles” de la composición de Joan Pons Preto se hacían oír en aquella capilla, seguidas de “La Sirena”, “Sa Finestreta”, “Sa balada den Lucas” “Sonrisa de Menorca”, “Coros de Nabucco”, “Ball de rams”,… Allí, el tiempo se paró. Por unos instantes, aquellas tres generaciones vocales, habían puesto cadenas y candados a las manecillas de los relojes. Daba la sensación de que el tiempo era ajeno a nosotros, pero no, el horario debía seguir su curso. Los viajes de retorno tenían su hora y el desayuno nos esperaba para que lo degustáramos. No podíamos faltar ni a lo uno, ni por supuesto, a lo otro.

Si más arriba volvía cientos de años atrás y comentaba sobre una tal vez, forzada convivencia, actualmente te encuentras una convivencia que no entiende del término “forzado”, ni de clases sociales, ni de intelectualidades. Son como los actores de Fuenteovejuna. Profesores, farmacéuticos, doctores, ejecutivos bancarios, militares, mecánicos, bisuteros, auxiliares de clínica y empleados de limpieza, funcionarios, jubilados…, todos hacen comunión en un mismo ideal. Son los amigos de aquel islote. Y son simplemente eso, amigos.

Y organizados, claro, bajo la batuta de otro director de escena. Te encuentras con la preservación del medio, aislado y conectado a la vez. Utilizando los adelantos de la técnica y suficientemente distanciado de la civilización a veces dañina, aquel islote es como un oasis en medio de un desierto de incomprensión, del individualismo societal, de enfermedades cada vez más de espíritu que de cuerpo. Y sus amigos, unos maestros conocedores de su entorno, su historia, su fauna y su vegetación.

Se nos habla de su torre central, divisora de la de la Mola y de la des Castell y del Palau Oliver. Y de otras. De las cisternas, de sus recogidas, de sus canelones. Por un momento te olvidas de los nitratos y de los cinco céntimos de más que te costará la botella del supermercado. Recuerdas que no hace tanto, aún utilizabas la de tu casa. Y de que aún observas en el patio, aquel còssil utilizado cuando las lavadoras aún estaban por inventar o era un lujo que en aquellos tiempos de crisis continua, tu hogar no se podía permitir.

Y en éstas que propones que se celebren bodas, convites, comuniones…, que se explote con todo tipo de celebraciones –dentro de un orden, claro-, tal como la Mola, aquel islote. Descartas el uso sectario, tal como ocurre con el Lazareto. La respuesta no se hace esperar. Todo está pensado. Y se andará. Se te hace un boceto de proyectos, que te hacen ver que tenemos la guerra ganada, batalla a batalla, sí, pero ganada.

Y te falta algo al proyecto. Te ves rodeado de las historias del Golden Farm, del Hostal del Almirante, de la antigua Residencia Virgen de Montetoro… Y no lo dudas. Te falta un fantasma. Un fantasma que recorra aquellos corredores en noches de tramontana, de luna llena y de llovizna golpeada. Un fantasma, una historia, una intriga, que añada morbo a aquel hasta ahora islote, ahora ya proyecto futuro.
Luego, sólo será cuestión de márquetin. Y de dinero, por supuesto.
De momento, el banco y la tetera ya están en tierra firme. El fantasma, por allí suelto, o deambulando en alguna mente retorcida. Quién sabe.

PUBLICADO EL 16 ABRIL 2013, EN EL DIARIO MENORCA.

ROSAS CON ESPINAS ENVENENADAS.


Nadie podrá negar el encanto que tienen las rosas.  Además, incluso les hemos añadido variedad de colores a fin de vender el producto para cada ocasión: que si el rojo es pasión, el blanco pureza, el azul….  Incluso las espinas del tallo hacen lo suyo, que si la delicadeza, que si lo escondido…  Y como en todo lo que el humano toca, pues allí va el negocio.

El mes de abril suele ser por imperativo de la moda y de los catalanes, el mes de la rosa.  Y de los libros -esto ya con más implicados en la historia-.  Y de libros viene el tema hoy.  Dejaremos para otro escrito  los motivos por el que se regalarán más adelante los libros y rosas y nos centraremos en la aparición de dos nuevos libros al abanico de los ya existentes.

