¿Saben aquel dicho del circo que le crecieron los enanos? ¿O el otro de que al perro flaco, todo le son pulgas? Pues bien, la semana fue movidita. Por un momento la crisis quedó aparcada y lo suyo fue el problema del agua y como no, los impuestos.
Y es que el tema del agua, preocupa. Preocupa, al parecer ahora. Pero viene de lejos….. no tanto, como para darle la culpa a Franco, pero si se lo proponen seguro que alguno lo intentará… También es cierto que algunos, esgrimiendo la bandera ecológica, intentará lanzar las culpas a los agricultores por el uso de pesticidas y demás…. ¡pero si el campo está vacío!. Según dicen, esta vez la crisis y el cambio climático no van a ser encausados. Y al parecer, nadie lo va a ser… ¿Por qué no crear una comisión investigadora del porqué el agua de Mahón-Menorca está contaminada con tantos nitratos?.
Tal vez, el resultado de esta comisión no fuera lo que se viene en llamar “políticamente correcto”. Imaginemos, sólo haciendo un ejercicio probabilístico, que alguien descubriera que muchos de estos nitratos provienen de desechos industriales y de alcantarillados perversos. O sea, de aquellos pozos “ciegos”, que se engullen todo lo que se les echa…. Y claro, en tiempos de crisis hacer cerrar industrias o habitáculos destinados al uso turístico, no es políticamente correcto, ni mucho menos. Y no digamos si otra lumbrera, añadiera como causante de esta invasión de nitratos, la filtración y contaminación provocada por las heces del ganado vacuno. ¿Sacrificaríamos a todo el ganado, o simplemente les impondríamos hacer sus necesidades fisiológicas mayores, en un lugar adecuado, protegido de filtraciones y canalizado hacia una depuradora?
El agua potable ya no es potable, o al menos para un grupo de la población. O sea que para los demás, la hemoglobina se verá afectada, pero sin anemia, sólo tal vez, con un menor rendimiento que posibilitará ralentizar el trabajo, suavizar los niveles de estrés y por ende, ganar en calidad de vida. Esta ralentización, provocará que seamos poco a poco más sostenibles y con ello ganaremos en la llamada “sostenibilidad” que también vende en esta época. Pero lo que verdaderamente sostiene la economía y sobre todo la doméstica, es la relación entre el debe y el haber. O sea, lo que entra por nómina -y “otros” - y lo que sale en comida, coche, luz, alquiler, hipoteca, ropa, colegio, médicos, e ….. ¡impuestos!. Sí, que los impuestos se llevan una parte o la totalidad de los ahorros familiares.
El siempre rumor de la subida de un diez y tantos por ciento en la factura del agua, parece que ha tenido frenazo por cuestión, clara está de la no conveniencia política y de su potabilidad. Pero ojo. Pagamos el agua no por su coste, sino por el castigo de que en una familia seas cuatro individuos. Si eres cinco, aquello ya tiene su recompensa…. Y aquella agua que el año pasado podías beberla y cocinarla, ahora, la pagas igual de cara, pero sin beberla ni comerla… ¿No sería una medida políticamente correcta el de abaratar su coste al de su uso y disfrute? . Pero eso ocurre igual con el I.B.I.
Ahora resulta que dicen que la presión bajará…., vale, pero las cuentas ya nos dicen que será más caro que el año en curso. ¡Suerte que la bajan, que si no ya me dirán….!.Pero aquí tampoco utilizan el factor de la crisis. Resulta que en su día subieron el valor catastral de las viviendas porque el mercado inmobiliario estaba muy elevado y el valor catastral estaba infravalorado. Bien, correcto. Y ahora, que las viviendas -no es que bajen, es que nadie las quiere comprar- han perdido valor, ¿por qué no bajan el valor catastral de las mismas y su vez, se bajará el IBI?.
Pues no. El IBI sigue en su brecha. Si algunos -principalmente empresas- domicilian los vehículos en municipios donde la presión fiscal es menor, otros muchos deberemos plantearnos el trasladar nuestro domicilio a estos mismos municipios. A la larga, aparecerán municipios vacíos con arcas repletas. Serán municipios fantasmas en los que sólo existirán en los papeles, y no en territorio. Los otros seguirán manteniendo territorio, con menos ingresos, eso sí.
Y si la diferencia entre el castigo o la redención del agua se estila en los cuatro miembros de una familia, en el tema del IBI, estiba en cuanto a la calle dónde habite uno. Así, no es de extrañar que algún potentado viva en una calle de menor “categoría” con su antigua casa señorial y entrada en años, y muy por seguro que pagará tres o cuatro veces menos que una casita de aperos –en términos comparativos, claro está- que esté ubicada en una calle normalita, de estas de nueva generación. Y luego viene la excusa del tema de la basura….. Quien más paga por la “casita de aperos”, y aunque sea un solo habitante, pagará mayor cantidad en concepto de basuras, que el potentado que sea familia numerosa con personal de servicio incluido, si sigue habitando en aquella vivienda centenaria. Y esta es la realidad y no otra. Dividirnos cada vez más. Y no es que la culpa no es de unos ni de otros, simplemente de las vacas flacas, como seguirán pensando algunos.
