DÍA DEL LIBRO Y DE LA ……..



Una vez pasada ya la fecha, comprado el libro, rehusada la rosa, y leído el graffiti, no me queda otro remedio que alzar la voz escrita y decir un ¡basta ya!, bien fuerte aunque lo escriba en minúsculas. Y no es para menos. Es para mucho más.
Ahora resulta que ni coincidieron en fecha los fallecimientos de Miguel de Cervantes y Shakespeare –por aquello de los años julianos y gregorianos- ni tampoco fue el veintitrés sino el veintidós el día del óbito de nuestro insigne escritor. Pero eso es lo de menos. La fiesta del libro, que mira por donde, lo hacen coincidir con la festividad de Sant Jordi, es una buena noticia. Una buena noticia, una excusa y un buen presagio. Al menos, es una forma de acercar el libro a la gente, a los niños, y a la familia en sí.

Y si esta fiesta va acompañada con un descuento de un diez por ciento, mejor que mejor. También es verdad que en las paradas, la gente compra más compulsivamente que otra cosa. El estrés que se vive en aquellas calles colapsadas de paseantes-compradores-miradores hace difícil elegir un libro si no se va con la idea ya preconcebida. Además, el abanico de títulos es limitado y sólo los últimos libros publicados y las ofertas de los que no se venden ni a la de tres, suelen ser los títulos que el librero traslada a las paradas. Y bien está.

Desde hace ya algunos –bastantes- años, la rosa se ha unido al libro. Y de forma descarada. Descarada y machista, diría pese a quien pese. La propaganda nos vende que al hombre se le regala un libro y a la mujer, una rosa. ¿Qué se pretende con tal mensaje? ¿Acaso a la mujer no se le puede regalar un libro? ¿Acaso el libro, la cultura, es coto privado para la mujer? ¿O simplemente me acallarán diciendo que como quien no lee es el hombre, por eso se le regala el libro?

Y al menos, la festividad del libro, de las letras, de la cultura, como quiera llamársele, fomenta la lectura con una rebaja en el precio. Pero la rosa, no. La rosa no celebra su festividad. La festividad la celebran las floristerías que venden, por aquello de la fecha, la demanda y la ocasión, el mismo producto un doscientos o más por ciento más caro que en las fechas anteriores o posteriores. ¿Será por la banderita añadida o simplemente por la necesidad de ser galantes con la persona que comparte tu vida?.

La crisis es buena excusa y ocasión para volvernos un poco más insumisos. Podemos declararnos contrarios a la guerra, ya no por ideas, sino por el alto precio de los presupuestos dedicados a estos menesteres; podemos declararnos contrarios al gasto superfluo de un sobre coste añadido, por una rosa que al cabo de unos días, volveremos a encontrarla a mejor precio, y tanta o más calidad. Incluso podemos declararnos insumisos televisivos cuando aparecen en pantalla personas que, por estudios o incluso por modales, poco o ningún negocio haría en la vida cotidiana.

Y ya no se si fue por aquello del graffiti que propugna por la Esteban antes que por la cultura, si fue por lo del apodo de la princesa del pueblo –que por cierto, nadie me ha pedido mi opinión- o simplemente por los libros que ahora, treinta años después, sin tantos tapujos ya hablan de aquellas verdades a voces sobre quienes estaban al tanto del 23 F, me he vuelto insumiso para con la monarquía. Y por el mismo motivo, para con los socialistas –y no por la espina de la rosa-. Y para con los…..

Al final, con tanta insumisión, uno se queda sólo, con el libro en la mano, sin saber si en el mismo se vierte verdad, un plagio, una fantasía o una media mentira. Y eso, al fin y al cabo, es libertad.
Libertad porque la libertad es eso: elección, trabajo, necesidad de búsqueda y cuando se alcanza, cuando se duda, cuando se cree, se debe compartir. De lo contrario ya no es libertad. Es egoísmo y….no es cultura.

abril 2011

UNA IMAGEN NO VALE MIL PALABRAS



Una imagen ya no vale mil palabras, y en algunos casos puede incluso inducir a error. Y no hablemos de las imágenes trucadas, falseadas o remodeladas, ni el cortar, enderezar o pegar. Lo cierto es que el dicho, se desautoriza por si sólo, al menos en nuestros días. Y para ello no hace falta recurrir a la teoría de la información de Shannon, sino simplemente al análisis de la causa-efecto.

