UNA VEZ AL AÑO……..

Dice el refrán que …no hace daño, pero eso dependerá de qué es lo que se ha osado a hacer. En mi caso, será el de saltarme mi autocensura. Durante el resto del año he intentado no saltar aquella línea divisoria que cada uno nos marcamos y que a veces, incluso erramos.

Palmo más, palmo menos, suele significar que el políticamente sea correcto o no. Este escrito pretende ser incorrecto al cien por cien. A sabiendas, claro. No hay presunto ni supuesto que valga. Culpable, diría la valoración del fiscal. Inocente diría el reo conocedor de su derecho a la libertad de expresión. Interpretable, diría el gobierno de los jueces. Y el juez, ¿qué diría el interpretador nato de la ley? Pues difícil. Difícil sería adivinar lo que podría diagnosticar un juez, teniendo en cuenta que podría haber una interpretación por cada interpretador de la misma.

Hoy no toca hablar de jueces, hoy hablamos –escribe uno y leen los demás- de aconteceres de estas últimas fechas que a uno lo anonadan. Atontan más bien. Te enteras que el presidente de la CEOE, o sea, de la patronal, lo es también de Air Comet. Y que esta última ha dejado en tierra a miles de personas. Y lo que más te preocupa es que millones y millones de euros del erario público vayan a arreglar los desaguisados del fiasco de dicha compañía.

Tampoco te preocupa que la ministra del dinero público diga que Díaz Ferrán –siempre puede salir algún otro ministro, diciendo lo contrario- sigue siendo un interlocutor válido mientras siga siendo presidente de la CEOE, pero lo que si te preocupa es que la patronal siga representada por dicho señor. Pero la crisis, es la crisis. O al menos, la excusa de todo.

O de casi todo. Dónde no se usó como excusa, fue precisamente en las cuentas del Vive Menorca o cómo se venga en denominar actualmente. Y también me preocupó la contestación dada a la pérdida, extravío o quien sabe qué, de los veinte y tantos millones de pesetas que se fueron sin dejar rastro documental. Y no me preocupa la no contestación de los socios porque problema de ellos es. Me preocupa la no contestación de la administración pública.

Me preocupa como contribuyente, que tres administraciones a las que de una manera u otra mantenemos con nuestros impuestos, no hayan exigido una auditoría externa para conocer el destino de estos millones que pocos saben dónde han ido. Y me preocupa porque puede que algunos euros de éstos, hayan sido aportados –contra mi voluntad, también hay que decirlo-, por mi bolsillo.

Y me preocupa también, porque estas instituciones de la caridad bajo subvención, en cierta forma democrática, han sido constituidas con mi granito de aportación. Y ellos son quienes deben exigir transparencia. Y la justicia, como no, de oficio si acaso, estudiar este palmo más o palmo menos que separa la legalidad de la ilegalidad.

Y son muchos quienes deberían hablar en vez de callar. Pero hay crisis, la misma que provoca que muchos faltos de conocimientos, aptitudes y actitudes, se aprovechen del nombre y busquen excusa de su fracaso, enmascarando a quienes de verdad, se ven inmersos en tanto fracaso colectivo, de planificación, de resolución.

Y encontrándose uno ya en las últimas –palabras del escrito, me refiero-, intenta comparar situaciones nada lejanas. Los medios de comunicación vuelven hacerse eco de Haidar. Y a uno ya no le queda otro exabrupto mental que preguntarse si también hará alguna huelga de hambre para exigir su liberación o por el contrario culpará de nuevo a España de su situación. Y sus seguidores… ¿qué dirán sus seguidores?

Al final, todo seguirá siendo un tema interno. Tanto de la empresa, de la patronal, como del baloncesto, como de Marruecos. …

Y mi bolsillo interno, aquel que se queda ya sin fondos, le recomienda –sugiere, suplica- a nuestros iluminados mandatarios, que por eso mismo, por ser tema de alcoba, de puertas hacia adentro, procuren no malgastar estos dineros que tanta falta nos hacen. Y no intenten buscar el plan B, porque por desaguisados ya tenemos a los planes E, a la gripe A ¿?, y demás letras del abecedario.

Bueno, al final, uno no hace daño. ¿Y si son dos al año?

Bon Any 2010.
PUBLICADO EL 28 DICIEMBRE 2009, EN EL DIARIO MENORCA.

AQUÍ HAY TOMATE

Eso es lo que al menos se dice que presuntamente dijo Mariano. Y no es de extrañar que así fuera. No el hecho de decirlo, sino de haberlo. Y es que uno no da nada a cambio, y mucho menos cuando este uno es el vecino de abajo. Aunque visto como anda el patio, tanto hubiera dado que fuera el de arriba o el de al lado. Y es que el tomate ya tiene su señorío.

