SALVO COMPLICACIONES

Término éste muy usado en todos los pronósticos médicos. Salvo complicaciones el paciente sanará o mejorará. Aunque también hay que decirlo, no solo los médicos son cautos en sus diagnósticos. Arquitectos y demás técnicos, profesionalmente relacionados con la construcción, suelen referirse a los “vicios ocultos” y en los temas jurídicos el “supuesto” y “presunto” también hacen de vía de escape ante la responsabilidad en los fallos de pronóstico.

Y no es que todos estos profesionales del variopinto abanico laboral de técnicos y profesionales tanto públicos como privados, no estén seguros de sus decisiones y afirmaciones, sino simplemente es dejar un comodín libre, por aquello de que si la previsión falla, dejar un tanto por ciento de casuística libre, a fin de explicar la contrariedad habida.

La gripe porcina, la “A” o la ya denominada como A/H1N1, nos tiene preocupados. Ya nos tuvo con aquello del negocio del cerdo y no digamos de la entrada de la temporada turística y la tan cacareada crisis. Pero lo superamos. Y ahora mucho más nos tiene preocupados la mala comunicación o incomunicación a la que se nos tiene postergados.

A fecha de hoy, da la sensación que vamos pasando días sin una política clara y segura de qué medidas hay que tomar, y sobre todo, como prevenirla. Hace ya semanas, salía publicado que en el Reino Unido para evitar el colapso de potenciales usuarios de la red de consultorios y hospitales, se había diseñado la estrategia de habilitar un teléfono al cual podrían acudir tanto pacientes como familiares, donde un especialista –en caso de confirmarse la enfermedad- emitiría un tratamiento, el cual sería tramitado directamente a la farmacia que se le asignara, evitando así el colapso en la red sanitaria. Hace pocos días, una comisión de expertos españoles se reúne con la ministra del ramo y se acuerda la creación de un teléfono dónde atender a los posibles afectados. ¿Para esto una comisión de expertos?.

Y la población sigue igual. Desorientada, alarmada o cuando menos preocupada. Y hay motivos para ello. Sobre todo tras la noticia emitida por la mismísima titular del ramo, quien predijo unas ocho mil victimas a causa de la gripe A, en España. ¡Toma ya! ¡Y aún no hemos llegado a la decena!, pensará alguno.

La vacuna ya está aquí. El cuarenta por cierto de la población será vacunada, -y sigue la noticia- si se confirma la efectividad de la misma. ¿Y el sesenta por ciento restante? ¿Acaso, salvo complicaciones, no se van a infectar? Peligro otra vez. La Comunidad de Madrid prohíbe las vacaciones durante el mes de septiembre a los profesionales sanitarios. Más alarma. Se habla de retrasar el inicio del curso escolar…. más alarmismo.

La vacuna ya está aquí, sí. Y el virus, casi. Habrá que esperar ahora al periodo normal de la gripe, no sea que nos adelantemos y dejemos al mismo fuera de nuestras fronteras. Y es que de allí nos vino, desde fuera de nuestras fronteras. Y más alarmismo cuando, una vez detectada la presencia en México, veíamos por la televisión como los aviones desde México, aterrizaban en Madrid sin ningún control, ni de identidad ni sanitario, incluso con la sorpresa de los viajeros ante la incertidumbre de si eran o no posibles portadores de dicho virus.

También desde sus inicios se propagó el rumor de que dicho virus había sido producto de un laboratorio y diversas fueron las supuestas causas que se propagaron como causa de esta, supuesta fuga.

Y la gripe no nos asusta. O no debería de asustarnos. Al menos si no se hubiera hablado o no hablado de la misma. Si la estadística mata a ocho mil españoles al año en cada visita anual de la gripe, ¿por qué preocuparnos por menos de una decena actual? ¿Qué hubiera pasado si nuestras autoridades de Madrid, hubieran sido más sensatas y hubieran aconsejado cómo prevenir la cepa de este año en vez de seguir el juego del alarmismo?.

Me imagino a otro titular de la cartera, y por supuesto a otro invicto presidente, diciendo que ante la que se espera nueva cepa de la gripe, se aconseja a la población que se vacune –eso sí, con el sobrecoste del total de la población, con crisis incluida- contra ella.

Además, podrían recomendar que se realizaran gestos profilácticos –que se laven las manos con asiduidad, que no se bese, ni se de la mano, que se use pañuelos desechables, etc……- E incluso, con el comité de expertos incluidos, que se informara que si aparecieran uno o varios síntomas como son de fiebre súbita a 39 º C, un dolor de cabeza intenso, frecuentes escalofríos, extremo cansancio, leve dolor de garganta, tos seca continua, intensos dolores musculares y/o intenso ardor de ojos; síntomas éstos que se diferencian de la gripe estacionaria, que extremara las medidas para evitar el contagio y que se dirigiera a un centro de salud.

Y ya estaba. Nadie se hubiera alertado. Es más, todos se hubieran prevenido en sus posibilidades, y a esperar la primavera. Pero no, somos así y no nos cambiarán. Nos gusta el morbo. Nos gusta medio decir, medio negar. Y así nos va. Media España –cuarenta por ciento- esperando ser vacunada. La otra media España esperando que el virus, el estornudo y el apretón de manos, le pase desapercibido.

Y al final, sólo será eso, una gripe. Ni más ni menos. Salvo complicaciones, claro.

Agosto 2009