Hace ya algunos años, un político menorquín fue juzgado en base a una imagen tomada durante un evento que se consideraba ilegal. Durante semanas, y en el juicio paralelo de la opinión pública, ya se había condenado a dicho político como autor del hecho en base a aquella imagen reproducida en los medios de comunicación. A pesar de este juicio paralelo, fue en el transcurso del juicio oral donde se demostró que aquella imagen, aunque real y verdadera, no respondía al momento mismo de aquel presunto ilícito penal que se estaba juzgando.

Anécdotas, múltiples y variadas, podrían enumerarse y demostrarían que en cada domicilio, en cada carrete de los de antaño, en cada cd de recopilación de datos, hay muchas imágenes, que sin ser trucadas ni retocadas, son unos momentos que no corresponden a la realidad. Vamos, como la personalidad escondida de uno. Y no por ello dejan de quedar expuestas, y con el tiempo, hacen historia. ¡Cuánta historia falseada por mor de una fotografía…..!

Hoy en día necesitaremos una secuencia de imágenes para comprender mejor los hechos ocurridos. Nuestra experiencia ya no dará tanto valor a una exposición, sino que por ello mismo, exigirá una secuencia de la misma. Y aún así, dudaremos.

La fotografía que acompaña al escrito de hoy, es prueba de ello. La casualidad hizo que la captura de la imagen se produjera en el mismo instante en que aquel reloj-termómetro urbano pasaba de una temperatura de catorce grados centígrados a las ocho horas y treinta minutos de nuestros relojes. Y mira por dónde, el destino, la casualidad, la instantánea, hizo que apareciera en la imagen los ochenta y cuatro grados centígrados. Imagen ésta, que aunque real, no trucada ni montada, no prueba por mucho certificado de calibración que pueda presentar el termómetro urbano de marras, que en aquel lugar y en aquella hora, el agua estuviera próxima a su punto de ebullición. ¡Y no digamos a las diez de la mañana, o a las veintitrés cincuenta y nueve minutos de la noche…!

La otra, la secuencia montada paso a paso desde los catorce grados centígrados hasta las ocho treinta minutos. Seis secuencias con cuatro intervalos, de las que tres quedan escondidas al ojo humano. ¿Cuántas cosas restarán aún escondidas a nuestros ojos, a nuestros oídos y a nuestro entendimiento?

Estas imágenes han valido cuatrocientas noventa y una palabras. Al menos, esto es lo que ha contado el contador de palabras de Word, sin contar el título, claro está. Pues lo dicho, no valen, ni mil palabras.
PUBLICADO EL 27 ABRIL 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

DE MENTE DEMENTE

Vaya, ¡cómo cambian los términos con un espacio de más, o de menos! Y es que la cosa tiene guasa. Vamos, como la trifulca que mantienen siempre viva los dos partidos mayoritarios. ¡Y eso que las próximas elecciones son locales! ¿Qué pasará en las generales?


De momento, para atacar a los populares, los socialistas analizan cualquier comentario que haga Aznar, para dirigir los dardos de la opinión pública en contra de los populares. Al menos, Aznar habla, dirán algunos. Pero dado que por la boca muere el pez, ya hay alguno que le ha recomendado a Zapatero el borrado de todo recuerdo con el libio Gadafi. Al menos de las fotografías sonrientes en el encuentro de ambos mandatarios, unos años antes. Y quien sabe si de los contratos de venta de las bombas de racimo, con las que supuestamente el libio Gadafi está atacando a su resistencia. Y es que los dictadores sólo lo son a conveniencia.


Como ciertas amistades, vamos. De mente o de corazón. En la política hay más de mente –y algunos sin espacio- que de corazón. El romanticismo político se queda en la utopía y en la minoría. Izquierda Unida es un caso claro de ello. Ha sido de los pocos que ha dicho “no” a la guerra. Ha sido de los pocos que ha dicho “no” a tanto recorte social que ha impulsado el gobierno de Zapatero. Ha sido de los pocos que ha dicho “no” a tanto desmadre y a tanto despilfarro en los presupuestos. Y ahí está. Sola y sin el apoyo de quienes tanto ha defendido. La duda, lo deja en presunta. ¿Seguirían con el mismo romanticismo en caso de alcanzar poder, o el corazón daría paso a la mente?.