No del Toloso ni de Andujar de las Tres Torres y un Canto, pero sí que ha dejado aquel recorrido típico y tópico de la huerta a la cocina. El tomate ahora se cotiza, y mucho. Sólo falta repasar las cuentas del debe y del haber del Cime. Y si la memoria reciente –la histórica está prohibida- no falla, miles de euros ayudaron a determinar qué tipo de tomate tenemos en Menorca. Y es que el eje - Menorca-Lanzarote-Marruecos -, mosquea. . Y más mosquea su abreviatura.

Y con todo lo habido y por haber, hubieran bien podido poner un supermercado, aunque eso sí, con mucho tacto y ojo a la moratoria. En un principio, en tiempos de Arias Navarro el pescado tuvo la culpa de tanto apresamiento. Después fue la naranja y el naranjito, ahora, según dice Mariano ha sido el tomate. ¿Y lo próximo?.

Pues para lo próximo, suerte que tenemos a la nueva abeja que nos alegra la Navidad, que si no, ya nos mandan los quesos a freír espárragos y la sobrasada haciendo collares para los turistas. Y eso, si vienen. Porque también el turismo peligra. Al menos, el nuestro.
Y el futuro está en el campo, aunque a muchos nos duela el espinazo. O al menos, su prevención –la del espinazo, claro-. Pero el campo está infravalorado, o al menos, sus profesionales. Sino por motivos económicos, al menos por el estatus social. Nos hemos convertido en urbanitas y no lo podemos remediar. El campo, eso sí, para pasear y si es posible con viales asfaltados, donde el coche nos lleve hasta el mismísimo mirador o parador, vaya usted a saber las intenciones de los decretos.

Pero estamos en Navidad y debemos dejar por unos instantes toda preocupación y centrarnos en las ilusiones. Que de ilusión también se vive. O al menos, ayuda. A quien no le ayudan mucho, por no decir nada, es a Su Majestad, no al de Oriente, si no al nuestro, al constitucional. Resuelta que este año que por primera vez aparecerá en la televisión vasca con el discurso de Nochebuena, pues va y salta la polémica. Y no con los vascos, sino con el decorado.

Y es que según se dice, supuestamente claro, una empresa ligada con el partido que sustenta al Gobierno de España, será la encargada de ambientar el decorado de fondo con el que aparecerá ante las pantallas de las televisiones. La polémica ya está en la calle. Ahora, sólo faltará que entre en nuestros domicilios. Y la pregunta ¿estarán en el fondo de la imagen las figuras del Nacimiento? ¿Se habrá suprimido toda referencia a la Navidad?. Sin duda, el marketing ya ha entrado en la cena de nochebuena.

De momento con tanto tomate, con tanta cena, hemos logrado alejar de nuestras mentes todo el episodio de los piratas –no corsarios, como bien explicaba Pérez- Reverte -, como también hemos logrado –poco ruido se hace sobre ellos- apartar de nuestros pensamientos el tema del secuestro de los cooperantes, lograremos también por unos días olvidarnos del paro y de las secuelas de esta mal tratada crisis económica, y de los planes de todo un abecedario, cuando la tranquilidad de un buen trabajo dejen abiertas y restablecidas nuestras calles. Ya vendrá enero y más abecedario.

Y mientras, apoyados en esta crisis económica, miles de empleo se liquidarán por motivos gananciales, no económicos. Me refiero a todas estas empresas multinacionales o españolas con dimensión hacia el exterior, que subcontratan a otras empresas extranjeras sus servicios de teleoperadores. ¿Se han preguntado porqué muchos trámites telefónicos no se realizan con empresas españolas, ni siquiera en España?.

El marketing puede, y mucho. El marketing, la negociación, y el tomate. Lo vemos continuamente. Hemos llegado a un punto en que lo normal, lo cotidiano, es realizar injusticias. Si se recurren, si se protestan, se rectifican. Si éstas pasan desapercibidas o el perjudicado es minoría, es sumiso o ignorante, pues crean cátedra. Nos falta una tutela. Una tutela incorrupta. O unos buenos jueces que pongan a cada cual en su sitio.

Rompo la carta que tenía previsto mandar a los Reyes –éstos sí Magos- y la reescribo de nuevo. Pido, ya no solidaridad, ni justicia, ni paz. Se que estos términos, por muy Magos que sean, no podrán traérmelo. Pido eso sí, un nuevo orden, un nuevo chip, que haga que al menos, sino nuestros mandatarios, al menos nuestros jueces, tengan la suficiente libertad para meter a cada uno donde le corresponde.

También es difícil, pero por pedir, que no se pierda.

Bon Nadal.
PUBLICADO EL 24 DICIEMBRE 2009, EN EL DIARIO MENORCA.

