Nadie
podrá negar el encanto que tienen las rosas.
Además, incluso les hemos añadido variedad de colores a fin de vender el
producto para cada ocasión: que si el rojo es pasión, el blanco pureza, el
azul…. Incluso las espinas del tallo
hacen lo suyo, que si la delicadeza, que si lo escondido… Y como en todo lo que el humano toca, pues
allí va el negocio.
El
mes de abril suele ser por imperativo de la moda y de los catalanes, el mes de
la rosa. Y de los libros -esto ya con
más implicados en la historia-. Y de
libros viene el tema hoy. Dejaremos para
otro escrito los motivos por el que se
regalarán más adelante los libros y rosas y nos centraremos en la aparición de
dos nuevos libros al abanico de los ya existentes.
Desconozco
si se lee mucho o poco, pero de escribir se escribe bastante. Y
estas fechas suelen ser las elegidas para publicar las novedades. “Adiós, Princesa” será sin duda una de los
novedades más morbosas de esta temporada.
Y el morbo, queramos o no, vende.
Y si además se habla de la Familia Real, pues más aún. Independientemente de que el libro esté bien
escrito o no, tenga consistencia o sea un bodrio, la campaña promocional
caracterizada por ir filtrando el argumento, dará sus frutos.
Lo
que en otros países, o en otros instantes de la historia misma, apartarían al
primo en cuestión a un destierro en el olvido, la sociedad actual española en
cambio le reportará unos muy por seguros dividendos por una siempre presunta
traición. El pan, no sé, pero el circo,
lo tenemos asegurado.
Trescientas
cuatro páginas pueden albergar muchas espinas, muchos arañazos, muchos
supuestos celos, rencores y envidias familiares. Y suelen ser las que más duelen. Las más difíciles de negar. Las más fáciles de creer. Atrás quedarán noticias sobre imputaciones, paraísos fiscales y presuntos
amoríos en cacería. Atrás quedarán
cifras de paro y declaraciones de renta, tasas, impuestos y deuda
hipotecaria. El pueblo ya tiene sangre,
ahora sólo falta esperar que renazca de ella
una rosa roja para que cada caballero se la entregue a su princesa.
Sin
duda, esta historia, la de hoy, no tiene caballero, sino todo lo
contrario. Y la rosa, con espinas, y
envenenada.
Y
otra rosa con espinas para algunos, y envenenada para menos, será la también
novedad en forma de libro, esta vez de
la mano y escritura de Paul Preston, titulado “El zorro rojo. La vida de
Santiago Carrillo”. Paul Preston
historiador donde los haya, ha prestado gran servicio a la historia de España,
y sobre todo a la transición. Y éste
libro es un servicio más a esta historia escondida, acallada y negada.
Las
cosas no suelen ser como queda reflejada en los medios ni en los libros, porque
la inmediatez hace que no se investigue, que cuando se investigue se busque lo
políticamente correcto y que las historias personales están intoxicadas. Sólo hay que observarlo en los discursos,
oratorias y demás comentarios cuando alguien fallece o se jubila. Todos destacamos lo bueno y echamos un ligero
– o grueso- tul sobre lo ya no tan bueno.
Y allí quedará reflejado en la historia personal, y en la más cercana.
A
Santiago Carrillo le llovieron muchas acusaciones, pero el siempre recurrido “y
los otros más”, pudo con todo. Y las
nuevas conciencias democráticas no querían investigar ni les interesaba
investigar. Ahora, décadas después,
tiene que venir un súbdito de su graciosas majestad –súbdito republicano,
además- para instruirnos sobre cómo y quién era realmente Santiago Carrillo.
Los
calificativos de manipulador, mentiroso, traidor y ambicioso, son sólo un
ejemplo de los muchos de los que circulan por sus páginas. Y no nos sorprenderá porque, en el fondo de
nuestra conciencia, teníamos latente la posibilidad de muchas acciones
sangrientas, sino en sus manos, en sus
omisiones o en sus órdenes. Y es que en
una guerra civil, hay mucho lugar para el odio, el rencor, las rencillas
y las envidias.
¡Y
luego nos quejamos de la corrupción, amiguismo y secretismo de hoy en día!.
La
corrupción ¿un tema para la historia o para el
morbo?.
PUBLICADO EL 10 ABRIL 2013, EN EL DIARIO MENORCA.