Desconozco si se lee mucho o poco, pero de escribir se escribe bastante.  Y  estas fechas suelen ser las elegidas para publicar las novedades.  “Adiós, Princesa” será sin duda una de los novedades más morbosas de esta temporada.  Y el morbo, queramos o no, vende.  Y si además se habla de la Familia Real, pues más aún.   Independientemente de que el libro esté bien escrito o no, tenga consistencia o sea un bodrio, la campaña promocional caracterizada por ir filtrando el argumento, dará sus frutos. 

Lo que en otros países, o en otros instantes de la historia misma, apartarían al primo en cuestión a un destierro en el olvido, la sociedad actual española en cambio le reportará unos muy por seguros dividendos por una siempre presunta traición.  El pan, no sé, pero el circo, lo tenemos asegurado.

Trescientas cuatro páginas pueden albergar muchas espinas, muchos arañazos, muchos supuestos celos, rencores y envidias familiares.  Y suelen ser las que más duelen.  Las más difíciles de negar.  Las más fáciles de creer.  Atrás quedarán  noticias sobre  imputaciones, paraísos fiscales y presuntos amoríos en cacería.  Atrás quedarán cifras de paro y declaraciones de renta, tasas, impuestos y deuda hipotecaria.  El pueblo ya tiene sangre, ahora sólo falta esperar que renazca de ella  una rosa roja para que cada caballero se la  entregue a su princesa.

Sin duda, esta historia, la de hoy, no tiene caballero, sino todo lo contrario.  Y la rosa, con espinas, y envenenada.

Y otra rosa con espinas para algunos, y envenenada para menos, será la también novedad en forma de libro, esta vez  de la mano y escritura de Paul Preston, titulado “El zorro rojo. La vida de Santiago Carrillo”.  Paul Preston historiador donde los haya, ha prestado gran servicio a la historia de España, y sobre todo a la transición.  Y éste libro es un servicio más a esta historia escondida, acallada y negada.

Las cosas no suelen ser como queda reflejada en los medios ni en los libros, porque la inmediatez hace que no se investigue, que cuando se investigue se busque lo políticamente correcto y que las historias personales están intoxicadas.  Sólo hay que observarlo en los discursos, oratorias y demás comentarios cuando alguien fallece o se jubila.  Todos destacamos lo bueno y echamos un ligero – o grueso- tul sobre lo ya no tan bueno.  Y allí quedará reflejado en la historia personal, y en la más cercana.

A Santiago Carrillo le llovieron muchas acusaciones, pero el siempre recurrido “y los otros más”, pudo con todo.  Y las nuevas conciencias democráticas no querían investigar ni les interesaba investigar.  Ahora, décadas después, tiene que venir un súbdito de su graciosas majestad –súbdito republicano, además- para instruirnos sobre cómo y quién era realmente Santiago Carrillo.

Los calificativos de manipulador, mentiroso, traidor y ambicioso, son sólo un ejemplo de los muchos de los que circulan por sus páginas.  Y no nos sorprenderá porque, en el fondo de nuestra conciencia, teníamos latente la posibilidad de muchas acciones sangrientas, sino  en sus manos, en sus omisiones o  en sus órdenes.  Y es que en  una guerra civil, hay mucho lugar para el odio, el rencor, las rencillas y las envidias. 

¡Y luego nos quejamos de la corrupción, amiguismo y secretismo de hoy en día!.
La corrupción ¿un tema para la historia o para el  morbo?.

PUBLICADO EL 10 ABRIL 2013, EN EL DIARIO MENORCA.

DEL PAJARITO DE CHÁVEZ A LA HERENCIA DEL REY.


Y el título de hoy  podría seguir con aquello de “pasando por la imputación de la infanta y por la sentencia de los genéricos en la India”.   Y es que de títulos hay muchos, y no precisamente nobiliarios, aunque algunos de sus protagonistas posean más de uno. 

Y es porque a uno  el tiempo le apremia y la cosa no está para ocupar página día si y otro también,  porque de lo contrario  habría para empapelar habitación tras habitación en algún palacete de estos pagados con presuntos favores.  En menos de una semana cuatro titulares –o más- han movido la bilis de más de uno.   La bilis, la leche –la mala- y demás fluidos.

A Maduro se le ha parecido un pajarito chiquitito en forma de Chávez. ¿O sería al revés, que un Chávez chiquitito se le ha aparecido en forma de pajarito?. Y eso que no estábamos en tiempos de carnaval sino más de bien eran tiempos de  Semana Santa.  Y no digamos nada de Evo Morales que en plan víctima ya prepara su electorado en contra de los yanquis,. ¡Y todo por culpa de un simple constipado!. ¡Mira que si llega a padecer la gripe!.