DESMEMORIAS HISTORICAS

Históricas, claro. Y no tan históricas. Me encontré con un montón de periódicos faltos de repaso del año dos mil cinco pendientes del mismo. Cuatro años nos separaban de aquellos ejemplares editados en los meses de noviembre y diciembre. Repasando los mismos, sus hojas desprendían alegría, proyectos, trabajo. Incluso el contenido parecía más abultado, no en vano, eran épocas en los que todos querían aparecer en los “papeles”. Ahora, cuatro años después, un porcentaje elevado de los políticos que aparecen en las hojas impresas de los medios, tienen la agenda colapsada de citas con la magistratura.

Ya no un montón, si no con un tomo de un trimestre del año setenta y cinco -en plena era de la desmemoria-, tropecé -es un decir- hace pocas fechas. Y este documento perdurable, por mucha ley que se le oponga, excepción de la hoguera, claro está, abre la visión a muchos que, como quien esto opina, iban por aquellas fechas con pantalón corto.

Aquellas hojas amarillentas, dejaban constancia en plena dictadura, de que todo aquel sistema tenía fecha de caducidad. Era inimaginable, al menos desde la perspectiva de nuestros días, que tanto asesinato, que tanto disturbio, pudiera ser reconducido. Era la agonía de un sistema, de una sociedad, que sólo se sustentaba por los testimoniales de obligado cumplimiento. Como ahora, más o menos.

Testimoniales, como los actos de adhesión a tanto político podrido, tanto político tocado por babor y estribor. Testimoniales y desmemoriados. Desmemoriados como aquellos que aún contemplando los cuatro millones de parados y de otros tantos de víctimas colaterales del entorno familiar de los primeros, siguen engrosando los emolumentos de tanta nómina pública.

El reparto -de hecho y de derecho- que ejercen con toda la legitimidad democrática de la que pueda ornamentarse uno, los actuales seguidores –nacionales y autonómicos- de Marx, no coincide, ni a golpe de cañón ni a la de bayoneta calada, con aquel Capital que en su día inspiró a todo el movimiento proletario.

Y por eso, por el movimiento proletario que no ejerce actualmente de tal, que se encuentra parado o en proceso de estarlo, hace que se desmemorice uno sin necesidad de encontrarse por el camino con una ley que se lo imponga. Y en esta desmemorización, poco o nada ayuda la lecitina de soja que le acompaña en las comidas. Y es que uno se previene. En casa, de flechas hay, aunque carentes de yugo. Y para no ser menos, de hoces y martillos también encontrarán. Que por algo, los genes de uno, provienen del campo, como tantos otros, y muchos más.

Y no por ello, por la desmemorización histórica de hoces y martillos, dejará uno de poseer aquellas flechas con arco incluido que un día alguien le regaló de ornamentación. Ni tampoco aquel menaje antiguo de aquellas hoces que en su día sirvieron para segar en C’an Llorençet, ni aquel martillo utilizado por antiguos zapateros en tiempos de banquetas y demás. Y es que la historia se la fabrica cada uno a su manera. A su imagen y semejanza, como también podrá decirse.
Ni los recuerdos, ni la niñez, ni los conocimientos anteriores, a los mediados de los setenta se eliminarán, ni las raíces de uno, ni la fe de nacimiento, ni de estado, desaparecerán. Es más, eliminando, sólo hacen que perdure. Removiendo, se da vida.

Y la desmemorización puede ser terapia de grupo, sí. Pero no de ahora, precisamente. Ahora, o en el futuro más bien, necesitaremos otra terapia, agresiva si cabe, de desmemorización. Deberemos eliminar de nuestros recuerdos, de nuestra historia, de nuestro pasado, cuatro millones de parados, pérdidas y pérdidas de garantía social, pérdidas y pérdidas de antiguos derechos que parecían consolidados. Y también se impondrá la desmemorización de toda la vida política. El borrón y cuenta nueva que tanto suele inspirar las seudo revoluciones programadas, deberá borrar de nuestra memoria no tan histórica, tanta actuación delictiva y tanto enriquecimiento de algunos presuntos padres de la patria.

La desmemorización se impone por una necesidad psicológica. O al menos eso se nos venderá. Aunque no la de antaño, sino la actual.

Y aquí, no coincidimos, plenamente.


PUBLICADO EL 17 DICIEMBRE 2009, EN EL DIARIO MENORCA.

La PIEDRA DE ROSETTA en versión española

Internet nos abre muchas puertas, dicen los jóvenes. Los menos jóvenes, aún acostumbrados al libro y a la búsqueda por orden alfabético, no nos queda más remedio que darles la razón. Nuestra generación ha sido la última, o de las últimas, en que la memorización de tablas y alfabeto ha sido de necesidad para desenvolvernos en la vida. Ahora, las máquinas, los ordenadores, los chips y demás artilugios inventados por unos pocos han copado sus vidas, y por ende, las nuestras.

