DERECHO Y DEBER

Fumata gris. Gris, por no decir negra, la fumata que salió desde el Ministerio de Trabajo tras la reunión con los sindicatos. O tras el encuentro a manteles con Zapatero, quien sabe. Y es que cuando ambos, tanto Zapatero como los sindicatos, salen contentos de un acuerdo, algo no va bien. No va bien para el resto, me refiero.

Y en verdad, ambos han ganado. Zapatero gana enteros antes de su defenestración, ya no por las urnas, sino por sus propios correligionarios. Y los sindicatos, al no verse obligados a la movilización de sus masas, con el aún en mente fracaso de la convocatoria –y seguimiento- en su última mal llamada huelga general.

Y es un acuerdo a tres bandas -Gobierno-patronal-sindicatos- del que pocos deben fiarse. Al menos, quien esto escribe no se fía… y por varios motivos: principalmente porque aparece en campaña preelectoral y por quien la presenta. ¿Qué credibilidad tiene hoy en día cualquier palabra dada por parte del gobierno de la administración?

Cuando una administración peca de prepotencia, de burla continua y de eliminación de los derechos adquiridos por parte de la masa trabajadora durante años, cuando retrasa los haberes de proveedores y de incluso el de sus propios trabajadores, y en cambio sigue el juego de las grandes fortunas y entidades bancarias, lo único que fomenta es la desconfianza por parte del administrado e incluso de sus propios productores.
¿Qué credibilidad nos ofrecen unos sindicatos que son incapaces de poner sobre la mesa de negociación sobre el futuro de las pensiones, los retiros dorados de diputados y senadores? ¿Por qué no exigen también la supresión de los cargos vitalicios en el Consejo de Estado, las pagas de los ex presidentes de Gobierno, el regreso de las tropas españolas en el exterior, la persecución del fraude fiscal, la no condonación de la deuda a dictadores amigos y tantos otras formas de ahorro económico, antes que perjudicar al trabajador?.

¿Por qué en vez de jugar a la política del parcheo no se dedican a efectuar una seria reforma del estado de bienestar? ¿Por qué cada uno no se hace un fondo con su aportación y cada cual cobre según lo que ha aportado y no sobre lo que las futuras generaciones puedan aportar?

¿Por qué el Gobierno vuelve atrás en su política formativa? ¿Por qué atiende a volver a pagar los cuatrocientos euros sin exigir una presencia, una formación? ¿No se da cuenta de que está fomentando una economía sumergida? ¿No se da cuenta el Gobierno de que el pueblo empieza a darse cuenta de que está fomentando la economía sumergida? ¿Se preguntan ustedes por qué protestaron lo sindicatos a la propuesta del Gobierno de condicionar el subsidio a la realización de una formación, o lo que es lo mismo, a la presencia física de subsidiado durante un tiempo, en el que no se podría ejercer la economía sumergida? ¿Acaso temían que la subvenciones que hace el Gobierno, el Estado , los españoles contribuyentes al fin y al cabo, a los sindicatos se vieran recortadas?

Y el engaño. Todo este movimiento, todo este globo sonda, no es más que una cortina de humo. Nada tiene que ver con la crisis actual. Los efectos no son ni para hoy ni para mañana. Incluso tal vez ni se lleven a realizarse. Toda esta movida, foto o fumata, lo único que amaga es una inseguridad jurídica para el pueblo y una incerteza en la toma de decisiones por parte del poder instituido, todo ello acompasado con el mismo denominador común durante toda la etapa de Zapatero, que es simplemente la de falta de rumbo, falta de política y de criterio, y la subordinación a los dictados de países como EEUU y Alemania.

¿Y por qué no se dedican entre tanta reunión, entre tanto despilfarro, a fomentar el derecho y el deber constitucional al trabajo?. Derecho y deber.

Derecho y deber. Dos palabras, que seguramente no constan en el libro gordo del Gobierno actual.
PUBLICADO EL 2 FEBRERO 2011, EN EL DIARIO MENORCA