MES DE DESPEDIDAS. MES DE REENCUENTROS

Noviembre –mes noveno en antiguo calendario- no pasa indiferente para ninguno de los mortales. Más bien, buscamos en él la inmortalidad. No en vano, celebramos la fiesta de nuestros difuntos con la siempre esperanza de un reencuentro en tiempo futuro. Noveno mes, mes del fin y del inicio, según la numerología.

En noviembre de hace dos años inicié la colaboración asidua con el Boletín. Meses atrás, en febrero con la fiebre de los “amorados” tuve mi “primera vez” con el Boletín, y por ende, con vosotros. Y la culpa, sin duda fue de Rafa. Meses después, aquella “primera vez” se convirtió en matrimonio consumado hasta el momento. Pero los matrimonios necesitan su espacio, su rincón, sus manías…

Cuando cada mes de noviembre rendimos homenaje a nuestros difuntos –para las estadísticas los números son fríos y lo que no se manifiesta, no existe-, nos damos cuenta de aquel vacío, de aquel espacio perdido y de difícil relleno. Pero el ser humano es inteligente. Suple aquel vacío con la imaginación y la esperanza en un futuro lleno de felicidad y reencuentro.

Así lo creo yo también. O al menos, de alguna u otra forma, espero una continuidad de algo. Y me apoyo en un experiencia propia. Una experiencia extracorpórea, como técnicamente se define. Bien, ahora, unos que se dicen científicos, por aquello de echar creencias por tierra, dicen que todas estas experiencias se deben a alucinaciones. ¿Estaría drogado cuando de pronto me observaba desde fuera de mí?

Una jugarreta del cerebro, ni más ni menos. ¿Y el que no tragara agua alguna cuando me encontraba varios metros bajo el agua?, otra jugarreta de la glotis, dirían. ¿Y la felicidad y tranquilidad reinante?, funcionamiento anormal de la dopamina. A cada pregunta, una respuesta.

Una respuesta sin respuesta, sin convencimiento. No importa. Cada uno cree según sus vivencias, sus necesidades, según su cultura…. Decía al principio que el matrimonio necesita su espacio. Cuando uno adelgaza hay que renovar armarios. Pantalones más estrechos, blusas y camisas más ajustadas. Nuestro boletín adelgaza a pasos agigantados y la capacidad en sus bolsillos mengua. Y el espacio, falta. Como en los matrimonios.

Mi conciencia, buena o mala –vaya uno a saber- me recuerda que estoy ocupando un espacio. Un espacio que a su vez también es de otros. De otros muchos. De todos vosotros.

Mi egoísmo por salir en los papeles impide a otros ver publicados sus creaciones, sus reportajes, sus fotografías, sus noticias. Y si el espacio es necesario en el matrimonio, también lo es en el Boletín. Y más cuando éste adelgaza, cuando los bolsillos empequeñecen y el cinturón se ajusta.


Han sido dos años en que mes a mes me habéis abierto vuestro tiempo, me habéis dado vuestro espacio, y todo por culpa de Rafa, vuestro coordinador, dinamizador, incansable profesional que lo es, en todo lo que se propone.

Mi egoísmo, mi orgullo, mi lealtad, mis necesidades terrenales me obligan, me aconsejan, me susurran, una retirada. O un paso adelante. O lo que viene en llamarse hoy en día, darme un tiempo sabático. Una retirada a tiempo, una victoria.

Gracias Rafa. Gracias a todos vosotros por vuestro espacio.

¡Ah!, y no olvido nuestra ya cita anual. Con toque de fabiol incluido.

Gracias.



PUBLICADO en el número del mes de NOVIEMBRE de 2011, en EL BULLETÍ DEL CENTRE DE PERSONES MAJORS. Area de Acció Social. Consell Insular de Menorca