En este caso uno duda
en el título. Si titularlo con las
siglas de las formaciones políticas o de hacerlo con los nombres de los cabezas
de lista. En ambas formaciones parece
que la marca no es del partido sino más bien de quien lo encabeza. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tienen mucho
en común. Sino en el fondo, al menos en las formas.
Como enemigo común
tienen al Partido Popular, antes incluso que el desempleo, que la corrupción y
los independentismos. Ambos dan la
sensación de confeccionar sus programas, promesas y discursos según el
barómetro del momento. Y a estas alturas
es difícil ya separar las siglas del cabeza de cartel. No ocurre así con el PP
del que ya se habla de la “Operación Menina”.
Pero estas semejanzas
pueden ser peligrosas, al menos para los ciudadanos de a pie. Querer gobernar a cualquier precio puede ser
peligroso y más a estas alturas. Y no me
refiero a un gobierno del PSOE, sino una coalición con Podemos. O al menos con el Podemos dirigido por Pablo
Iglesias. La supuesta falta de democracia interna demostrada para
con sus círculos, denota una imposición desde la cúpula. Atrás quedan aquellas promesas de que las
decisiones se tomarían en los círculos locales.
Y prueba de ello es la confección de la lista al Congreso en Baleares.
Y aunque uno no quiere
ser demagogo ni hacer mención a los siempre presuntos negocios y colaboraciones
de algunos de sus dirigentes con el régimen venezolano, es algo que está
presente tanto en las hemerotecas como en el pensamiento de muchos electores.
Pero sin Podemos, el
PSOE lo tiene crudo. O al menos esto
cree Pedro Sánchez quien ya prepara el terreno para gobernar a toda costa. Pero
el PSOE no es sólo Pedro Sánchez. El
actual electorado socialista es burgués y también es asalariado. Y
socialdemócrata. Mayoritariamente socialdemócrata. No hace falta buscar más abanico sino
conservar el que se tiene. Este
electorado es fiel y no le falta
entusiasmo.
Pedro Sánchez debería
encaminarse a eso mismo. Conservar su electorado y pactar si es necesario a
tres bandas. Y no precisamente con Podemos de Pablo Iglesias. Y con ello se
beneficiarían no tan sólo el PSOE sino también España entera. Si son capaces de
unirse (PP-Ciudadanos-PSOE) contra los
terroristas, también lo podrían hacer
contra el desempleo, la corrupción, y en beneficio de la sanidad, la
educación…, aunque para ello tuvieran todos que ceder algo de su planteamiento
electoral. Y de sus convicciones
capitalistas.
Y del concepto de
Estado.
PUBLICADO EL 10 DICIEMBRE 2015, EN EL DIARIO MENORCA.