CELOSÍA

Podría haberlo titulado también como celotipia, pero suena a pedante. Y de pedantes ya vamos servidos. Demasiados pedantes, hipócritas, embusteros…, enfermos de la sociedad y de sí mismos, se nos cruzan a diario en nuestros caminos, en nuestro BOE, en nuestros impuestos…

Celosía porque está a la orden del día.  Pero no me referiré a la que se encuentra en las páginas de sucesos, ni en las causas de separaciones conyugales.  Aunque en cierta manera, de divorcio se trata. 

O se amaga, vamos.  A Rajoy se le ha criticado por activa y por pasiva, por lo hecho y por lo dejado sin hacer. Por lo dicho y por lo callado.  Por recortar derechos y sobre todo, por practicar de gallego.  Incluso por no dialogar con los catalanes.  Y ahora, que en la intimidad presuntamente negocia con los nacionalistas, los otros van y la lían.

Se la lían más bien.  Ataque de celos dirán algunos. O de cuernos, vaya usted a saber. Lo bueno del caso es que cuando Ciudadanos pactó con el PSOE no hubo tanto revuelo. Ahora, cuando sólo la suma lo delata, salta la liebre, la tortuga y el caracol, si cabe.

Y la moneda de cambio no parece ser que sea una consulta ni una negociación, como sí predicaban en días alternos los socialistas en la pasada legislatura.  La moneda parece ser el grupo parlamentario propio.  O lo que es lo mismo, una mayor asignación parlamentaria, traducido en euros. Y algo más. De euros, claro.

Y los celos no dejan ver el horizonte, ni las propias faltas de uno.  Si los nacionalistas abogan por tener grupo parlamentario propio,  otros habrán conseguido la silla para sentarse en la mesa del Congreso con el mismo desliz.   Con la misma mirada fugaz y sonrisa picarona.

Celosía es posesión.  La posesión es privación de derechos.  De libertades.  Un control parlamentario debe huir de secuestrar voluntades, más bien, debe remodelar, endulzar, y como no, aportar ideales.  Construir y no demoler.

Muchos dan la sensación de que trabajan, no para construir historias propias sino para derruir sueños ajenos.

Ahora mismo, el futuro necesita construir en el diálogo.  Fabricar un todo con diferentes materiales, abundante mano de obra y eso sí, con un proyecto en común.  Y trabajar en grupo, encabezado y dirigido por un buen equipo en la dirección de obra.


Pero claro, de momento nos falta el equipo, la voluntad de trabajar en grupo, y nos sobran, y mucho, los celos.  Los celos, las posesiones, los personalismos, y como no, los pedantes, hipócritas y embusteros a los que me refería al inicio.

PUBLICADO EL 28 DE JULIO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

PARAISO

La semana pasada vino con sobresaltos. Niza fue objetivo de un presunto loco –uno ya usa el término presunto hasta con los declarados confesos, no sea que alguien se dedique a reclamar judicialmente- y otros presuntos idos aplaudieron la muerte de un torero por cornada de toro.  La distancia que separa unos y otros es de consideración, pero en el fondo late una violencia, sea esta real o verbal, que se aleja del talante que muchos de nosotros desearíamos.

Lo bueno del caso es que algunos, en privado serán incapaces de expresar tales odios, mientras que en comparsa aumenta su potencial violento.  Y en otros ocurrirá todo lo contrario.  En privado manifestarán su intransigencia, y cuando elevan su presencia a lo políticamente correcto, su talante se vuelve más moderado.
Intransigencia y moderación puede que sean  términos que se necesiten, siempre y cuando la segunda gane el combate.  De lo contrario nos redirigiremos a una dictadura llámese ésta del pueblo, del populacho o simplemente del poder legalmente instituido. Y si mala una, mala la otra.

Turquía también nos ha dado un sobresalto.  Y tal ha sido la confusión, que uno ya no sabe si el resultado es bueno, malo o peor.  Otro sobresalto nos vendrá de Europa cuando nos castiguen a más recortes.  Uno ya mira al Reino Unido y se mira el ombligo. ¿Qué dirían las urnas si los españolitos y asimilados abriéramos la boca?
Quien en cambio sí se ha beneficiado de los recortes es el cura mallorquín condenado presuntamente por abusar de una monaguilla.  De los cuarenta y tantos años que le pedían en un primer momento, tras los recortes de rigor previo trato con el fiscal, le han quedado unos míseros seis años. 

Otra noticia judicial salta a la portada cuando la familia de la periodista fallecida tras ser atropellada, denuncia que se han visto presionados para aceptar un acuerdo.  Otra presunta duda más, en estos tratos de rebaja.

