INDEPENDENCIA

La prepotencia y la crisis social que ha provocado el proceso catalanista han llegado a encumbrar incluso a los vocablos.  Las llamadas a la independencia, a la dependencia, a la autonomía,  aparecen viciados y alejados del contexto cuando uno lo pone de titular.  Sin duda, el título puede arrugar frentes en busca del insulto o de la aprobación.  Ni lo uno ni lo otro. Allá ellos con sus intereses y sus desintereses, y sobre todo, con sus provocaciones.

El escrito de hoy, el último de este drástico 2017, dirige sus dardos hacia un tema –para los menorquines- más importante que la crisis soberanista misma: el tema energético.  La independencia a la que algunos les gustaría aplaudir choca con algo tan esencial como es la energía.  Desconectados de Mallorca y autónomos en la producción, parece ser el titular de un futuro inmediato.  Y no tan sólo eso, sino con la amenaza latente de cerrar la producción. De quedarnos a oscuras y con el plato frio.

En este estado es cuando las voces reivindican la dependencia –energética, claro está-. Pocos se atreverán a alzar la voz y reclamar más recursos que fomenten nuestra propia autonomía.  Eso sí, hablan de renovar la central eléctrica e invertir millonadas para renovar instalaciones.  Las renovables, que esperen.

Llenamos voces de renovables, de limpias y demás, y renegamos de la implantación de éstas en nuestra propia casa.  Unos, por aquello del tributo al Sol y el bailoteo con las eléctricas, los otros, por aquello del impacto visual, del vuelo del cóndor y la protección del terreno infértil y desaprovechado.

La autonomía, aquella que en su  día se denominó autarquía, y que mal vivió  con los vehículos propulsados con gasógeno o acetileno, no sería apta para las mentes actuales. Intereses económicos e intereses políticos, impiden avanzar.  Nos anclamos en falsos propósitos adoctrinados por cierto sector de la sociedad.  Negamos las nucleares en suelo propio mientras  compramos el resultado en países limítrofes, intentando obviar  que una explosión en éstas, sin duda, nos la comeremos con tramontana incluida.

Otra dependencia, otra autonomía, también se quedarán atrás.  La ayuda a los dependientes y las políticas de autonomía personal, sucumbirán a los recortes monetarios.  Los chantajes partidistas y territoriales no hacen más que recortar ayudas a quienes, en su momento, fueron la energía que transformaron el país y nuestras vidas.

El egoísmo, tan presente en nuestras vidas, sigue cobrándose víctimas inocentes.


Bon Any.

PUBLICADO EL 28 DE DICIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA

YA ESTÁ AQUÍ

Pues sí, ya está aquí. ¿Y quién? Se preguntarán.  Pues podría ser la Navidad, pero no. La Navidad, hace ya tiempo que está.  Antiguamente llegaba la misma víspera y se terminaba el día de reyes.  Ahora, las cosas cambian… que es una barbaridad.  Cada pueblo tiene su propio calendario.  En Mahón se inicia con el encendido del alumbrado navideño, pero también es verdad que con los trabajos de instalación de los mismos, ya se huele.  Y termina, no ya el día de reyes, sino que aplazamos su despedida a Sant Antoni, por aquello de hacer patria, vamos.

Es de suponer que en otros lares, pase un tanto de lo mismo.  Así no es de extrañar que actualmente se inicie con el llamado Black Friday, en noviembre y termine tras las rebajas de enero.  Vamos, dos meses.  Casi una estación.  Y es que el consumismo –no confundan con el comunismo- tiene más arraigo que la tradición misma.

Lo que realmente están, hoy jueves, son las urnas –en Cataluña, claro-. Unas urnas transparentes  -sin papeletas previas en su interior-.  Unas mesas constituidas como marcan las normas y el sentido común.  Y un recuento con todas las garantías de un estado de derecho.

Escribo estos dos mil quinientos caracteres, con espacios incluidos, el domingo anterior. Desconozco pues, lo que pueda pasar entre ambas fechas.  Alea jacta est, diría al respecto. Y es que uno ya no se sorprendería que Puigdemont apareciera con peluca al más puro estilo de Santiago Carrillo y se presentara a votar en la mesa de su distrito electoral.  O sin peluca, a fin de provocar su detención y aprovechar el efecto mediático para un trasvase de votos a su favor.  Y es que la función de los independentistas supera la teatralidad.  Tragicómica, por supuesto.

