HERMANO MAYOR

O hermana mayor, que no se nos enfade la ministra del ramo. ¿Qué es un herman@ mayor –y no precisamente en un cofradía-? Pues cada uno sacará su propia definición según experiencia, empatía o demás métodos de percepción. ¿Y si el herman@ mayor, además es rico?. ¿Y si ….?.

Bueno, primeramente diferenciar el hermano mayor del Gran Hermano televisivo. Diferenciados éstos por cada uno de los simples mortales, diré que el título de hoy lo atribuyo a la comparación con Mallorca, nuestra isla hermana, mayor, o vaya usted a saber. O la isla rica, al menos a tenor de lo presuntamente investigado en los juzgados y fianzas prestadas.

Y las ventajas son muchas, a su favor, claro. Al pequeño –o sea, nosotros- condenados a perpetuidad a serlo, sólo nos crecerán los enanos y seguiremos yendo a la cola en cuanto a la primogenitura.

Aterrizas un día cualquiera y el trato ya es diferenciado. O al menos, el porcentaje de positivos da a entender una mejor selección en cuanto a los profesionales que viven atentos al público. La diversidad de productos, de modelos, la cantidad de elección, duplicará ofertas y ahorro. Es el momento en que desmonta uno la excusa de la insularidad. El sobre coste que padecemos en la menor no lo entiendes, a no ser que se esgrima la siempre excusa de la doble insularidad. ¿Acaso tienen que recalar en la mayor y de allí, cruzar el charco?
Puedes coger el autobús, como medio económico, rápido y eficaz, pero tienes prisa y gustas de coger el taxi y contemplar la lentitud del taxímetro. Y si además el conductor es un zalamero andaluz, no les cuento. Pagas e incluso dejas propina. Y allí te encuentras con la filosofía del pueblo. Ésta que no sale en los tratados pero es real como la vida misma. Mientras uno echa de menos en su tierra menor unas verdaderas grandes superficies, unos centros comerciales al estilo europeo, el zalamero conductor, echa de menos la tranquilidad de los años sesenta. Y ambos queremos cambiar épocas y destinos. Él, retornar a la “tranquilidad” que aún se disfruta en Menorca, y uno, desconocedor de aquella libertad aparente, compaginarlo con aquellas ventajas económicas que vas palpando.

Te gusta ir a las grandes superficies y encontrar variedad de modelos, variedad de precios, la atención que se te presta. Eres un cliente y no una tarjeta de crédito. Encuentras menús a pocos euros sin que te “enchufen” el chupito de marras. Adaptas un sentimiento de libertad. Libertad de elección, de decisión. ¿Cómo sentirse libre si no tienes capacidad de elección?

El zalamero te lo pone difícil. Te brinda la opción de trasladarte unos cuantos “pìcs” al año a la mayor, o a la península, y preservar la menor, tanto o más como lo estamos haciendo. Le comentas pero, el problema del transporte, otro que tal. El coste, más bien, del transporte. Que si el efecto ratonera, que si la segunda maleta, que si días azules o con meses de antelación….. Le sigues hablando del estancamiento de la economía, del turismo, de los míseros salarios…

Se extraña cuando le hablas de la falta de iniciativa turística. Se extraña cuando le comentas que los puntos de información turística brillan por su ausencia. Se extraña cuando le comentas de la poca variedad ofertada por aquello del proteccionismo en demasíe. Te lo imaginas leyendo la noticia del Lazareto y su sorpresa contundente. No me lo dice, pero le leo el pensamiento. Nos falta visión, interés, ganas de trabajar el turismo. Pensamos antes en rendimientos que en servicio. Hay que cambiar el chip.

¿Y cómo lo cambiamos?. Habrá que cambiar chip, lector e inyector. Habrá sin duda que efectuar un estudio de pros y contras. Antes habremos que crear un presupuesto destinado para ello. Luego un director, gerente o alguien de confianza quien pueda convocar una rueda de prensa para dar a conocer tal o cual proyecto. En fin, seguimos siendo hermanos menores.

Pasamos por el palacio de Marivent. Nos explica el zalamero taxista que el palacio se lo regalaron al monarca los empresarios mallorquines, para que indirectamente se hiciera promoción de la isla. ¡Y sin estudios previos, presupuestos ni director que hiciera su presentación pública!.

¡Seguiremos siendo los hermanos menores!... ¡Y pobres!.
PUBLICADO EL 12 ABRIL 2010 EN EL DIARIO MENORCA.