Y aunque el precio sea elevado, de momento, crisis aparte, no ve uno salida que no sea participando en el desarrollo éste, por mucho I+D+I con que lo disfrace el gobierno de turno. Y hablando de gobierno e Internet, ha sido por este mismo medio, aunque más personalizado –en la parte final, se entiende- que me ha llegado la “piedra de Rosetta” de nuestros políticos, versión española, claro.

Pocas veces he quedado frente la televisión escuchando un discurso, un debate o una rueda de prensa. No es manía ni persecución ideológica, solamente que a uno le aburre tanta desidia. Desidia por cuanto los oradores se dirigen a un hemiciclo desierto; desidia por cuanto los contertulios ningunean a los telespectadores y desidia por cuanto de lo dicho, sobre la mitad y falta el entero. Y en esta posición, abstracto ante la vida política y más aún de los políticos, van y le mandan un emilio de éstos en minúsculas, sin apellidos ni linaje, que adjunto proclaman que todo es posible.

Por un momento, recurro a mis años mozos e intento recordar aquella fórmula de las variaciones con repetición, permutaciones y demás. Pero el tiempo pasa factura y la inactividad mental también. Atrás quedaron aquellas probabilidades, quizás por aquello de que hoy día, de probabilidades pocas. Cero patatero, como diríamos entonces. O zapatero en la nueva jerga idiomática.

El susodicho emilio se presenta en documento pdf, aunque también podría haber venido en Word o Excel, vaya uste a saber. Catorce hileras o filas y cuatro columnas. Todas ellas con una respectiva frase en su interior. Y…… tiempo. O ¡a jugar!. Tanto da. El truco es sencillo, empezando por una frase contenida en una casilla de la columna denominada en primer lugar, elija usted otra frase de la segunda columna , otra de la tercera, y por último una de la cuarta. Las une uno en forma de oraciones y ya tenemos uno o varios párrafos de un discurso. Y seguimos.

Está uno autorizado a no seguir el orden ni de columnas ni de filas, y repetimos. Miles y miles de párrafos. Cientos y cientos de discursos plasmados en un solo documento. ¿Entienden ahora el hastío de ciertos discursos?.

Y como ejemplo, el siguiente:

“Queridos compañeros: El nuevo modelo de actividad de la organización, facilita la creación de las condiciones de las actividades apropiadas.. No es indispensable, argumentar el peso y la significación de estos problemas ya que nuestra actividad de información y propaganda, cumple deberes importantes en la determinación, de las nuevas proposiciones.
Ahora bien, con ocho casillas hemos iniciado un discurso, y además convincente. Ahora con estas mismas ocho casillas y dispuestas en un orden distinto inventaremos otro discurso, y quizá incluso contrario. Veamos:

Queridos compañeros: El nuevo modelo de actividad de la organización, no es indispensable, ya que nuestra actividad de información y propaganda facilita la creación de las condiciones de las actividades apropiadas. Argumentar el peso y la significación de estos problemas cumple deberes importantes de las nuevas proposiciones.

Y eso con la sola utilización de ocho casillas. Imagínense utilizar las cincuenta y seis casillas. Y todas las variaciones posibles entre ellas.

¡Nos queda discurso para rato!.
Ahora entiendo el porqué nos querían censurar Internet.
PUBLICADO EL 13 DICIEMBRE 2009, EN EL DIARIO MENORCA.

PREGUNTAS INDECOROSAS

Vivimos en una sociedad llena de prejuicios. Vivimos bajo la esclavitud, la censura, de lo llamado “políticamente correcto”. Vivimos más que bajo la censura, bajo la autocensura, la hipocresía de qué dirán. Palabras, frases, preguntas que pasan a la carpeta de indecorosas. Reprimidas, aniquiladas, son borradas de la transmisión neuronal.

La falsedad disfrazada de hipocresía, la farsa comedida en los poderes públicos, arropados por una legión de intelectos necesitados de instrucción, no hacen más que garantizar, fomentar, la desidia entre sus huestes, sus vasallos, sus súbditos, como muy por seguro les gustaría llamarnos en su intimidad.

Vivimos en una sociedad de desmentidos. Se ha perdido incluso la tipología de las rectificaciones, aclaraciones y demás. Ahora funcionamos con la negación, suplantación de lo dicho. El último que habla, vence. Vence, aunque no convenza. Los galones, las estrellas y los bastones, ya no cuentan, y la anarquía en cuanto a proyecto, camino e idea, es mérito de carrera.

Aminatu Haidar alienta conciencias internas y los enanos le siguen creciendo al Gobierno español. Las debilidades en un momento u otro pasan factura. Y son muchos los impagados que a estas fechas llegan a Moncloa. Está también el asunto de los colaboradores secuestrados, en un segundo término. La pregunta sigue siendo indecorosa. Nos movemos por cuestiones solidarias, sí, pero individuales. El caso de Aminatu Haidar no es de ahora, no. Y sí. Es problema desde el mismo momento que el ejecutivo español ordenó la entrada en territorio español de la misma, expulsada por Marruecos, carente de pasaporte. La jugada le salió rana, al ejecutivo. Como tantas veces que actúa desconocedor de las reglas de juego.