Y el problema de Izquierda Unida es que queda anclada en el pasado. Sus miras hacia una república, sus miras hacia la memoria histórica, le impiden posicionarse con lo que pide el pueblo real y llano. Empleo, poder adquisitivo, corrupción y sobre todo, democracia, es lo que más le preocupa al pueblo real, al que paga hipoteca, al que ya no cobra subsidio, y al que poco a poco se le nota cansino de tanto demente. Y la república, mientras el perfil político sea el que hay, mejor lejos. Si hemos sido capaces de ignorar las maniobras del 23-F, ¿por qué recordar a una II República, que también tuvo sus golpes internos, interesadamente desmemorizados?.


La hemeroteca reciente se alía con el corazón y planta cara a los intoxicados discursos de nuestros políticos. Y como ejemplo más reciente y próximo nos invoca a Zapatero cuando se alía en contra de Gadafi, y mantiene la boca cerrada –como viene haciendo Rajoy- cuando el presunto dictador es chino, venezolano o cubano. Y eso que tuvo ocasión de plantar cara y cátedra en su reciente visita a China…. Visita, que por cierto no obtuvo tan buenos resultados como nos habían vendido en un principio


Quienes si han tenido buenos resultados la semana pasada fueron los dementes de ETA, a pesar de que la noticia se intentara camuflar entre tanto decomiso de explosivo y demás. Al menos a lo que hace referencia a la salida de la cárcel de uno de sus asesinos. De dos mil utópicos años de cárcel, treinta eran los que debía de cumplir encarcelado. La interpretación no fue tal, y el recuento final ha sido la de un año por cada asesinado. Al final, los mismos años que se piden para el ex presidente Jaume Matas. Y es que ser popular puede llegar a ser agravante…. Impopular, pues no.


Y otros quienes también pecaron de mente y no de corazón, fue parte de la plantilla de una compañía de telefonía….¡Y sus directivos!. Y luego nos quejamos que si los teleoperadores no nos entienden o no nos atienden con eficacia. ¡Si los que sirven los echan a la calle!. ¡Y contentos que se van!. ¡Y no digamos sus directivos!. ¡Como los bancos, vamos!. Y es que estamos rodeados de una serie de mentes que no hacen más que complicarnos la vida. Y el gobierno, por la boquita pequeña, ahora, dice no estar de acuerdo. ¿Y quién se atreve a decir lo contrario con las elecciones a la vuelta de la esquina?


Y es que ya lo decían en tiempos de aquellas repúblicas que tanta añoranza han dejado en algunos:


A Espanya hi ha un lleó

antic i fort de barram,
som molts que ho engreixem

amb ses gotes de suor,

i al mateix temps li donem

jovent per defensar-ho.


Lo de los convergentes catalanes, de su independencia en las urnas y de su abstención en el Parlament, pues eso, de mente.



PUBLICADO EL 19 ABRIL 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

TODOS GANAN

Ahora sí. Ahora todos se han puesto de acuerdo y el dicho se ha hecho realidad. Al menos así lo dice públicamente el colectivo político de la sociedad menorquina. Y es que cuando a uno le atacan por sorpresa y la pregunta se sale del guión preestablecido, la respuesta puede llegar a ser muy original.

Y la sorpresa vino al hacerse pública la nominación en el tercer puesto de salida en las listas populares al Consell, de quien nadie se atreverá a criticar pasado o presente personal, y de hacerlo, tampoco serán capaces de crear duda o de hacer cambiar opinión o aprecio hacia su persona. Y eso, sencillamente porque es así. Ni más, ni menos.

La única crítica que desde la clase política se ha lanzado contra él, es que viene a mandar. Pero ello tampoco nos tiene que preocupar mucho. No el hecho en sí de que mande, sino el que se critique que mande. Y eso se entiende. Actualmente unos tres mil trescientos votos menorquines mandan en una Menorca de noventa y tantos miles de habitantes, y eso que para algunos es normal, para otros no lo es tanto.