Todo es posible, y más si el ex MHP está metido en el ajo.  Sin duda, el “Ja sóc aquí” de Tarradellas será añorado por muchos que vivieron aquella experiencia; por muchos que la hayan estudiado y analizado.  Aquellos eran tiempos revueltos, sí, pero tiempos de entendimiento, de tener un camino trazado, acordado, negociado, de consenso.  Vamos, con altas miras. Con sentido de Estado.

Ahora, son tiempos envenenados, de ruptura, tiempos egocéntricos. Son tiempos en que nos repercuten los  “consetidos” por el Estado durante tantos años de chantaje nacionalista y  de venta partidista, que es muy diferente.


Y ahora, a esperar.  A olvidarnos.  A celebrar la Navidad.  Que sin duda, la mitad más uno, nunca convencerá a la otra  mitad menos uno.  Y allí, que se apañen ellos.


PUBLICADO EL 21 DE DICIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

APEARSE DEL CARRO

Ortega y Gasset se equivocó.  Así de claro lo digo.  O al menos, se equivocó de tiempo.  O simplemente  ni son todos los que están, ni están todos los que son.   Y por eso mismo entiendo –y puedo compartir-  que algunos se apeen del carro, que muy por seguro ni es el de uno, ni va en el mismo camino.

Tal vez sea el tiempo frio que nos ha llegado de repente, tal vez son las fechas que te traen nostalgia, tal vez es que tu cuerpo –y tu mente- están heridos y lo único que buscan es una vía de escape, un “basta ya” silencioso, y apearte de aquel carro con el que con tanta ilusión te subiste en su momento, y que ahora no lo reconoces como tuyo.

El “yo y mi circunstancia” se han transformado en el “yo y las circunstancias de los demás”. Son otros tiempos. Ahora el que se queda inmóvil ya no sale en la foto.  La foto es para quien busca el encuadre, para quien se mueve en la formación y aparece con el guiño pícaro de la victoria. 

Son otros tiempos, sí.  Otra generación.  Otras formas.  Muchas veces te has visto ninguneado, engañado, manipulado…,  de tanto en tanto –y de uno en uno-, eso sí.  Como un recordatorio que marcaba territorio, que definía límites y ponía a cada cual en su sitio.  Cuando estos tres calificativos se unen en tiempo y lugar, las alarmas se disparan.

Se te disparan.   Recuerdas lo frágiles que somos y conocedor que ni eres  Puigdemont y  que tampoco te ofrecerán una plaza en el Senado, donde pasar un retiro dorado,  preparas la huida legal, la silenciosa que sólo busca el olvido, como la de aquellos viejos elefantes que se separan de la manada, para encontrar su paz interior, su espera, su llamada.

Aquellas circunstancias ajenas –ya no de Gasset, sino las tuyas- las identificas como debilidades. Y no tuyas, precisamente. Y aciertas.  Das virtualmente en la diana, pero rehúsas de toda lucha real.  No es tu generación, no es tu lucha ya.  La tuya hace ya tiempo la perdiste. Y te apearon a la fuerza. Y  la vida te pasó factura.  La “crisis” de Einstein te benefició, eso sí. Eras más joven, más inconsciente, tal vez. La rebeldía te abrió unas puertas y te cerró otras.  Y al final, el saldo aparece en positivo, lo admites.

Quieres  y necesitas sentirte libre de nuevo. Quieres seguir siendo dueño de tus puntos.  Y de tus comas, por supuesto. Pasas de sujetos y predicados.  Y ahora eres tú quien necesita apearse, tomar la iniciativa.  Dar el salto en la primera esquina  y dejar que el carro siga con su camino.

Necesitas, simplemente, nacer de nuevo.



PUBLICADO EL 14 DE DICIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

PIENSA EL LADRÓN…

Que todos son de su condición.  Así dice el refrán. Y así lo comprobamos continuamente.  Lo último, las declaraciones de los independentistas catalanes que ya empiezan su campaña para el 21D.  Dicen que temen un pucherazo. Y uno piensa, cómo se debe hacer un pucherazo si hay apoderados de todos los partidos en cada uno de las mesas electorales, si los miembros de la mesa son elegidos por sorteo, si las listas de electores están circunscritas a cada distrito….