El caso de Aminatu Haidar no es de ahora, no. Es de la España aquella de los finales de los setenta. ¿Qué hubiera pasado, qué pasaría, si Aminatu Haidar hubiera hecho una huelga de hambre, no ya para poder volver a su casa, sino para que el pueblo saharaui fuera independiente? ¿Nadie se ha planteado desde los finales de los setenta el presionar –de verdad, como Haidar, - para que el pueblo saharaui sea independiente? ¿Nadie se ha planteado –a parte de los típicos y recurrentes actos testimoniales- efectuar una presión real al tema planteado?

Y es más. Puestos a pedir, puestos a ser indecorosos….. ¿qué pasaría si los cuatro millones de parados y sus respectivas familias se declararan en huelga de hambre y pidieses, ya no limosna, sino trabajo?

¿Cuál sería nuestra reacción? ¿Y la del Gobierno?. Somos, seguimos siendo, hipócritas. Nos mueve un sentimiento localizado. Haidar, para ella, para su entorno, sí. ¿Y si Haidar, lo hubiera hecho para la independencia de su pueblo?.

Seguimos siendo hipócritas. Lo vemos continuamente. Sabemos que las probabilidades juegan a nuestro favor, de que con el tiempo, Haidar regresará a su país. D Y también sabemos, que los saharauis no conseguirán –al menos a medio o corto plazo- su independencia. Y aquí jugamos fuerte. Con las cartas marcadas, eso sí. Cueste lo que cueste al erario de nuestro país, el retorno de Haidar se hará. En lo otro, sólo nos quedan fórmulas testimoniales.

Podría seguir buscando preguntas sin respuestas, sobre el empleo con nombre alemán, sobre los crucifijos en las escuelas, sobre los desayunos de los lunes y sobre el nuevo código ético de los políticos y las indemnizaciones presupuestadas. Pero estas ya no son preguntas indecorosas, simplemente son “políticamente incorrectas”.

La falta de instrucción en éstas, ya no se aprende en la carretera de Génova. Ni en la Mola.
PUBLICADO EL 12 DICIEMBRE 2009, EN EL DIARIO MENORCA.

ALARMAS CONTRA LA SOCIEDAD

Tenía varios títulos en el escritorio pendientes de ser rellenados. A última hora, la ministra Salgado me ha brindado el que encabeza el escrito de hoy. Atrás han quedado títulos como “ni confirmo ni desmiento”, “I+D+I”, e incluso también ha quedado sin relleno el de “alarmas sociales”. Tampoco es que me importe mucho la intervención de la ministra. Lo que ella no sabe es que del relleno, un ochenta por ciento hubiera servido para cualquiera de ellos. No en vano, los protagonistas –por llamarlos de alguna forma- son siempre los mismos. Los culpables, vamos.

El ministro Caamaño también participa en la decisión. Tampoco él lo sabe, ni me importa. Resulta que ahora, cuando centenares de políticos de todo color, raza y religión, hacen cola para declarar ante algún juez, resulta que no le gusta el nombre de “imputados”. ¿Será por aquello de la similitud con “diputado”?. ¡Y eso, que al principio del pase por taquilla, la palabra “imputado” era –según voces jurídicas- sinónima de garantía procesal!. ¡Vaya, como antes!. ¿Acaso la palabra “autoridad” no era sinónima de “garantía”?

Y no digamos de nuestro invicto presidente. Él también me ayuda en lo que puede. Y se lo agradezco. ¿De dónde me vendría la inspiración si él no estuviera presidiendo el Gobierno?. Aunque a Rodríguez, Zapatero para más señas, le ocurre como al Rey. Y no es que sea republicano, no. Simplemente por el dicho aquel, de que el “Rey reina, pero no gobierna”. Pues igualitos. ZP –ahora lo abreviaré – preside el Gobierno. Y ya está. Cuando hay un problema, pues el micro-gabinete de la crisis 1, el micro-gabinete de la crisis 2, etc. Ahora, con el problema que ha creado Haidar, se desmarca y nos dice que lo va arreglar Moratinos, porque “siempre resuelve los problemas, antes o después”. ¡Pues que bien!. ¡Moratinos for president!.

Y es que prefiero tener un presidente llamado Moratinos, quien “tarde o temprano lo resuelve todo”, que tener a uno que ni se entera de que estamos en crisis. Por cierto, ¿dónde está ahora nuestro invicto presidente?.