Y el subconsciente es sabio. Mucho más que el consciente y no digamos que el inconsciente –que de éstos también hay muchos-. Ante la pregunta en cuestión, aceptan el reto y animan a la movilización de las bases para contrarrestar el efecto sorpresa.

No en vano, hace ya tiempo que se prepara el terreno. Hace ya tiempo que se insiste en las peculiaridades de que el voto local es a la persona y no a las siglas de un partido. Hace menos tiempo, que incluso hay quienes reniegan del liderazgo de ZP, de Rubalcaba, de Chaves… Los presuntos casos de nepotismo, el caso faisán, los EREs y demás casos en proceso judicial, podrían desembarcar con la actuación de algún ente judicial a pocas fechas del evento y acentuar cualquier disposición sobre el voto ciudadano.

Y el ciudadano ya no se sorprende. Tiene muy claro a qué opción y a quién va a votar. Lo ha hecho siempre, independientemente de las verdades o mentiras que se hayan publicado sobre su opción elegida. Lo contrario sería aceptar su error. Y el voto ciudadano no yerra. Es sabio, libre e inteligente. Al menos, el ciudadano sabe que, durante unos días, será el centro de la atención de unos y otros. Durante unas jornadas sus deseos serán transformados en promesas. Durante unas semanas incluso, será reconocido por su nombre y por historia personal. Y eso marca.

Y aquí es donde entra el perfil del candidato. El carisma, la personalidad, la historia misma del candidato romperá estructuras incluso prejuicios. Romper el encanto cuatrienal será difícil. Y eso lo saben los unos y los otros. Y a eso van. A romper estructuras preconcebidas, aunque para ello tengan que criticar al adversario en vez de proponer soluciones a los problemas planteados.

Noto a faltar aquellas salidas en campaña de Alfonso Guerra. Noto a faltar aquellas temibles frases de que si ganaba la derecha, se acabaron las pensiones para las viudas y jubilados. Noto a faltar aquellas temibles frases de que si ganaba la derecha los drogadictos y ladrones irían a la cárcel. Noto a faltar aquellas temibles frases de que si ganaba la derecha, iríamos a la guerra, alineados con las naciones capitalistas…..

Ahora, las arengas de Alfonso Guerra no colarían. La credibilidad ya no movería ni fanatismos ni utopías. Ahora venden hechos. Y estos, brillan por su ausencia.

Noto a faltar credibilidad en los mensajes emitidos. Notaré a faltar credibilidad en los mensajes que se emitirán. Notaré a faltar ideas y proyectos. Tampoco importa. Siempre tendremos un culpable a quien echar las culpas. Siempre tendremos excusas de nuestro siempre presunto yerro. Siempre tendremos opción de poner miras a una nueva cita electoral.

Mientras todo ello ocurra, los futuribles candidatos, augurarán buenos logros. Al menos, ellos siempre ganan.

PUBLICADO EL 14 ABRIL 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

NI LO UNO NI LO OTRO, SINO TODO LO CONTRARIO

Su utopía era estudiar Derecho y poder ejercer de abogado, de fiscal y de juez en un mismo juicio. Lo sabía imposible, pero su mente siempre dejaba un resquicio para la duda. Y era esa misma duda la que le provocaba volver sobre el estudio, contraponer actitudes y traspasar la línea hasta entonces esgrimida. Y vuelta a empezar.

La realidad lo ha llevado bastante lejos de lo utópico, de su utopía, de su sueño. La realidad lo ha llevado hasta el punto de incluso cuestionar su auto de fe en aquella definición misma de libro de texto. La justicia práctica no era la misma que la teórica. Aquellos libros no acertaban ni por aproximación. Lo que se vivía en los bufetes y en los pasadizos de los juzgados era la auténtica justicia, lo otro seguía siendo utopía.

Desmitificar la misma ha sido su terapia para acercarse de nuevo a ella. Atrás quedan aquellos sueños en busca de los pros y los contras de toda casuística humana, de investirse como incuestionable acusador a la vez que condicionaba toda acusación basándose en las lagunas jurídicas y en los derechos atropellados; y que él mismo, con la toga y el mazo en mano, discernir el futuro de aquel acusado, para bien o para mal de la sociedad a quien representaba y a la que defendía.

