EL CUARTO REICH


Dice el refrán que cuando el río suena, agua lleva.  No en vano son muchas las opiniones que convergen en que la Alemania de Merkel acaba de parir el “Cuarto  Reich”.  Si bien el término se acuñó a en la década de los sesenta, ante la  presencia de políticos alemanes con vinculaciones nazis, es ahora cuando cobra más credibilidad con la Alemania de Merkel al controlar a Europa, ya no con las armas, sino con la economía.

Y si Hitler tuvo colaboradores en los países que iba ocupando,  la Europa de hoy también es sumisa a las decisiones de Merkel y todo su entramado.  Y no de ahora, sino de hace décadas.  La mal llamada unidad de Europa, la mal llamada unidad de la moneda euro, y tantos errores que se han ido cometiendo durante todo el  proceso, han contribuido a que la crisis ataque con más virulencia a unos países que a otros. 

Siempre el factor norte y el sur.  ¿Por qué los alemanes tienen el poder sobre el Banco Central Europeo? ¿Erraron los estadistas en permitir que las dos Alemanias se reunificaran? ¿Se equivocan los Gobiernos de la Europa del Sur en continuar en la zona euro?  ¿Por qué seguir las directrices de la Merkel si sólo favorecen  a sus intereses?

Son preguntas que todos nos hacemos, pero que nadie se para a contestarlas.  Muy por seguro que algunas de ellas tienen respuestas nacionales, y no importará desplazarnos hasta Alemania para conocer sus respuestas.  Todas las que hablen de mayor  jornada laboral y menor salario, nada tienen que ver los designios de Merkel.
 Porque a la Merkel esto no le interesa.  Merkel prefiere un mercado predominantemente alemán y no al revés.  Un mercado en el que Alemania pueda vender y crecer.  Pero todo tiene un límite.

El ahogado ya no consume.  Y si no ahogados, en vías estamos.  ¿Y si salimos del euro?.  Alemania tampoco le interesa que salgamos del euro, pero no hace nada para evitarlo. Al menos, mientras las agallas no se noten.  Y es que nos faltan agallas.

¿Cómo vamos a tener agallas con los alemanes si no somos capaces de plantar cara a los chantajes de los terroristas  o a los que saltan la valla en Melilla?  Hubo un tiempo en que esperábamos a verlas venir.  Hubo un tiempo en que esperábamos que nacieran brotes verdes.  Hubo un tiempo en que gastamos los ahorros para poder llevar el mismo ritmo de vida.  Hubo un tiempo ya pasado.  Porque el presente  es muy distinto.

El presente ha hecho que no podamos verlas venir, porque ya están aquí.  Brotes, ni verdes, ni marrones, ni morados.  Ahorros, en rojo, encarnado y demás gama negativa.  Y los parados seis o más millones in crescendo.  Y esperando.  Pensar en el futuro ya no es posible. 

No es posible con las vistas en el pasado y en el presente.  El futuro será muy diferente a lo conocido si nos dejamos guiar por una Merkel que poco o nada le importa el españolito de a pié. 

Agallas.  Sacar las agallas, plantar cara, y decir las cosas por su nombre. Que una cosa es la crisis financiera, otra muy distinta es la crisis de valores.  Y los valores son los que ahora están en peligro.

España necesita que un banquero o varios, entren en la cárcel. España necesita que un político o varios, entren en la cárcel. Y alguno más.  España necesita que la misma estructura del Estado cambie, Constitución incluida, y las prebendas de su jefatura.  Y España necesita dejar de sentirse inferior, menospreciada, vapuleada. 

Necesita pues tomar algún antidepresivo, hacer ejercicio, renovar armario y lanzarnos a la calle de Europa a exigir nuestros derechos, nuestras igualdades o simplemente, hacerles un corte de mangas y darles un portazo en sus propias narices.

Así nace una nueva España.  Una España no sumisa con Europa, pero tampoco insumisa con sus socios.  Con sus verdaderos socios, y no precisamente de una Europa germana.  Pero para ello, necesitaremos una España fuerte en su interior, sin separatismos ni chantajes autonómicos.  Y para ello hay que empezar sin dilaciones, sin titubeos.  Para ser fuertes en el exterior, primero hay que serlo en el interior. 

Alemania así lo hizo.  Primero se reunificó.  Luego, actuó.

Septiembre - 2012