Y es que los mandatarios están mal acostumbrados.  Demasiado mimados, vamos.  Se creen  por encima del bien y del mal, y eso, ya pasó a la historia.  O debería de haber pasado.  Y no  ahora, sino  hace mucho tiempo.  En España por ejemplo, quisimos hacer una Constitución tan moderna y tan progresista que  nos olvidamos que aquello de que la monarquía venía por designio divino, estaba en desuso. Vamos, que no era nada democrático.

Y eso ya lo sabíamos, y si no que se lo pregunten  a la hija del Caudillo de antes -y también según las monedas de entonces,  por la gracia divina- , que  antes de entrar en vigor la Constitución se la detuvo en el aeropuerto de Barajas con treinta y tantas medallas de su fallecido padre  a las que  pretendía  trasladar a Suiza para “presuntamente”  fundirlas para hacerse un reloj de cuco.   Y se la condenó a una millonaria multa, sí.  Aunque años después, ya con la Constitución en vigor, ésta le  fuera anulada.

 Pero eso de irse de vacaciones a Suiza viene de antaño.  Irse de ruta como se diría ahora.  Incluso, Alfonso XIII cuando decidió tomar las de Villadiego parece que también  se fue bien acompañado.  Y si no, que expliquen la herencia que estos días ha salido a la palestra informativa.  Pero lo de la transparencia no parece ser su fuerte.  Ni la de sus vasallos ni validos. 

Y es que el secreto es el secreto, aunque éste sea a voces.  Y no  es cosa de ahora.  Desde hace varios años circula por la red,  libremente y  en formato pdf, una biografía no autorizada del nieto del de Villadiego y escrita supuestamente por Patricia Sverlo.  Y lo curioso es que parte de su contenido coincide con las preguntas parlamentarias que Izquierda Unida ha presentado en el Congreso.   Y el secreto se mantiene.

Y no se investiga.  Ni se investigará.   La inviolabilidad y la no sujeción a la responsabilidad, es lo mismo.  Y eso que la justicia debería ser igual para todos, perno no.  Quien no está acogida a esta impunidad, tan real como la vida misma, es la biznieta quien como ciudadana ya ha sido llamada a declarar –falta conocer  la resolución del recurso de la fiscalía-  en calidad de imputada.  Y eso  por darle seguridad jurídica, claro.

Y lo de la herencia no se investiga porque el Gobierno no quiere. Eso dicen.  Pero ni el actual ni los pasados.  Los secretos a voces no son de ahora, sino desde el mismo momento en que dos lo saben. Y no digamos cuando son tres o cuatro, o más.  Y seguimos enmudecidos y sin tomar partido por los disidentes. Y es que son muchos los elefantes de partidos,  quienes en temas reales, ni afirman ni desmienten.  Y no digamos de los vasallos. Que de haberlos, ya son muchos.  Muchos y acallados.  Y es que el hambre, aún no aflora.

Las grasas aún nos conservan y con tanto chorizo, se mantienen inalterables los niveles de colesterol.  Del bueno, no se, pero del malo, mucho.  Y eso les salva de que los privilegios no se les acaben.  Que mientras el pueblo tenga pan, ellos tendrán dulces y chocolates, aunque para mantener el pan y los dulces, sea necesario empeñar las pensiones y jubilaciones futuras.  Pero esto ya es hablar de futuro, y no del presente.

El futuro de muchos enfermos se sentenció en la India estos últimos días.  El
Tribunal Supremo de este país dicta sentencia contra los negocios de una  industria farmacéutica y a favor de los genéricos patrios.  Y es que querer cobrar  más de tres mil euros por una medicina que su genérico cuesta menos de sesenta euros, es un abuso, cuando no un robo.  Y eso debería de sorprender a muchos, aún cuando en España todos sucumbimos al negocio de la “gripe A” y la pronta caducidad de las vacunas existentes.

Y de otra caducidad ya no tenemos de qué preocuparnos.  Al menos, por decreto, los yogures ya no caducarán.  Otra cosa es que uno se contamine o tenga descomposición intestinal por no seguir las recomendaciones del fabricante en cuanto a la consumición preferente del mismo.    Y uno cuando escucha lo de preferentes, ya se asusta. Le suena a entidad bancaria y es como ver al diablo aparecérsele, ya no en forma de pajarito chiquitito sino de aguilucho protegido.

Y de aguiluchos, en España tenemos muchos.  Y de protegidos, la mayoría por no decir todos.  ¿Se nos aparecerá algún día alguno bicharraco de éstos  que nos haga tomar las de Villadiego?