Atrás quedaron muchos sueños, como atrás quedaron relegadas al olvido no escrito, muchas verdades de las que se dicen no probadas, y muchas mentiras nunca descubiertas. Y en ellas también se encuentran las verdades. Es más, son las auténticas verdades. Porque la verdad jurídica, la verdad emanada por un órgano judicial, aunque se le confiera mayor valor, no tiene porqué ser la auténtica verdad, ni la única.

Ahora, su utopía es otra. Su ilusión hubiera sido ser filósofo. Filósofo, por decir algo. Filósofo, por estar ausente de tanta sociedad esclava, condicionada, dirigida. Anarquista, le dirán otros. Rebelde, inconformista…. Antisistema como dirán los más modernos. Pero no. Ni anarquista ni antisistema. No le gusta el sí porque sí, ni el no, porque no. Busca respuestas, y antes de una censura, busca un buen acuerdo.

La duda, sus dudas, le llevan a cuestionar a unos y otros. Y a los dos juntos.

Su utopía jurídica le posiciona por negar segundas opciones, segundas lecturas. ¿Para qué recurrir una sentencia si los jueces son todos buenos profesionales? ¿Depende de la capacidad profesional de un abogado, el que un delincuente sea condenado o absuelto? ¿Depende de la capacidad profesional de la acusación, que dos delincuentes sean condenados por hechos similares a diferentes penas?. Eran muchas las dudas, y muchas las posibles respuestas.

Su posición y su experiencia le han obligado a contestar afirmativamente a las dos últimas preguntas anteriores. Ello le preocupa. No ya la pregunta, sino la respuesta.

Y el sistema. ¿Qué dice el sistema?. Sin duda, el sistema se escuda en la independencia judicial, en la interpretación del órgano, en el proceso mismo, en la acusación, en las pruebas, en el voto particular, en el tribunal europeo, en este y aquel.

¿Por qué no dirigir las discrepancias, directamente al más alto estamento y zanjamos las cuestiones de recursos y dineros? La utopía vuelve a remontar. La felicidad jurídica no existe, sólo trazos de ella, momentos, respiraciones. Y así, aliento tras aliento, vamos cosechando experiencias, buenas y malas, utopías, sueños y pesadillas.

La felicidad jurídica sólo se alcanza al final de un largo trayecto, cuando el proceso termina sin más opción alguna y alguien, allá a lo lejos, en la Europa iluminada por decreto, decide por lo uno o por lo otro. O simplemente, por lo contrario.

Su utopía sigue apostando por la filosofía. Sigue siendo teoría, y por ello mismo, felicidad, inocencia, beneplácito. No necesita irse tan lejos para encontrar respuestas de libro, y su verdad, sigue siendo su verdad.

Y si duda, busca una nueva verdad. No necesitará excusas ni mediadores. Y la encontrará, encontrará una nueva verdad. Su nueva verdad. Su nueva felicidad.

Y es que ya lo dice aquella maldición gitana “pleitos tengas, y los ganes”…


Abril 2011

PRIMERA CLASE

Creé el archivo de Word con el título del escrito de hoy a las pocas fechas de que Artur Mas conquistara el muy honorable cargo que ostenta. La causa fue un comentario suyo relativo a que no pensaba viajar en clase económica ya que a él le correspondía viajar en primera clase. Una vez empezado el escrito, me propuse ser benevolente y darle un tiempo de enmienda.

Mi benevolencia vino también influenciada por una memoria histórica de veintitantos años atrás. Una respuesta dada por un político menorquín de que él no hacía cola para entrar en un evento cultural, dejó huella en el recuerdo que ni el famoso alemán es capaz de borrar entre tanto surco.

Pero la benevolencia tiene un límite, y si se refiere a este espécimen grupal, más que más. Y la noticia ha saltado ahora con que los eurodiputados, estos políticos jubilados del activo y con los emolumentos mejor pagados de la especie, se niegan a usar cinturón y prefieren seguir viajando en primerísima clase. Y tanto de unos como de otros. Aunque eso sí, los que siempre yerran, ya sea contando pasajeros de un autobús que casi no circula, o simplemente contando usuarios de kayak, dicen que también han errado ahora. Y siguen cobrando. Y siguen viajando.

