ERA EL DÍA DE LA FIESTA NACIONAL…..

Normalmente dicen que no hay dos sin tres, y por supuesto los “momentos oportunos” aparecen cuando deben aparecer. Y en esta que estaba uno recopilando “momentos” para traspasar esta esfera entre lo privado y lo público, cuando Rajoy -sí esta vez ha sido Rajoy y no ZP, quien me ha brindado un nuevo añadido a este comentario- ha hecho de las suyas. Y es que para Rajoy también hay una esfera pública y una privada, muy privada, por supuesto. Si Aznar lo de la privacidad era amparo para hablar en catalán, lo de Rajoy, ya no digamos. Resulta que para Rajoy lo del desfile de las Fuerzas Armadas, lo del Día de la Raza, del de la Hispanidad, o simplemente el Día de la Fiesta Nacional, es un c…., aunque eso sí, en la esfera privada. En lo público, Rajoy es más papista que el Papa. Y es que de patriota, nadie le gana, o al menos, esta es la imagen que pretende vender.

Y es que en la política, el marketing de ventas traducido en votos, es lo que cuenta, y no lo que pueda pensar individualmente uno en su esfera privada. Dejemos pero, a los duendecillos de los micrófonos que se desencajen a carcajadas, y nos centraremos en otras verdades, no menos importantes. Uno, no pudo presenciar dicho desfile, pero de haberlo hecho suele ser de los que se emociona al paso de la Legión y de la Guardia Civil, y como no, se hubiera sonreído al paso de Rudo. Como tantos otros ciudadanos de a pié, ni más ni menos, pero ¿qué llegará a ocurrir en un futuro próximo?.¿Qué ocurrirá cuando en un futuro próximo, la mayoría de potenciales asistentes sean de esta nueva generación que no ha hecho la mili, y de los que la asignatura de la Educación para la Ciudadanía, nada bueno les habrá contado de estos desfiles?
Dejaremos por unos instantes de adivinar el futuro, no sea que alguien me tilde de pitoniso, y me centraré en este presente -que dicen que dura tres segundos-. Leo en la prensa la trágica noticia de que en Albacete, un niño de nueve años muere al caer de un edificio. Añade la noticia que se baraja la posibilidad que la causa del suceso fuera recientemente haber visto una película de “Spiderman”. Y de este presente trágico me remonto al pasado; pasado ya lejano para uno, y me centro en aquellas “maléficas” películas de entonces. En mi memoria sólo aparece Tarzán como precursor actual de tales elencos de imitación por parte de la infancia de aquellos tiempos. Tarzán y Chita sólo podían propiciar algún morado, si la liana en cuestión se rompía o se deshacía el nudo. Poco más podía ocurrir, o la de darnos un bocado contra el tronco del mismo árbol, en el viaje de retorno.

Pero los niños de ahora nacen protegidos, super-protegidos dirán algunos. Derechos de tal , derechos de cual, y todos piensan en los niños, sí. Todos piensan, sí , pero no crean que es para beneficio de ellos, sino simplemente para poder sacar más beneficio de ellos. La semana pasada, en una consulta médica, un crió esperaba su vez, enganchado y nunca mejor dicho, a una video consola. Parecía ausente de la realidad y cuando le tocó su turno, entró enganchado a aquel nefasto artilugio.

Llegarán tiempos de compras, por mucha crisis que se colee por las calles de nuestras ciudades. Las video-consolas o como se llamen dentro de unos meses, seguirán haciendo furor. Compañías de telefonía móvil harán su agosto con sus clientes menores de edad. El Gobierno, bajo la presión de los vendedores de ciclomotores, anula el decreto que debía elevar la edad para la conducción de dichos artilugios, y así las ventas seguirán su ritmo.
¿Por qué no se defiende a estos menores de edad, y menores de menor edad de tanto mercantilismo, de tanta venta incontrolada? ¿Por qué con tanto defensor del menor, nadie prohíbe que se entregue una herramienta tan perjudicial para el menor? ¿Acaso prevalece el negocio del adulto, sobre el interés propio del menor?

Y te llegas a preguntar ¿qué hacía más daño, un desfile de las Fuerzas Armadas o una video-consola en la que desarrollar la tercera o cuarta guerra mundial en sus manos?. Resulta que al Estado, a la Patria de antaño, se la servía prestando sus servicios, y entre ellos, el servicio militar. ¡Y muchos eran los que gracias a aquel tiempo se instruían y como no, se enderezaban, conocían qué era la disciplina, y como no, aprendían de las frustraciones……!. Ahora, ni disciplina ni frustraciones. Ahora se arregla todo –o no- con el psicólogo y con dar los quince días de preaviso y a cobrar del paro!. ¡Y así nos va!.

Pero claro, lo caqui, actualmente no vende. Y aunque se les cambió el caqui por el verde NATO, tampoco. Y eso que lo verde, ahora si vende…..
PUBLICADO EL 14 OCTUBRE 208, EN EL DIARIO MENORCA.