Y es que el tema del agua, preocupa. Preocupa, al parecer ahora. Pero viene de lejos….. no tanto, como para darle la culpa a Franco, pero si se lo proponen seguro que alguno lo intentará… También es cierto que algunos, esgrimiendo la bandera ecológica, intentará lanzar las culpas a los agricultores por el uso de pesticidas y demás…. ¡pero si el campo está vacío!. Según dicen, esta vez la crisis y el cambio climático no van a ser encausados. Y al parecer, nadie lo va a ser… ¿Por qué no crear una comisión investigadora del porqué el agua de Mahón-Menorca está contaminada con tantos nitratos?.
Tal vez, el resultado de esta comisión no fuera lo que se viene en llamar “políticamente correcto”. Imaginemos, sólo haciendo un ejercicio probabilístico, que alguien descubriera que muchos de estos nitratos provienen de desechos industriales y de alcantarillados perversos. O sea, de aquellos pozos “ciegos”, que se engullen todo lo que se les echa…. Y claro, en tiempos de crisis hacer cerrar industrias o habitáculos destinados al uso turístico, no es políticamente correcto, ni mucho menos. Y no digamos si otra lumbrera, añadiera como causante de esta invasión de nitratos, la filtración y contaminación provocada por las heces del ganado vacuno. ¿Sacrificaríamos a todo el ganado, o simplemente les impondríamos hacer sus necesidades fisiológicas mayores, en un lugar adecuado, protegido de filtraciones y canalizado hacia una depuradora?
El agua potable ya no es potable, o al menos para un grupo de la población. O sea que para los demás, la hemoglobina se verá afectada, pero sin anemia, sólo tal vez, con un menor rendimiento que posibilitará ralentizar el trabajo, suavizar los niveles de estrés y por ende, ganar en calidad de vida. Esta ralentización, provocará que seamos poco a poco más sostenibles y con ello ganaremos en la llamada “sostenibilidad” que también vende en esta época. Pero lo que verdaderamente sostiene la economía y sobre todo la doméstica, es la relación entre el debe y el haber. O sea, lo que entra por nómina -y “otros” - y lo que sale en comida, coche, luz, alquiler, hipoteca, ropa, colegio, médicos, e ….. ¡impuestos!. Sí, que los impuestos se llevan una parte o la totalidad de los ahorros familiares.
El siempre rumor de la subida de un diez y tantos por ciento en la factura del agua, parece que ha tenido frenazo por cuestión, clara está de la no conveniencia política y de su potabilidad. Pero ojo. Pagamos el agua no por su coste, sino por el castigo de que en una familia seas cuatro individuos. Si eres cinco, aquello ya tiene su recompensa…. Y aquella agua que el año pasado podías beberla y cocinarla, ahora, la pagas igual de cara, pero sin beberla ni comerla… ¿No sería una medida políticamente correcta el de abaratar su coste al de su uso y disfrute? . Pero eso ocurre igual con el I.B.I.
Ahora resulta que dicen que la presión bajará…., vale, pero las cuentas ya nos dicen que será más caro que el año en curso. ¡Suerte que la bajan, que si no ya me dirán….!.Pero aquí tampoco utilizan el factor de la crisis. Resulta que en su día subieron el valor catastral de las viviendas porque el mercado inmobiliario estaba muy elevado y el valor catastral estaba infravalorado. Bien, correcto. Y ahora, que las viviendas -no es que bajen, es que nadie las quiere comprar- han perdido valor, ¿por qué no bajan el valor catastral de las mismas y su vez, se bajará el IBI?.
Pues no. El IBI sigue en su brecha. Si algunos -principalmente empresas- domicilian los vehículos en municipios donde la presión fiscal es menor, otros muchos deberemos plantearnos el trasladar nuestro domicilio a estos mismos municipios. A la larga, aparecerán municipios vacíos con arcas repletas. Serán municipios fantasmas en los que sólo existirán en los papeles, y no en territorio. Los otros seguirán manteniendo territorio, con menos ingresos, eso sí.
Y si la diferencia entre el castigo o la redención del agua se estila en los cuatro miembros de una familia, en el tema del IBI, estiba en cuanto a la calle dónde habite uno. Así, no es de extrañar que algún potentado viva en una calle de menor “categoría” con su antigua casa señorial y entrada en años, y muy por seguro que pagará tres o cuatro veces menos que una casita de aperos –en términos comparativos, claro está- que esté ubicada en una calle normalita, de estas de nueva generación. Y luego viene la excusa del tema de la basura….. Quien más paga por la “casita de aperos”, y aunque sea un solo habitante, pagará mayor cantidad en concepto de basuras, que el potentado que sea familia numerosa con personal de servicio incluido, si sigue habitando en aquella vivienda centenaria. Y esta es la realidad y no otra. Dividirnos cada vez más. Y no es que la culpa no es de unos ni de otros, simplemente de las vacas flacas, como seguirán pensando algunos.
PUBLICADO EL 20 OCTUBRE 2008, EN EL DIARIO MENORCA.