Pero vayamos al grano, que hoy la culpa la tiene la ministra, presunta claro, ministra Salgado. Nos amenaza, nos alarma, diciendo que de jubilaciones, nada de nada. Que con setenta años, ya veremos. O sea, que como se han gastado todo, todo, todo, el dinero que hemos ido pagando los trabajadores, nos hemos quedado sin suficiente dinero como para que nuestros diputados y senadores puedan vivir con sus retiros dorados. Y lo dice tan….

Ah!, eso sí. Gradualmente, claro. O sea, quien tenga sesenta y cuatro años, que no piense jubilarse a los sesenta y cinco. Vale. Pero resulta que cuando llegue a los sesenta y seis, que tampoco se lo piense. En definitiva, que no piense uno. Y la que sí se lo ha pensado y mucho, es la ministra, no le quepa duda alguna. Presunta, claro. ¿Qué haría usted si tuviera sesenta y tantos años, en la actualidad? ¡Prejubilarse!, aunque perdiera en ello varios cientos de euros. Su experiencia le aconseja coger el pájaro en mano, y olvidarnos de los que vuelan alto.

Y eso es lo previsto. Presunto, también, claro. Miles y miles de trabajadores con sesenta y tantos años, que se prejubilan, y dan paso a que jóvenes parados accedan al mercado laboral. Y miles y miles de cientos de euros que se irán ahorrando las casi vacías arcas del Estado. Y así, la crisis va bien. El paro se reduce. Ya no llegamos a los cuatro millones. El IVA y los impuestos siguen subiendo. El IRPF también. Vamos, que en agosto del dos mil diez, volveremos a tener un excedente en Hacienda que hará espanto. Quienes no tendremos excedente serán las economías domésticas, que tras la campaña de Navidad quedaremos más secos que una medusa en el desierto. Pero eso no importa.

O al menos, no importa a los ministros estos. Ni a los políticos todos. Ahora, lo que importa es salvar la silla. O al menos eso nos dice Antich. Y el PSM…, que no quiere oír hablar de adelantar elecciones. Y uno, ya harto de tanta tontería, le gustaría que las elecciones fueran anuales. ¿Se imaginan poder amenazar a nuestros gobernantes con no votarles en las próximas? O más aún, con votar al contrario. ¿Se imaginan la cara que pondrían al verse en el paro?

Y las entidades bancarias también deben estar contentas con lo del retraso de la jubilación. Cuando algún ministro socialista dijo en su momento aquello de que no habría dinero para las pensiones y que nos “recomendaba” hacernos planes de pensiones, ¡vaya si se forraron!. Y ahora, con este retraso de cinco o más años, solucionarán las pérdidas que les haya provocado el rescate de algunos planes de pensiones de parados y asimilados. ¡Y vaya si se alegrarán!.

Y si con estas medidas no tiene suficiente la ministra, presunta ministra , la voy a ayudar. En su día, existía la MUNPAL, la mutualidad nacional de previsión de la administración local, y se ve que la cosa funcionaba bien. Tan bien, que incluso aquellos trabajadores dedicaban una parte de las cotizaciones a hacerse un seguro de vida en la MUNPAL, para que cuando fallecieran, sus viudas pudieran rescatar una simbólica cantidad –unas seiscientas mil pesetas de antaño-. Pues bien, dado que iba tan bien, y la SS tan mal – principios de los noventa- , algún ministro socialista decidió agrupar las arcas de la MUNPAL a la SS, y aniquilar a la primera. Pues muy bien. El resultado ha sido que aquellas viudas, del rescate, nada de nada.

Y la idea es esta, señora ministra. Usted y su gobierno, no digan nada. Alarguen todo lo que puedan la edad de jubilación y mientras tanto, hagan alguna cláusula de que estos planes de pensiones pasen al Gobierno como únicos herederos. O al menos, fifty-fifty, Verá como las arcas, vuelven a sanearse. ¡Y tranquila!. ¡Ustedes seguirán teniendo una jubilación dorada!.

En ningún momento lo he dudado.
Diciembre 2009

NAVIDADES DE CRISIS

Y no son las Navidades las que están en crisis, no, somos nosotros quienes lo estamos. O nuestras cargas económicas, materiales, añadidas y sobradas. Pero ello no tendría porqué ser obstáculo –y seguro que no lo será- para que estas Navidades no fueran distintas a las de otros años. Es más, puede incluso que a causa de esta crisis, la Navidad sea más auténtica, más acorde al tan cacareado espíritu navideño.

Y es que el consumismo, el negocio, la opulencia y la necesidad sobre todo de aparentar en lo material, en detrimento de otras necesidades más filosóficas, nos ha ido alejando de aquella tradición, de aquella festividad de antaño.