Y como éstas, muchos engaños ha habido …. y seguirá habiendo. Cien euros por mes trabajado también es un error, como lo fue aquella invitación de féminas, o la inauguración de una segunda prueba de amarre portuario. ¿Por qué no inauguran la cárcel con tanto aspirante suelto?.

Podría seguir enunciando contras y contras y la lista sería interminable. Podría declararme objetor de correspondencia partidista, y muy por seguro que los partidos políticos seguirían recibiendo mi contribución pasiva por estar inscrito en el censo electoral. Y no contento con ello, que al momento mismo de introducir el sobre con mi voto en la urna, unos céntimos de euro ya van directamente al bolsillo del partido elegido. Y no digamos cuando su señoría, éste que viaja en primera y no se aprieta cinturón alguno, adquiere el acta. En aquel momento, son muchos los euros que desaparecen de nuestra cuenta bancaria. Eurodiputados, diputados, senadores, diputados provinciales, consejeros y cabildos insulares, regidores…..y la lista sigue.

Y el ex – invicto ya ha hablado. Rompe la incertidumbre para anunciar que no se presentará a la reelección. Uno ya no sabe si por coherencia a lo mal actuado o por frenar el descalabro electoral. Lo que si está claro que de dimitir no dimite. También es cierto que como le ocurrió aquella vez a Bono que pidió consejo a su hija, esta vez ha sido el banquero quien le ha aconsejado-pedido que no se marche. Y no se marcha. Resiste, se resiste a abandonar los privilegios de vender, comprar y regalar lo que quiera de esta nación que ya no sabe si es norte o sur, si este u oeste. Y no miente, sólo yerra.

Y la duda aparece en las primeras instituciones del Estado. Los jueces vuelven a estar divididos y lo dan a conocer. Votos particulares que se hacen públicos y repúblicos. Otros que acusan a compañeros de injustos y recursos que llegan hasta la decisión europea. Faisanes que volotean con sospechas de beneplácitos y amenazas a falta de patriotismo al desvelar acciones presuntamente no lícitas. Amago de rebeldía de cierta Comunidad autónoma hacia los jueces y nuevas denuncias de presuntos nepotismos en los caciques del sur. Y de aquí no salen los noticieros.

Acallada queda la incertidumbre sobre el problema nuclear del Japón y la posible transmisión aire-mar de tanto yodo suelto. Nadie habla de los problemas de las aves y del pescado. Ni de las hortalizas ni otros productos de aquellos lares. Nadie habla de precaución. Nadie habla del peligro. Sube el tipo de interés y es señal de que la economía funciona. Pagan cien euros mensuales y significa ocho parados dados de baja en la larga lista de los cinco millones.

Y siguen siendo los primeros de su clase. Y siguen viajando en primera clase. Y siguen cobrando, comiendo y hablando a nuestra costa. Atacamos a Gadafi y nos olvidamos de Costa de Marfil. ¿Otro error?.

El error fue anterior. Años atrás. Y los errores se pagan. Los pagamos. Los nuestros y los de los otros.



PUBLICADO EL 9 ABRIL 2011, EN EL DIARIO MENORCA.

PRIMER VERDOR

Este mes buscaba una forma de evadirme de tanto bulo impuesto. De cada vez, me noto más evolucionado –no me gusta malgastar el término revolución- en cuanto a la búsqueda de muchas respuestas. Y como las respuestas son las que hay, he optado por el ataque frontal a las mismas. Ya no a la búsqueda de la verdad, sino a lo más cómodo, actual y moderno: a negarlas y reducirlas al absurdo.

Y en esto que estaba, entre tanto bulo y media verdad que se nos cruza por el camino, que me ha dado la vena etimológica. Era una forma de evadirme de lo cotidiano, de la rutina de doña Cuaresma, que si redobles de tambores, que si procesiones, que si vacaciones, viajes, huelgas y demás inauguraciones y retóricas habidas y por haber.

Además, no pago, pagué ni pagaré bula alguna. ¿Tendrá algo que ver la bula con tanto bulo?. Y la evasión me vino en forma de inspiración –dejemos el adjetivo aparte, para ser coherente con el escrito- . Y de lo propio. De lo nuestro o participando de ello: el Mediterráneo.

