Y el título de hoy podría seguir con aquello de “pasando por la
imputación de la infanta y por la sentencia de los genéricos en la India ”. Y es que de títulos hay muchos, y no precisamente
nobiliarios, aunque algunos de sus protagonistas posean más de uno.
Y es porque a
uno el tiempo le apremia y la cosa no
está para ocupar página día si y otro también,
porque de lo contrario habría
para empapelar habitación tras habitación en algún palacete de estos pagados
con presuntos favores. En menos de una
semana cuatro titulares –o más- han movido la bilis de más de uno. La bilis, la leche –la mala- y demás fluidos.
A Maduro se le ha
parecido un pajarito chiquitito en forma de Chávez. ¿O sería al revés, que un
Chávez chiquitito se le ha aparecido en forma de pajarito?. Y eso que no
estábamos en tiempos de carnaval sino más de bien eran tiempos de Semana Santa.
Y no digamos nada de Evo Morales que en plan víctima ya prepara su electorado
en contra de los yanquis,. ¡Y todo por culpa de un simple constipado!. ¡Mira
que si llega a padecer la gripe!.
Y es que los
mandatarios están mal acostumbrados.
Demasiado mimados, vamos. Se
creen por encima del bien y del mal, y
eso, ya pasó a la historia. O debería de
haber pasado. Y no ahora, sino hace mucho tiempo. En España por ejemplo, quisimos hacer una
Constitución tan moderna y tan progresista que
nos olvidamos que aquello de que la monarquía venía por designio divino,
estaba en desuso. Vamos, que no era nada democrático.
Y eso ya lo
sabíamos, y si no que se lo pregunten a
la hija del Caudillo de antes -y también según las monedas de entonces, por la gracia divina- , que antes de entrar en vigor la Constitución se la
detuvo en el aeropuerto de Barajas con treinta y tantas medallas de su
fallecido padre a las que pretendía trasladar a Suiza para “presuntamente” fundirlas para hacerse un reloj de cuco. Y se la condenó a una millonaria multa,
sí. Aunque años después, ya con la Constitución en
vigor, ésta le fuera anulada.
Pero eso de irse de vacaciones a Suiza viene
de antaño. Irse de ruta como se diría
ahora. Incluso, Alfonso XIII cuando
decidió tomar las de Villadiego parece que también se fue bien acompañado. Y si no, que expliquen la herencia que estos
días ha salido a la palestra informativa.
Pero lo de la transparencia no parece ser su fuerte. Ni la de sus vasallos ni validos.
Y es que el secreto
es el secreto, aunque éste sea a voces.
Y no es cosa de ahora. Desde hace varios años circula por la
red, libremente y en formato pdf, una biografía no autorizada del
nieto del de Villadiego y escrita supuestamente por Patricia Sverlo. Y lo curioso es que parte de su contenido
coincide con las preguntas parlamentarias que Izquierda Unida ha presentado en
el Congreso. Y el secreto se mantiene.
Y no se investiga. Ni se investigará. La inviolabilidad y la no sujeción a la
responsabilidad, es lo mismo. Y eso que
la justicia debería ser igual para todos, perno no. Quien no está acogida a esta impunidad, tan
real como la vida misma, es la biznieta quien como ciudadana ya ha sido llamada
a declarar –falta conocer la resolución
del recurso de la fiscalía- en calidad
de imputada. Y eso por darle seguridad jurídica, claro.
Y lo de la herencia
no se investiga porque el Gobierno no quiere. Eso dicen. Pero ni el actual ni los pasados. Los secretos a voces no son de ahora, sino
desde el mismo momento en que dos lo saben. Y no digamos cuando son tres o
cuatro, o más. Y seguimos enmudecidos y
sin tomar partido por los disidentes. Y es que son muchos los elefantes de
partidos, quienes en temas reales, ni
afirman ni desmienten. Y no digamos de
los vasallos. Que de haberlos, ya son muchos.
Muchos y acallados. Y es que el
hambre, aún no aflora.
Las grasas aún nos
conservan y con tanto chorizo, se mantienen inalterables los niveles de
colesterol. Del bueno, no se, pero del
malo, mucho. Y eso les salva de que los
privilegios no se les acaben. Que
mientras el pueblo tenga pan, ellos tendrán dulces y chocolates, aunque para
mantener el pan y los dulces, sea necesario empeñar las pensiones y
jubilaciones futuras. Pero esto ya es
hablar de futuro, y no del presente.
El futuro de muchos
enfermos se sentenció en la
India estos últimos días.
El
Tribunal Supremo de este país
dicta sentencia contra los negocios de una
industria farmacéutica y a favor de los genéricos patrios. Y es que querer cobrar más de tres mil euros por una medicina que su
genérico cuesta menos de sesenta euros, es un abuso, cuando no un robo. Y eso debería de sorprender a muchos, aún
cuando en España todos sucumbimos al negocio de la “gripe A” y la pronta
caducidad de las vacunas existentes.
Y de otra caducidad
ya no tenemos de qué preocuparnos. Al
menos, por decreto, los yogures ya no caducarán. Otra cosa es que uno se contamine o tenga
descomposición intestinal por no seguir las recomendaciones del fabricante en
cuanto a la consumición preferente del mismo.
Y uno cuando escucha lo de
preferentes, ya se asusta. Le suena a entidad bancaria y es como ver al diablo
aparecérsele, ya no en forma de pajarito chiquitito sino de aguilucho
protegido.
Y de aguiluchos, en
España tenemos muchos. Y de protegidos,
la mayoría por no decir todos. ¿Se nos aparecerá
algún día alguno bicharraco de éstos que
nos haga tomar las de Villadiego?
¿O hará ya tiempo
que se nos ha aparecido y aún estamos de resaca?
Y ojo, no podremos abatirlo en vuelo porque
están protegidos. ¡Aunque no por estar
en vía de extinción!.
PUBLICADO EL 5 DE ABRIL 2013, EN EL DIARIO MENORCA.