Ha tenido que llegar la crisis para que nos acordáramos de un reconocido Einstein y su parecer sobre la misma. Para Einstein –o eso se dice que él dijo- la crisis no es más que “la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos”. Pero la crisis es universal, y no es la primera vez que ésta –u otra- se pasea por nuestro planeta. Un proverbio Danés también habla de ella cuando dice: “en los tiempos de grandes vientos de cambio, muchos construyen refugios y se meten adentro, otros construyen molinos y se enriquecen”. ¿ A qué nos suena esto? ¿ Y qué debemos hacer nosotros?.¿Qué debemos o qué podemos hacer?

Pues nada y todo. O todo lo contrario. ¿Qué es para nosotros la Navidad?. Según qué creencia profesemos, según en qué ambiente nos hayamos formado, representará más o menos fervor religioso, más o menos festividad, pero independientemente del punto de vista individual de cada uno, muy por seguro que encontraríamos un mínimo común en todos a quienes preguntáramos. Y este mínimo común estaría relacionado con la familia.

¿Y qué es la familia? ¿Estará también en crisis?. Pues no, tal vez el ritmo actual de la sociedad impongan nuevas facetas, nuevos puntos de vista de cómo se relaciona la familia, sus miembros entre sí, su estructura, pero ello no implica -no debería implicar- que la familia, como institución, como necesidad intrínsicamente relacionada con la personalidad del ser humano, esté en crisis.

Y es más, la Navidad es buena excusa para reconducir aquellos conatos que se puedan haberse ido produciendo durante el resto del año. Ahora, cuando la velocidad se aminora, cuando todo se reduce a la preparación de estas semanas “grandes”, es buen momento para recuperar aquellos contactos perdidos, aquellos “olvidos” pseudo-involuntarios.

El típico “vuelve a casa por Navidad” tiene muchos más sentidos que la vuelta del estudiante y del trabajador. Es el regreso al calor, al ambiente familiar, al perdón y sobre todo, al borrón y cuenta nueva.

La Navidad es una nueva luz, un nuevo empezar…. Un partir de cero en el que todos estamos invitados a participar. Ricos y pobres, felices y menos felices, mayores y niños, deberemos estar en línea de salida para, desde el inicio, desde el final, empezar un nuevo año con las mismas condiciones que el vecino. Con diferentes cargas, sí, pero con la misma ilusión, alegría y espíritu de superación.

Y la crisis, esta tan cacareada crisis que nos afecta, que nos desilusiona a todas horas, se la vence con ilusión, esperanza y solidaridad.

Solidaridad con los más necesitados, con quienes más detectan la soledad en estos días de reunión familiar. Con quienes, alejados de sus familias, de su entorno, de sus orígenes, se ven “desterrados” en nuestra siempre estimada roqueta. Pero no pequemos de superioridad, no. Miremos hacia nuestros adentros, hacia nuestro alrededor más próximo. Tal vez estemos nosotros necesitados también de esta solidaridad, y no seamos capaces de detectarlo, de reconocerlo bajo el disfraz de la opulencia.

Y desde la humildad, desde el retorno a las Navidades de antaño, cuando todo era crisis y todo era alegría, estaremos tal vez preparados para ser más solidarios, más humanos si cabe, más nosotros mismos.

Bon Nadal!.
PUBLICADO en el número del mes de DICIEMBRE de 2009 en EL BULLETÍ DEL CENTRE DE PERSONAS MAJORS. Area de Acció Social. Consell Insular de Menorca

¿SOSTENIBLE? NO, GRACIAS

Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo,
pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.
(Abraham Lincoln)



O sí que se puede engañar, porque visto lo visto, vaya usted a saber. Un proverbio árabe también lo sentencia bien clarito al decir que “la primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía”. ¿Y ahora qué?. ¿Creemos o no en la sostenibilidad de la economía? Porque la palabra se la juega. Mejor aún, nos la juega. Nos la vende como algo “verde”, o sea, ecologista.

Ahora, cuando todos salen de la crisis –todos, menos nosotros, claro- vamos nosotros e inventamos la fórmula mágica de cómo salir de la crisis. I + D + I, o sea, inventamos lo que haya que inventar. También es cierto que lo de los piratas –la primera parte, claro- ya ha terminado y se hacía necesario desviar la atención hacia otros lares y mares.

Mientras media España vive del paro y la otra media para Zapatero, éste se encuentra de gira por el mundo mundial registrando la patente. En su ausencia –y también desde la lejanía- Moratinos nos arregla el tema de la refugiada saharaui demasiado pronto y necesitamos algo más que dar al mono. Así, los estrategas buscan en el baúl y encuentran el tema del Constitucional. Bono, busca y rebusca y aunque no se arrepiente, hace acto de fe. ¿Y?.

¿Pero qué es lo que es sostenible? ¿La mentira o la economía? . Pero no tenemos tiempo para dudas. En España se presenta en sociedad el remedio que nos salvará de todo –excepto de la gripe A, que ella ya tiene patente y….de corso… -. Y durará veinte años como mínimo. O sea, jubilados y sin pensión… ¡Vaya chollo!