Uno ya cree que estos mal llamados demócratas catalanes, tienen un lío mental en cuanto a historia se refiere.  Y es normal que así ocurra con sólo echar un vistazo a sus libros de texto. Si desde pequeños les enseñan –y los más listos aprenden-  que ellos son el centro del Universo, difícilmente cambiarán de posicionamiento cuando se vuelvan mayores. 

Tampoco hay que negar las evidencias.  Y es que en España hemos tenido dos ejemplos claros de pucherazo en democracia.  Uno llegó a consumarse y el otro quedó en tentativa. El primero, lo dieron los populistas del 36, cuando el Frente Popular “ganó” las elecciones con unos cincuenta escaños más de los que obtuvieron realmente  y nos llevó a la guerra civil.  En el segundo de los casos, la tentativa la vimos en directo el pasado primero de octubre, cuando algunas de las urnas opacas  se abrieron por el camino hacia las mesas y de ellas salieron centenares de votos afirmativos. 

También vimos este mismo primero de octubre, gente que emitió su voto en varios colegios, niños que también votaban, urnas en la calle y gente sin control alguno que introducían sobres en ellas.  Recuento efectuado por voluntarios sin garantía alguna de imparcialidad con dicho recuento. Vamos, que democracia tal como dicta la RAE, nada de nada.

Y si los catalanes lo que quieren es seguir los dictados del dictador Franco –muchas semejanzas parecen tener algunos con el dictador-  tengan en cuenta que incluso en el referéndum de noviembre del sesenta y seis, se tuvieron que falsear los datos y rebajar del noventa y ocho por ciento de votos afirmativos al noventa y cinco, para disimular el pucherazo, y también rebajar el número de electores, porque de lo contrario también hubieran votado más gente que la que  estaba censada.  Vamos, como el 1-O, pero cincuenta años antes, y siendo oficialmente y sin tapujos, una dictadura.


No hay más ciego que el que no quiere ver, dice el refrán. Y uno ya duda si es que algunos no quieren ver, o  es que estos “craks”  piensan que el resto somos tontos.


PUBLICADO EL 7 DE DICIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO  MENORCA.

EL CONTROL DEL TIEMPO

Dice el refranero que el “tiempo es oro”. Y así, bajo su imperativo, aceleramos nuestras carreras para no dejar de aprovecharlo. Sabemos que es limitado y breve, y que cada momento resta de la incógnita que nos queda. Habrá momentos en que desearemos que éste pase rápido y no vuelva la mirada atrás. Otras, por el contrario, intentaremos ralentizar su marcha para que aquella huida siempre hacia adelante nos parezca menos traumática.


José Luis Sampedro nos dirá que “el tiempo no es oro, el tiempo es vida”. Y esta vida es la que, parafraseándolo, nos permite apearnos mientras pasa su rio humanidad, contemplándolo pasar con todo su bagaje de historia y sabiduría.


Vivirlo intensamente y saborearlo mientras se vive, no el tiempo, sino la vida, las sensaciones, los momentos. ¿Cómo saborearlo si vivimos a golpe de tragos? El reloj, el calendario, las semanas, los meses, los años, todo nuestro alrededor funciona a golpe de tiempo. Tiempo ya restado, y tiempo futurible. Los fines de semana se esparcen, las vacaciones se devoran, los días, aquellos tormentosos días, continúan.


Por un momento, me imagino una sociedad en la que no se hubiera inventado ni las horas, ni las semanas, ni los años. Me imagino –intento imaginarme, más bien- una vida sin estar pendientes del reloj ni del calendario. Me imagino una vida continua, desconocedora de edades, de fechas, de puntos de referencias.


Una sociedad en la que uno trabaje porque tiene que mantenerse y que descanse porque sus tareas se lo permiten. Una sociedad en la que uno ni cumpla años ni celebre festividades. Que envejezca porque su cuerpo se deteriora y que la vida sea simplemente, un suma y sigue. Sería una vuelta atrás, sin duda. Muy atrás.