¿O hará ya tiempo que se nos ha aparecido y aún estamos de resaca?

Y  ojo, no podremos abatirlo en vuelo porque están protegidos.  ¡Aunque no por estar en vía de extinción!.

PUBLICADO EL 5 DE ABRIL 2013, EN EL DIARIO MENORCA.

LO QUE SILENCIAN LOS MEDIOS.



“Cuando quiero que un asunto no se resuelva, lo encomiendo a un comité”
                                                                                     (Napoleón)


Tras el reciente viaje de nuestro presidente a Rusia para abrir nuevas rutas turísticas y  preparar una futura  misión comercial con aquel país, de lo que se hicieron eco tanto medios  locales como nacionales, es sorprendente como los mismos medios  silenciaron la “escala” nada técnica  realizada por dicha comisión a una pequeña localidad  vallisoletana limítrofe con Salamanca y Zamora.

Torrecilla de San Juan de Jerusalén  tiene alrededor de trescientos habitantes y descendiendo (289 según los datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística para el año 2012).  La Iglesia de Santa María del Castillo y la Ermita de Nuestra Señora del Carmen son lugares de visita para el turista que se acerca a aquellas tierras vallisoletanas.  Por la noche pero, la visión cambia.  El pueblo permanece oculto bajo una tranquila oscuridad. Y no es que celebren la hora del planeta, no.

 En su plaza mayor aún perdura el nombre del Generalísimo y nada parece alterar la tranquilidad de aquellos hombres y mujeres que, día  tras día, se aferran a lo antiguo para adentrarse en lo moderno. ¿Para qué retirar el nombre de la plaza si en Palma, quitaron al Capitán Salóm para colocar al sanguinario Alfonso el Magnánimo?

La página web  de su ayuntamiento promovida por la diputación de Valladolid es prueba de esta lucha diaria entre conservar lo antiguo y adentrarse al mundo actual.   La oscuridad de su alumbrado público es reciente.   En el mes de Octubre del año pasado el pleno del ayuntamiento acordó por unanimidad la colocación de unos detectores de presencia en cada una de los casi centenar puntos de luz que hay distribuidos a lo largo de su casco urbano.  Así, con una inversión mínima, las farolas sólo se encienden si algún residente necesita transitar por sus vías.  Mientras, el ahorro es total.  ¿Qué mejor eficacia en el ahorro energético que la de quien no gasta?  ¿Por qué no copiaron otros proyectos más costosos de cambio de luminarias, bombillas inteligentes y demás innovadoras ideas que han tenido otros municipios?

Y ahora dan un paso al frente.  Otro paso al frente.  La de los residuos urbanos.  Sólo tres personas empadronadas en el pueblo están censadas como buscadores de empleo. Son jóvenes con edades de 18, 20 y 22 años.  Iker, Javier y Antonio son sus nombres.  Y su propuesta es sencilla.  E innovadora. Han propuesto a su ayuntamiento que el pueblo se desvincule del consorcio de la diputación para el reciclaje del cartón, vidrio y plástico.  Y ellos se ofrecen para llevar a cabo dicha tarea.  Y es que Torrecilla de San Juan de Jerusalén  ya no recicla.  O todo lo contrario.

Los casi mil euros que debía  abonar  mensualmente el consistorio a la diputación para tal menester, añadidos al negocio que les pueda aportar el producto del reciclaje, les bastará para subsistir sin necesidad de recurrir a otras ayudas públicas ni familiares.  Y dicho y hecho.  Hace dos semanas  que los contenedores han sido retirados de las calles.  Cada mañana, a las primeras luces, recogen cada una de las bolsas que sus vecinos han ido sacando durante la noche anterior.  En un solar que les ha prestado el ayuntamiento a las afueras del poblado, empiezan al despiece de aquellos restos.  Plásticos, cartones, orgánica, vidrio…, una tras otra  se van apilando por  grupos.  Lo orgánico pasa a compost, los tapones plásticos son separados de las botellas, el hierro es decantado  y cada grupo va a su destino.

Hasta aquí nada de extrañar.  La crisis abre horizontes y nos devuelve a métodos que siempre habían funcionado.  La incógnita aparece cuando la visita es acallada.  ¿Por qué no se hizo pública la visita de nuestros representantes? ¿Cuál fue el objetivo de aquella “escala” no programada?.