Y había que ponerle un nombre a este engendro. Y a algún lumbrera, de estos seiscientos o más, sabe uno lo que debió aparecérsele, que de allí salió el nombre de marras. Y seguro que incluso cobró productividad por ello. Y es que la administración funciona así. Con presupuestos, presuntos y demás.

Y de presupuestos hablamos. Y no de los domésticos, precisamente. Hace unas semanas que los hogares menorquines con niños a su cargo, van recibiendo una carta del PADI como recordatorio de la campaña 2009, que está a punto de finalizar. Pues muy bien ¿y?. Pues que el PADI, que es el programa de atención dental infantil, -hay que reconocer que es un gran servicio que la administración presta a los hogares, promoviendo una higiene y una salud dental a toda la infancia- no ahorra.

Y como toda prestación de la administración, se le supone que se basará en unos presupuestos, unos dineros que entre todos –o entre algunos- vamos satisfaciendo durante toda nuestra vida. E incluso después de muertos…..

Pues bien, este presupuesto parece que va de sobrado. Y esto en épocas de crisis, o de vacas flacas, suena muy feo. El recordatorio éste, al que me refería, compuesto por sobre, franqueo y folio impreso a ambas caras –por lo de bilingüe-, debe tener un coste que rondará los treinta céntimos de euro como mínimo, tinta incluida. Estas cincuenta pesetas de antaño salen del presupuesto público por cada niñ@ de edades comprendidas entre seis y quince años de edad, independientemente de si sus progenitores hayan o no cumplido con la máxima de efectuar la visita al odontólogo de referencia. Y uno se pregunta, ¿no sería más “sostenible” el que sólo lo mandaran a quienes no hayan cumplido con dicha máxima?.

Y puestos a ahorrar, y esta vez presuntamente no fue culpa del PADI –según ellos, en verano ya tuvieron problemas con la distribución por parte del servicio postal elegido- se podrían haber ahorrado la duplicidad de envíos postales que se han visto obligados a efectuar durante la campaña anual. Resulta que parte de la correspondencia en la que se remitía los talones correspondientes al periodo, nunca llegó a su destino. La causa, presunta siempre. O sea, que de garantía del secreto de la correspondencia, nada de nada. Y que la misma llegue a su destino, menos aún.

Y esto sí que me lo creo. Personalmente, estoy por pedir nómina a dos empresas, una privada y la otra, medio pública. Y no es que la gente o el personal que trabaja en ella escaseen, no. Es que…., mejor me callo. Y me callo, porque de lo contrario tendría que calificar, adjetivamente hablando, claro, a algunos que reparten sobres, al menos a mi domicilio. No es la primera, ni la tercera, ni la décima tantas veces que tengo que entregar algún sobre a mis vecinos. Y a las mismas están ellos conmigo.

Y no es que sea exigente con los demás, ni mucho menos. Ni tampoco les exijo un título para trabajar. Ni tan siquiera en este caso les pido sepan sumar ni restar, solamente con que sepan leer y conozcan los números sería suficiente. ¿Acaso no se dan cuenta que están arruinando a la administración con tanta pérdida de sobre, franqueo y folio impreso a ambas caras? . ¡Y los árboles que se salvarían!, para hablar de una forma más sostenible.

También tengo que reconocer que una serie de repeticiones en dichas presuntas pérdidas me han “obligado” a ser más sostenible, más respetuoso con el medio ambiente. ¡Algo habremos ganado! O sea, más benefactor con la compañía telefónica –en mi caso- que así se ahorra el gasto del sobre-papel-franqueo-impresión.

Harto de no llegarme la factura telefónica, me obligué a volverme benefactor con el medio y pedir que me la mandaran por correo virtual. Así, al menos, evitaré que alguien, por culpa de otro alguien, evite la tentación de abrir mi correspondencia. Mi “secreto” , por decirlo de alguna forma, estará sólo en manos de Internet, que no es nadie.

Y ya no se que prefiero. Que no me llegue, o que me llegue violentada con cúter, saqueada su interior, y pegada con celo, como me ocurrió hace un par de navidades. Y además, para luego sorprenderte al cabo de unas semanas de que archivan la denuncia porque “de las diligencias practicadas no se ha señalado a autor alguno”. ¿Tan difícil era seguir el rastro a la inversa?.

Y eso que la crisis aún no había entrado de forma no-oficial en España. ¿Acaso ha entrado alguna vez de forma reconocida? ¿Por qué tardamos tanto en encontrar la economía sostenible? ¡Si en tiempos de Franco ya se practicaba!. ¡Perdón, que la memoria histórica impide hablar de Franco!.

Y si nos olvidamos de Franco, ¿a quien vamos a echarle las culpas?
A Zapatero, claro.
PUBLICADO EL 2 DICIEMBRE 2009, EN EL DIARIO MENORCA.