Que los tiempos los marquen la llegada de las lluvias y el florecimiento de los almendros. Que el día sea más largo y más corto dependiendo del clima y de la estación, y que durmamos y despertemos según nuestras necesidades y el dictamen de la madre naturaleza.


Sin duda, habría que resetear muchas mentes, muchas sociedades. Me imagino a los condenados esperando al quinto florecimiento de aquel almendro sembrado en la plaza del pueblo para poder salir en libertad; la espera del canto del gallo y la autosuficiencia de cada individuo.


Y continuando en la orilla, me imagino a unos clamando por la eliminación de impuestos, otros por el requiso de los productos, y otros, por qué no, por la fabricación del estado.


Y nuestra vida, volvería a depender del tiempo del reloj.


PUBLICADO EL 30 DE NOVIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

DECENCIA LINGÜÍSTICA

Aunque la memoria ya empieza a fallarme hay recuerdos que, aunque borrosos, perduran en mi mente.  Estos días, reseteando parte de mi cerebro, me han venido recuerdos  de mi infancia, sobre todo  de cuando mis abuelos paternos mantenían amistad con una familia barcelonesa.  No me acuerdo muy bien del origen de aquella amistad, aunque sí que de aquella familia, los tíos ya mayores  vivían en Mahón y eran sus sobrinos quienes los visitaban y pasaban ciertas temporadas en nuestra ciudad.  Era gente muy educada, servicial y religiosa.  Me acuerdo de las visitas, más que protocolarias, de sincera  amistad, que se intercambiaban regularmente.  

De aquellos tiempos me ha quedado una sensación –por defecto, como diríamos en términos informáticos- de identificar a la persona catalana con aquella tonalidad propia de su habla.  Para aquel niño que asistía a aquellos encuentros familiares, el catalán –no el idioma, sino el ciudadano-  trasmitía  tranquilidad, dulzura, educación…, y sólo con su –para nosotros- peculiar habla.

Te haces mayor y la vida va poniéndote en contacto con otros catalanes –compañeros de instituto, compañeros de aficiones- y te encuentras con personas que te transmiten –con sus hechos y también con su peculiar habla- la misma sensación percibida en tu infancia: tranquilidad, dulzura, educación…

También puede haber ocurrido  que en algún momento de tu vida –cincuenta y tantos años ya dan para algunas batallitas-,  que alguna oveja negra “made in catalonia” se te haya cruzado en tu camino y te haya intentado perjudicar.  Pero de ovejas negras, las hay por doquier.  Catalanas sí, pero también andaluzas, castellanas, mallorquinas… Y  si me apuran, incluso menorquinas. Pero eso es lo de menos.

Ahora,  escuchas los medios de comunicación y notas a faltar aquella peculiaridad en el habla catalán.  El habla de los entrevistados no transmite aquella dulzura, aquella tranquilidad.  Notas una agresividad, una altanería, una superioridad en el habla, que temes se ejecute en hechos.

Te das cuenta que el adoctrinamiento del que se reniega oficialmente, pero que se palpa en las sensaciones, usa esta nueva modalidad de tono en el habla.  Un tono al que le falta decencia, y le sobra prepotencia.  Y engaño sistemático. Y adoctrinamiento incisivo.


Si  después del 1-O ya me propuse no pisar tierra catalana por motivos de seguridad, ahora  añadiré el de la decencia lingüística y la vergüenza ajena, hechos éstos  que algunos pasajeros al parecer no respetan. Ni usan.

PUBLICADO EL 23 DE NOVIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

BROMA DE MENTIRIJILLA

Ya vamos por el capítulo enésimo quinto, por decir algo.  Y es que el tema no se acaba, ni se acabará  pasado el 21D, por seguro.  La última charlotada del proceso constituyente -como dirían los extremistas- ha sido el renuncio con que los miembros de la mesa del parlamento catalán han entonado para librarse de la cárcel.

Si nos fijamos bien, esta charlotada catalana está diferenciada en tres estamentos.  Los “Jordis”, los primeros en entrar en prisión y que pertenecen al estamento más bajo, al populacho;  el gobierno con su presidente, vicepresidente y sus consejeros, quienes  tuvieron la opción de huir o de entrar en prisión; y por último los miembros de la mesa del parlamento catalán que han eludido quedar  en prisión. 

