Cuenta atrás y …..movidas…, haylas. No voy a referirme a todo lo visto y por ver en este tiempo de campaña y precampaña. Habrá tiempo de sobra para referirnos a tantas prepotencias de unos, de otros y de más otros. Habrá tiempo para echar de menos a algunos nombres de las listas electorales y de alegrarte por la no inclusión de otros. Como lo habrá para que no te gusten rellenos o incluso te alegres por nuevos fichajes. Pero eso es el juego. Y son muchos quienes juegan al mismo. Los enlistados y los listos, diríamos. Los que muestran rostro y nombre y quienes desde el anonimato del voto se hacen notar en los círculos más íntimos del poder.
Pero hoy no voy a posicionarme. Tal vez no me posicione nunca. O tal vez, incluso sin saberlo, me posicione en cada escrito. O peor aún, tal vez me posicionen otros, que será peor. Pero hoy la culpa es de Federico. Federico tiene un instinto peculiar cara a las elecciones. Al menos, cuando se acerca el periodo de movidas, aparece como el Ave Fénix, y más moderno incluso, vía e-mail.
Y me preocupa Federico. O Mô. O ambos. Y es que en los últimos acercamientos, he notado como Mô estaba siempre ausente de sus comentarios, y no dudé en interrogarlo al respecto.
.-Tengo miedo, me respondió un austero Federico.
.-¿Miedo? ¿miedo de qué?
.-De la Ley Sinde.
.-¿¡!?. Se hizo un silencio. Por un momento pensé que los efectos de la edad, o el alemán de marras había empezado a declararse en Federico. Pero él, interpretó aquel silencio y quiso matizar sus palabras.
.-Mô tiene autor.
.-Tranquilo Federico, que Mô existía mucho antes que alguien se inventara el Maó oficial. Mô viene de padres a hijos, como de abuelos a nietos. Y eso nadie podrá evitarlo, por mucho copyright que se le ponga, y mientras aparezca sin foto….. Además, si es imagen corporativa, no hay porqué preocuparse. ¡Qué entre todos hacemos Mô!
.-Ya, pero unos más que otros…, como hacienda, vamos.
.-Como las pensiones diría yo. ¿Y que se le ofrece para la cita de mayo?
.-Un cambio.
.-A un cambio político, se referirá, no?
.-A un cambio. Un cambio de todo. Antes que cambiar políticas, podríamos hablar de cambiar personas. Por allí ya ganaríamos enteros, luego con buen entendimiento, bastaría.
.-Un poco iluso, no?. ¿Acaso cree que habría entendimiento si se cambiaran las personas?
.-Dependiendo de qué personas, si. Ni los unos son tan buenos, ni los otros son tan malos. Buscar el equilibrio es la solución. Ganaríamos en confianza, y por supuesto la clase política ganaría en credibilidad. El problema está en la misma confección de los partidos, de las listas, de las familias internas y sobre todo, en el apego a las poltronas de ciertos individuos que sólo pensar en volver a la vida “civil”, a las colas del paro, a los subsidios o simplemente a levantarse a las seis de la mañana, ya se apegan más a la silla y a los chanchullos.
.-Debería existir un periodo máximo en la ocupación de los cargos públicos.
.-Un periodo máximo y sin posibilidad de enchufe en la cosa pública, ni en las empresas ni en los sucedáneos. Y después de ello, vuelta a lo primario. Y así el reparto de la responsabilidad se iría repartiendo y sobre todo, pocos serían los que se enriquecerían con el erario público. Actualmente pocos son los que, habiendo saboreado la administración, no se retiren de ello.
.-¿Y lo ve usted factible?
.-Con el paro que hay, con la posibilidad de trabajar hasta los setenta años, con lo bien pagado que están los políticos……..
.-Vamos, cuesta abajo y acelerando.
.-Por eso necesitamos un cambio. Cambio de personas…., al menos.
.-Ya, usted sin posicionarse.
.-Y eso que siempre ganan los míos…
.-O los nuestros.
.-O ambos, vaya uno a saber.
Pero hoy no voy a posicionarme. Tal vez no me posicione nunca. O tal vez, incluso sin saberlo, me posicione en cada escrito. O peor aún, tal vez me posicionen otros, que será peor. Pero hoy la culpa es de Federico. Federico tiene un instinto peculiar cara a las elecciones. Al menos, cuando se acerca el periodo de movidas, aparece como el Ave Fénix, y más moderno incluso, vía e-mail.
Y me preocupa Federico. O Mô. O ambos. Y es que en los últimos acercamientos, he notado como Mô estaba siempre ausente de sus comentarios, y no dudé en interrogarlo al respecto.
.-Tengo miedo, me respondió un austero Federico.
.-¿Miedo? ¿miedo de qué?
.-De la Ley Sinde.
.-¿¡!?. Se hizo un silencio. Por un momento pensé que los efectos de la edad, o el alemán de marras había empezado a declararse en Federico. Pero él, interpretó aquel silencio y quiso matizar sus palabras.
.-Mô tiene autor.
.-Tranquilo Federico, que Mô existía mucho antes que alguien se inventara el Maó oficial. Mô viene de padres a hijos, como de abuelos a nietos. Y eso nadie podrá evitarlo, por mucho copyright que se le ponga, y mientras aparezca sin foto….. Además, si es imagen corporativa, no hay porqué preocuparse. ¡Qué entre todos hacemos Mô!
.-Ya, pero unos más que otros…, como hacienda, vamos.
.-Como las pensiones diría yo. ¿Y que se le ofrece para la cita de mayo?
.-Un cambio.
.-A un cambio político, se referirá, no?
.-A un cambio. Un cambio de todo. Antes que cambiar políticas, podríamos hablar de cambiar personas. Por allí ya ganaríamos enteros, luego con buen entendimiento, bastaría.
.-Un poco iluso, no?. ¿Acaso cree que habría entendimiento si se cambiaran las personas?
.-Dependiendo de qué personas, si. Ni los unos son tan buenos, ni los otros son tan malos. Buscar el equilibrio es la solución. Ganaríamos en confianza, y por supuesto la clase política ganaría en credibilidad. El problema está en la misma confección de los partidos, de las listas, de las familias internas y sobre todo, en el apego a las poltronas de ciertos individuos que sólo pensar en volver a la vida “civil”, a las colas del paro, a los subsidios o simplemente a levantarse a las seis de la mañana, ya se apegan más a la silla y a los chanchullos.
.-Debería existir un periodo máximo en la ocupación de los cargos públicos.
.-Un periodo máximo y sin posibilidad de enchufe en la cosa pública, ni en las empresas ni en los sucedáneos. Y después de ello, vuelta a lo primario. Y así el reparto de la responsabilidad se iría repartiendo y sobre todo, pocos serían los que se enriquecerían con el erario público. Actualmente pocos son los que, habiendo saboreado la administración, no se retiren de ello.
.-¿Y lo ve usted factible?
.-Con el paro que hay, con la posibilidad de trabajar hasta los setenta años, con lo bien pagado que están los políticos……..
.-Vamos, cuesta abajo y acelerando.
.-Por eso necesitamos un cambio. Cambio de personas…., al menos.
.-Ya, usted sin posicionarse.
.-Y eso que siempre ganan los míos…
.-O los nuestros.
.-O ambos, vaya uno a saber.
PUBLICADO EL 28 FEBRERO 2011, EN EL DIARIO MENORCA.