Y el título de hoy, nada tiene que ver con el antónimo de todo este desaguisado.  Ni el paraíso del loco al volante de un camión, ni de aquellos que viajan con los papeles de Panamá.  El título es mucho más sencillo.  Ni tampoco importa uno referirse a nuestra Menorca que en estas fechas, de paraíso no tiene ni una piedra, sino sólo propaganda.


El paraíso está en nosotros mismos.  En saber dar al interruptor, apagar toda conexión con el exterior, y vivir en armonía con uno mismo.  Despedirse por un rato del quehacer diario, del reloj, del  bullicio, del coche y  sobretodo, del gentío. 

PUBLICADO EL 21 DE JULIO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

INSOSTENIBILIDAD DE LAS PENSIONES

Cada vez que Rajoy echa mano en la caja de las pensiones, saltan las alarmas. Dos veces al año, coincidente con el pago de la extraordinaria de verano y de Navidad, los interesados en mover la opinión, aprovechan para recordarnos que el actual sistema de pensiones es insostenible.

También es verdad que estas opiniones abogan por un sistema mixto.  Algo público y algo privado.  Ahora incluso se atreven a denominarlo ahorro.  Uno, con más calva que canas, ya no se fía ni de la mano de Rajoy ni del comentario del experto.

Son demasiadas coincidencias.  O aunque fueran pocas. Uno ya no se fía de lo espontáneo, como para fiarse de las coincidencias.  A la entrada de la crisis, muchos éramos quienes sosteníamos a las entidades bancarias con la aportación mensual de un extra para el futuro de nuestra pensión. Cuando los brotes verdes se secaron, las aportaciones fueron paralizadas en muchos casos.  Y si además añadimos que de los beneficios, el Estado se queda con la mitad, a uno le da por recapacitar.

Y hete aquí, que en estas circunstancias, cuando el trabajador desconfía de los planes de pensiones, van unos entendidos y nos dicen que, o pagamos a los bancos o nos quedamos sin pensión de jubilación.  Y esto asusta.

Pero la culpa tampoco hay que atribuírsela toda a Rajoy. A finales de los ochenta, la caja de la SS, también estaba agujereada.  Al gobierno de entonces no se le ocurrió otra que absorbe a la MUNPAL y con ella, los derechos de sus mutualistas se fueron a pique.

Suerte que  uno piensa en positivo. Sabe que si el gobierno de Rajoy rescató a la banca con los recortes en  educación, sanidad, reforma laboral y a los funcionarios, cuando el Estado recupere de la banca su aportación, volverá a hincharse la caja única.

También es cierto, que es de suponer que el político de turno, antes de dejar al jubilado sin prestación económica, lo quitará de los sueldos de sus señorías y de las subvenciones a sindicatos y partidos políticos. ¿No?

Tampoco me preocupa la opinión del experto. Es eso mismo, una opinión.  Porque si uno hace caso a Rajoy, puede tranquilizarse.  Si el problema reside en que faltan aportaciones de trabajadores activos, una vez entren en el mercado laboral estos cientos de miles de españoles y asimilados de los que nos habla en cada campaña electoral, el asunto estará resuelto.

Y si alguien desconfía de Rajoy, pues que escuche a Pedro Sánchez, que como solución  inventará un impuesto para las pensiones. 

Vamos, que de insostenibilidad, nasti de plasti.

PUBLICADO EL 14 DE JULIO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.


REVÁLIDA EN LAS URNAS

Ya vamos para las dos semanas de la reválida política y los resultados no han variado de la nota final de curso.  Si bien, la promesa de no ir a unas terceras elecciones parece tomar fuerza.  Uno ya no sabe si por voluntad de entendimiento o simplemente por temor a perder al pájaro en mano.  O que el PP consiga a los ciento volando.

Lo cierto es que el pueblo ha vuelto a opinar.  Y aunque no variara en lo esencial, si que ha matizado su respuesta.  No quiere mayorías absolutas, pero mucho menos quiere una república bananera.

El PSOE parece haber entendido el mensaje.  Están llamados a ser oposición y quieren ejercer de ella.  Y reconstruirse. Sobre todo recuperar el espacio y la ilusión perdida.  Y este espacio no se recupera ni estando en coalición con el adversario, ni mucho menos con el enemigo que quiere su liquidación.

Y digo bien, adversario y enemigo.  El adversario en la política es quien está enfrente y no por ello enfrentado. Y uno necesita del otro para su existencia.  El enemigo es quien no necesita del otro y es más, le molesta su presencia.  La marca Podemos necesita la eliminación o reducción al mínimo exponente del PSOE para poder llegar a ser algo más que un aglutinado de indignados y salvadores de vaya a saber qué patria.

Miedo a lo desconocido tildará Iglesias a lo sucedido en las urnas.  Mientras los analistas políticos advierten que donde los populistas han perdido más votos, ha sido precisamente donde gobiernan, o sea, donde más se los conoce.  Y eso no pinta bien, nada bien.