¿Buscará Baleares un lugar tranquilo y alejado de protestas ecologistas  que nos produzca energía eólica? ¿O la buscará solar?  ¿O serán los no llegados residuos que debían ir a la incineradora de Son Reus quienes irán a este nuevo destino?  Nadie sabe, nadie contesta.

Ni la oposición presenta cuestión alguna.  ¿Será que con tanto ERE andaluz, uno ya está descolocado mirando el ombligo?

Otros rumores apuntaban que  la próxima construcción de una nave de limpieza de envases, en la Part Forana, podría haber  motivado  dicha visita para tomar buena nota del proceso manual de reciclaje de material en desuso.  ¿Otra tasa a la vuelta de las vacaciones?  ¿O será la supresión de las ya engendradas?

Copiar a veces es bueno.  Copiar y pegar, de vagos. 

 COMO CONTRIBUCIÓN A LA TRADICIÓN DEL 1º DE ABRIL EN MENORCA.


¿NOS AVISAN O LOS AYUDAN?


Uno ya no sabe si la noticia es para tranquilizarnos o si todo lo contrario, para ponernos el corazón a ciento y tantos por minuto.  Hace pocas fechas que aparecía la noticia de que a partir del próximo año, a los mayores de cincuenta años se nos remitirá una carta en la que se nos indicará de cuál podría ser nuestra posible pensión futura  cuando lleguemos a la edad legal  de jubilación, eso sí, de mantenerse el actual nivel de cotizaciones y por supuesto, de mantenerse la legislación vigente.

También avisan de que dicha carta no supondrá un compromiso de pago ni tendrá  efecto jurídico alguno.  No lo dice, pero es de suponer que el único efecto que produzca sea el de miedo y angustia a un futuro aún más desconocido.  Y no digamos cuando estas cartas empiecen a mandarse a los que tienen  cuarenta años, y  a los de  treinta, con mitad de vida en el desempleo y la otra en contratos basura y medias jornadas.

Y el mensaje es claro:  “Usted no va a cobrar una pensión digna, ni nada que se le parezca.  Le aconsejamos, eso sí, que se haga un plan de pensiones, que lo invierta en una entidad bancaria y así a su jubilación, disfrutará de un añadido a la misma”.

Y uno, desconfiado ya con los unos y con los otros, se atreve a escribir una segunda parte al aviso: “Usted no cobrará ninguna pensión digna, de eso puede estar seguro.  Nadie le engaña.  Ahorre cada mes la mayor cantidad de dinero que pueda, e inviértalo en comprar oro.  Esconda en su casa el oro que pueda ahorrar cada mes y guárdelo en un sitio en el que ni usted pueda hacer uso de él.  Cuando llegue a la edad de jubilación, vaya empeñando o vendiendo cantidades mínimas según sean sus necesidades.  Sólo así se asegura una buena inversión.  Sólo así se asegura disponer de liquidez en cada momento.  Sólo así se asegura de  que ni la  troica ni ningún gobierno ni ningún banquero, decidirán su futuro económico.”

Y uno puesto a preguntarse, se pregunta por qué no mandan más cartas a todos los posibles presuntos y les indican las penas en que pueden incurrir en caso de delinquir.  Eso si,  dejando claro que los indultos, apelaciones y demás atenuantes no están contemplados.  Y puestos que estamos, no estaría de más, que dichas cartas también incluyeran un apartado ficticio en el que se contemplara que en caso de que todos los chorizos habidos durante los veintitantos últimos años, devolvieran lo robado al erario público,  qué incidencia tendría ésta con la revaloración de nuestras pensiones.

Y puestos a aportar  más ideas, ¿por qué el Estado no se hace depositario de los fondos de pensiones y demás cargas que satisfacen los obreros y empresarios, y a la jubilación de cada uno, se le paga según sea el depósito? ¿Por qué ningún gobierno ni actual ni anterior, ni sindicato, ni empresario, ha sido capaz ni de hacerlo ni de sugerirlo? ¿Qué intereses hay y ha habido en no querer hacer una caja individual sobre las pensiones de cada uno?

¿Qué garantía tiene uno de que lo que disponga en una caja común llamada entidad bancaria, rendirá suficiente después de impuestos, talas y derramas?

¿Por qué nos recomienda el gobierno de turno que invirtamos en planes de pensiones en vez de ahorrar en nuestras casas?  ¿Qué intereses hay  de que el dinero se aleje de nuestros bolsillos?

PUBLICADO EL 1 DE ABRIL DE 2013, EN EL DIARIO MENORCA.