Medi-terráneo. Estaba claro. En mitad de la tierra, o rodeado de tierra, como encontraría poco después en el diccionario. Era pues fácil, muy fácil descubrir algunos significados de palabras. Otra cosa distinta sería descubrir otras cosas, otras respuestas. Pero las palabras, aquellas que se las lleva el viento -y aquí más que en otras partes-, estaban allí, invariables, impolutas, puestas a nuestra disposición y servicio.

Somos nosotros quienes necesitamos ponernos a ralentí para frenar el distanciamiento que fabricamos entre unos y otros. Resetear y desfragmentar las mentes si es necesario. Liberar espacio en disco y desactivar archivos residentes en la memoria.

Y del Mediterráneo, del mar nuestro de cada día, del mar que nos brinda su brisa y su aroma a cada asomo que hagamos al horizonte…, a la primavera. A la estación que ni primera ni quinceava, aunque si a la que nos altera, afluye, renueva y brinda una nueva versión a la casuística de la vida.

Volví a usar el libro gordo de Petete, el de ir por casa, vamos. La deducción también era de cajón, de sastre o de modista, tanto daba. Primavera, prima –vera, y aunque no eran familia, sí era primero que el verano. Aquí la lógica doméstica ya no fue tan aplastante. Podía dar el pego, sí., pero la realidad era otra. Diccionario en mano, la primavera se convertía en el primer verdor del año.

Los campos menorquines volvían pues a ser noticia., hacía tiempo que había dado sus brotes verdes. Aquel verdor que tanto alegra el paisaje de nuestras carreteras volvía a su cita anual.

También volvíamos nosotros. Más bien, volvíamos al encuentro anual. Porque ambos, nosotros y el verdor no nos habíamos ido. Como el Mediterráneo.

Seguíamos manteniendo el tipo, ocupados en otros menesteres, pero presentes. El verdor, con su simiente latente entre tanto terreno, a la espera de que las condiciones les fueran propicias. Nosotros, anonadados con tanto variopinto ajetreo que nos mantenía activos aunque tomando el pulso a tanta situación económica. Y el Mediterráneo, atento siempre a nuestros asomos matutinos, vespertinos, a cualquier hora, a cualquier excusa, a cualquier tentación.

Y el verdor se resistía al sol. La humedad, aquellas heladas menorquinas, luchaban contra toda maduración, y se convertían en los cooperadores necesarios para la coexistencia. La infancia ganaba en inocencia. Y la inocencia creía en bulos, en verdores, en el Mediterráneo incorrupto e impoluto.

El debate estaba servido. Había huido bordeando la realidad, y al final, me encontraba frente a la misma. Sin respuestas, sin negaciones. Y es que la realidad habla por si sola. No importa irse demasiado lejos para encontrarla.

La realidad, la verdad, está en nosotros mismos.


PUBLICADO en el número del mes de ABRIL de 2011, en EL BULLETÍ DEL CENTRE DE PERSONES MAJORS. Area de Acció Social. Consell Insular de Menorca


EL PRINCIPIO DEL FIN O EL FIN DE LOS PRINCIPIOS

Y no es que me haya vuelto apocalíptico. Tampoco es que la psicosis nuclear que actualmente recorre el mundo me haya afectado ni que los ataques a Gadafi me provoquen insomnio alguno, simplemente es una realidad palpable, y sino inmediata, en un futuro próximo.

El causante de todo ello, ha sido nuestro ya ex invicto presidente. Más que el término causante, podríamos utilizar el de benefactor, incitador, procurador de tal medida. Él y su ferviente convicción al apostar por la I+D+I ha provocado que España sea pionera en la investigación en cuanto a la total eliminación de estas tan molestas e incívicas defecaciones de perros que pueblan muchas calles y aceras de nuestras ciudades.

Y más que él, la Universidad de Oviedo, y los profesores, alumnos e investigadores que han participado en este proyecto co-financiado por el Ayuntamiento de Gijón y la Consejería de Salud y Servicios Sanitarios del Principado de Asturias. Y el invento, la I+D+I ha sido muy sencilla o muy compleja, a saber. Han desarrollado una especie de chip, el cual además de portar el número de identificación del animal para su lectura, permitirá que dicha identificación sea trasmitida mediante un proceso similar a la utilizada en medicina nuclear, a las heces de los animales.