Y por si alguno aún no lo tuviera claro, la censura ya ha sido declarada vigente en la agrupación.  El pensamiento, la palabra y la obra, ya son guiadas y unificadas. Ahora faltará la unidad en lo universal, y el cielo ganado.

En cambio Mariano Rajoy poco o nada ha tenido que hacer. Le avala el trabajo hecho,  el del apéndice, el del adversario y sobre todo, el voto útil. Y el del enemigo, también.   En la balanza también contrapone la corrupción y los recortes.

Y uno ya piensa que será que pesan más los activos que los pasivos.  O como dice Iglesias, el miedo a lo desconocido conocido. El peso de la coleta, vamos.

Lo cierto es que no hay cheque en blanco, y la lupa vigilará cada movimiento.  Gran Hermano será minucia en comparación al tiempo venidero.  Al menos, esta vez, las cámaras girarán en la dirección correcta. Ahora faltará que éstas estén conectadas, que graben las imágenes, que no se manipulen, que ….


Y los pillos serán pillados. Puede, si se quiere, sino….


PUBLICADO EL 7 DE JULIO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

EL IMPERIO CONTRAATACA

El imperio –el británico- contraataca.  Contraataca o se defiende, según se mire. Sin duda la noticia acaparó todo el espectro informativo. Todos daban por seguro la permanencia, pero las urnas, son las urnas.

Ni la campaña electoral ni elsjocs des Pla pudieron con el Brexit.  Se acabó el invento dirán algunos. Que se vayan ya, dicen otros.  Lo cierto es que los británicos dejaron de ser políticamente correctos. Dejaron, al menos, la mitad más uno, de ser hipócritas. 

Hipócritas por alargar el proceso.  Europa no está unida ni mucho menos, aunque reste soberanía a los que la integran.  No lo ha estado nunca. Europa es un puzle mal encajado, tímida y con piezas de colores conjuntadas con otras en blanco y negro.  El norte y el sur juntos no centran sino que dividen.  El rico y el pobre, no se igualan sino que se distancian. 

Quiero entender a los británicos por su alma de isleños.  Los muy suyos no quieren verse perjudicados por una comunidad exagerada, demasiada llena, demasiado pobre.  Y más cuando esta expansión puede perjudicar a sus gentes, a sus normas, a su idiosincrasia.¡Y eso que se les dejaba conducir por la izquierda y seguir pagando en libras!

Y entiendo a los mandamases europeos que quieren que la epidemia no se expanda. Quieren incinerar el cuerpo cuanto antes.  Que el mercado no se desplome. Que los empresarios ganen.  Porque eso sí,  el virus ya se ha manifestado.

Y no rasguemos vestiduras, porque Alemania haría lo propio si fuera ella la afectada.  O los franceses. O los belgas u holandeses.  Lo raro es que no lo hayan hecho otros más perjudicados.  España, por ejemplo. Grecia o Italia.  Pero España piensa en el pasivo y no en el activo.  Piensa en las pérdidas que le acechan y no en los beneficios que obtendría.  Y los que puede obtener, como con Cataluña, por ejemplo.

Y Cataluña calla y observa.  Por un momento, su sueño se estrelló en el intento. Su farol ha quedado a oscuras. Aunque, ahora mismo, para ellos esto es lo de menos. La dependencia interna también hace aguas, pese al paracetamol.

Europa no se acaba.  Europa empieza, de nuevo.  El futuro impondrá dos velocidades, dos comunidades. La de los vecinos y la del garaje.  La del ático y la de la conserjería.  Ylos británicos no serán ajenos, seguirán viviendo en el ático, paguen o no  comunidad.  Y otros, seguirán pagando y viviendo en el garaje.

Por cierto, el pasadodomingo se abrieron de nuevo las urnas en España.   Y vuelta a empezar. Nos vemos en seis meses. O un poco más.

PUBLICADO EL 30 JUNIO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

AQUELARRE POLÍTICO

Víspera de san Juan.  Hogueras, luminarias para todos los gustos y doctrinas.  Aquelarres y demás misterios que por una u otra razón, mantenemos a día de hoy.  Estallido de la fiesta y del sentir de un pueblo, de una gente, de un espíritu.

Penúltimo día de campaña electoral, sin programa ni gloria.  Ni solución para el día después. Ni pactos delatados ni amigos declarados.  Todos contra uno, todos contra todos, sería el eslogan de esta campaña.  Tal vez, incluso el eslogan del futuro que nos depara a los españoles. Quien no estuviera indignado, lo estará.  Quien lo esté, sobrevivirá. O todo lo contrario.

Bienaventurados quienes la política y sus decisiones no le afecten.  Bienaventurados quienes de ella viven.  Bienaventurados unos pocos.  El resto, la multitud, os apoyaremos en las urnas, en las decisiones que toméis y en las que no toméis. Y padeceremos en la cruz de cada fin de mes, en la de la llegada de los recibos de luz, agua y demás energías que mueven nuestras vidas, nuestro esqueleto, nuestra existencia. Renunciaremos a cada toque de BOE. Y nos resignaremos a la espera de la llegada de una nueva luz. De un nuevo aquelarre.  De un nuevo baile de brujas.

Bruj@s y mag@s.  Uno ya no sabe hacia dónde dirigir su voluntad política.  Voto útil, voto sentido  o simplemente un voto de castigo.  ¿Utilidad, sentimiento o castigo a quién?  El boomerang  político asusta.  Es traicionero y no tiene contrato. No cabe recurso y mucho menos, indemnización. Más bien, todo lo contrario.

El exilio es caro. Las cuentas tampoco salen.  Volar cuesta y nadar cansa.  Enrocados estamos tanto en pensamiento, apariencia y  presencia.  Mientras unos van, otros vienen.  Los números ni se crean ni se destruyen, se transforman, se movilizan, se canjean como cromos en el patio de un colegio.

Y Europa nos ama.  Y los políticos también. Y a unos más que a otros.  Como Hacienda, vamos.  También es publicidad. Engañosa o sincera.  Engañosa hacia unos, sincera hacia otros.  Los unos y los otros.  La diversidad que nos hace libres, dirán. La diversidad que nos separa, manifestarán.

Y tenemos los días contados.  Para lo uno, para el voto y castigo.  Para lo otro, para volar de nuevo al calendario y suspirar otro toc de flabiol.


Y así es la vida, un cronómetro que no tiene puesta a cero. Ni línea de parada ni palanca de marcha atrás.  Una vida restando días para unos, sumándolos para otros.  Una suma definida, una resta desconocida.  Una sierra sinfín que corta por lo sano y por lo decaído. 

PUBLICADO EL 23 DE JUNIO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.

PATO MAREADO

Desconozco como debe sentirse un pato mareado, pero seguro que no difiere del cómo se sienten muchos españolitos de a pie en plena campaña electoral.  Besitos, agresiones, insultos y  el ya consabido “tu más”.

Aunque atrás quedó aquel “puedo prometer y prometo”,  toma más fuerza el  de que  “vienen los rojos”. Y lo fuerte, no es que vengan, sino que,  de una forma u otra, ya estén aquí.  Rojos, azules, verdes, morados, anaranjados, para que luego digan que no tiene variedad la paleta de colores. Y resulta difícil tomar partido por el mejor.  Nadie da garantía de nada.  Quien promete no subir los impuestos, crea desconfianza por la palabra no cumplida.  Y los demás, o no tratan el tema, o abiertamente amenazan con subirlos.

Pedro Sánchez, eso sí, promete que no habrá terceros comicios.  Y eso también me asusta. ¿Será capaz de pactar con el diablo para conseguir palacete? ¿O con los catalanes de la CUP o las convergencias y demás uniones?

Pero la semana depara mucho más.  Los toros son toros y los caballos y corderos son otra cosa.  Cualquiera dice lo contrario a las puertas de Sant Joan y mucho menos aún, en plena campaña electoral.  Que el hecho que a un cordero se le mantenga despierto durante toda una noche para que no se ensucie y sobre todo, para que no incordie a su portador durante toda una larga jornada dominical, nadie lo cuestionará ni se atreverá a calificarlo de maltrato animal. Presuntamente, claro.

Ibiza también es noticia, y no ahora, sino desde hace ya tiempo.  Nadie habla de que la tasa del paro sea mínima o que haya desaparecido, pero la noticia se las trae.  Si de verdad Ibiza tiene problemas en cuanto a dar hospedaje a los trabajadores venidos de la península para trabajar durante el verano, es de suponer que todos, todos, todos, los parados de Ibiza ya estarán ocupados y por eso necesitan más mano de obra externa. ¿O es que me estoy mareando más de la cuenta?

Llegado a este punto uno desconoce si es que está mareado o simplemente son los otros, los que juegan a marear la perdiz.  Seguro que es la perdiz la que empieza a dar vueltas.  Y lo sé, porque la culpa siempre la tienen los otros.  Y cuantos más, mejor.  En esta ocasión, sólo faltaba que los comicios hubieran coincidido con la festividad de Sant Joan o en Es Diumenge des Be.  Me imagino la comitiva haciendo las visitas de rigor en los colegios electorales o incluso los lazos con colores alusivos. ¡Hubiera sido un Sant Joan per dalt de tot!


Y  con un cordero, un poco mareado, también.

PUBLICADO EL 16 DE JUNIO DE 2016, EN EL DIARIO MENORCA.