Así, según explicaron los investigadores durante la presentación del proyecto, con un lector similar al utilizado por los veterinarios para la identificación del chip que portan dichos animales, se podrá analizar-leer las heces depositadas en la vía pública y con ello la identificación del can causante de la deposición. El paso siguiente se concreta con la identificación y posterior denuncia de su dueño.

Pero las rosas suelen tener espinas, y cuando la psicosis mueve opiniones y cuando las elecciones están a la vuelta de la esquina, la rosa es más espina que flor. O al menos esto opinan los ciudadanos de Gijón que veían con este artilugio un nuevo argumento con que hacer campaña de ser uno de los municipios más limpios de España.

Y la espina ha sido un informe presentado ante la Comisión de Bioética del Senado por parte de un grupo de científicos en el que se denuncia un presunto uso de material radiactivo en la fabricación del mentado chip. En dicho informe, que será estudiado en dicha comisión del Senado, se expone que de ser ciertos los parámetros aportados en el mismo, de producirse una rotura en la cápsula protectora del mentado chip, podría producirse una emisión radiactiva –aunque reconocen en dosis mínimas- durante las primeras horas de la rotura de la misma y que podría afectar principalmente a niños y mujeres gestantes.

Coincidiendo con la presentación ante la Comisión de Bioética del Senado de dicho informe, se ha dado a conocer otro proyecto I+D+I promovido por el Ayuntamiento de Oviedo en colaboración con el Centro Asturiano de la Sostenibilidad, en el cual tratan de producir una mutación en el gen GLUD1 de los caninos, a fin de la consecución de un mínimo diferenciador con el gen derivado de los felinos, responsable de los hábitos sanitarios de los mismos.

Así, según explicaron los responsables del nuevo proyecto, de conseguir esta mutación, los caninos adquirirían comportamientos similares en cuanto a la limpieza en las deposiciones que sus compañeros domésticos, los gatos. Este comportamiento implicaría que las deposiciones serían enterradas por el propio animal, evitando así los molestos encontronazos deposición-calzado que se vienen produciendo desde que el perro y el hombre conviven en un mismo entorno.

Pero las espinas volverían a hacerse presentes en esta semana de I+D+I. Las autoridades europeas ya han advertido a sus homólogos españoles que esta mutación en el gen puede contravenir la normativa comunitaria. El Comisario responsable de Salud y Política de Consumidores, ya ha advertido que este proyecto podría estar incumpliendo la resolución de la Comunidad Europea de octubre del pasado año, mediante la que se suspendió temporalmente y por un periodo de cinco años, cualquier clonación animal.

Así las cosas, el I+D+I no ha tenido éxito. O al menos, en Asturias. Si lo primero puede resultar dañino para la salud humana, lo segundo roza con el juego a creerse dioses. Lo más fácil, lo más económico, se procuró por la misma facultad de Ciencias Políticas de la universidad asturiana. El decano emérito de la misma, abogaba por la incorporación desde los primeros cursos de primaria de una educación para el civismo, y con ello provocar sin traumas y sin un vuelta atrás, un ambiente más civilizado en el entorno ciudadano.

Poco ha durado en la exposición pública dicha propuesta. Esta tercera alternativa, ecológica, sostenible y saludable, ya ha sido contraatacada por quienes la acusan de provocar encubiertamente una aniquilación a la actual Educación para la ciudadanía. La integración de actualizaciones acordes con el tiempo y las necesidades detectadas mediante ítems y marcadores societales – a esta última-, tampoco han dado sus frutos.

Dicen los más optimistas, que todo ello es fruto del periodo preelectoral que estamos viviendo. Auguran que después de las elecciones, cuando las ruedas de prensa y las inauguraciones volverán al espacio público, se volverá sobre el tema. Su lema, el principio del fin.

Los menos optimistas, todo lo contrario. Su lema, el fin de los principios.


PUBLICADO EL 1 ABRIL 2011, EN EL DIARIO MENORCA.


* El día 1 de abril, Menorca, dado sus antecedentes británicos, mantiene vigente aún la tradición del día d'enganyar, lo que vendría a ser el día de los santos inocentes español. Este escrito viene a dar testimonio de ello, y así, sólo decir que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.