De  menor a mayor,  o al revés. Desde el sofá, batín y anacardos al lado, la sensación es que cuanto más culpa tiene uno, menos te la exigen.  Y no es así. Y no  todo lo contrario.  Cuanto más inteligente y listo es uno, mejor parado  sale.  Negar la independencia fue lo más sensato, inteligente y astuto que se pudiera declarar en sede judicial.  Otra cosa es lo que hicieran, quisieran y dijeran en el hemiciclo.

Lo uno, lo juzga el pueblo.  Lo otro, unos jueces.  Y el pueblo  hoy juzga blanco y mañana negro.  Los jueces, depende.  Carlos Marx decía que la religión era el opio del pueblo.  Y no le faltaba razón.  Hoy en día, seguramente añadiría en su Capital, que también son opio el fútbol, la política, el fanatismo, los nacionalismos…

Hoy, otro Carlos, Puigdemont para más señas, vive en su Nuevo Mundo,  que nada tiene que ver con el de Dvorak.  El suyo, no aglutina sino que divide y separa.  Y peor aún, excluye.  Y es más, en su exilio en Bélgica sólo ha obtenido el respaldo del líder eurófobo y de la extrema derecha del UKIP, Nigel Farage.  Para que luego vayan los secesionistas catalanes llamando fachas a los españoles.  Si los fachas son quienes les apoyan a ellos.

Si fuera catalán y además, secesionista, dudaría con qué versión quedarme.  Si de verdad Forcadell y sus compañeros de mesa apoyaban la independencia, o simplemente era una broma, vamos.  Una  declaración de mentirijilla. Aunque quede la duda  en qué declaración puso la mentirijilla.


Y de Carlos de Bélgica ¿Un cobarde? ¿Un traidor a la causa?  ¿Un botifler, como dirán los catalanes secesionistas?  Pero ellos, los secesionistas, lo tienen claro.  Siguen respaldando a sus  líderes renegados.  Tal vez, porque saben que la mentirijilla, no fue en su parlamento, sino en otra sede. 


PUBLICADO EL 16 DE NOVIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

NOMBRES PROPIOS

Muchos  años, muchos gobiernos, muchas omisiones y  muchísimos pactos y silencios, están tras el proceso de desconexión.  Cada chantaje tenía su cheque presupuestario y su bajada de pantalones con aumento de competencias. A su vez, la fábrica no paraba la producción independentista.  Sólo se reconocía un aplazamiento, previo pago. Una prostitución, etimológicamente hablando, claro.

Y se trunca en un momento dado.  Los intereses propios de Mas, de los Pujols y la madre superiora,  la crisis interna, el 3 %, la crisis económica, quien sabe.  O un compendio de todas.  O el personalismo.  O las mentiras que nadie ha desmentido.  Lo cierto es que la CUP, impulsora esta vez del proceso, se ha salido con la suya.  Al más puro estilo de los podemitas, los antisistema han aprovechado el sistema para su autodestrucción. 

Puigdemont  huye como una rata para no entrar en prisión.  O para no quedar como un traidor ante los antisistema.  O para resurgir de sus cenizas.  Sólo él lo sabe. O su trato con truco, no cumplido. 

Y los que se quedan pagan el pato y otros, hacen el ganso.  Y tanto me da. No me preocupa lo más mínimo lo que les pueda ocurrir.  Tampoco a ellos les preocuparía lo que a mí  me ocurriera.  Es más, pienso que todos saldrán beneficiados del embolado. Todos, menos los otros.

El proceso tiene nombres propios, sí. Y también intereses y sentimientos.  Los intereses los manejan la clase dirigente.  Los sentimientos, el pueblo llano, que con cacerola en mano, lo único a que llega es a quedarse sin batería y  sin  cucharón con qué repartir el potaje.

Y me preocupa la no testosterona de la que hace mención la presidenta balear siempre acompañada de otros.  Me preocupa  la comparsa, los interesados, vamos.  Suerte tenemos que, de momento, en Baleares nos falta sentimiento.  Y bien estamos. Ni lo uno ni lo otro.  Mientras no tengamos claro si somos menorquines, mahoneses o balears, tendremos la batalla ganada. O por lo menos, no la tendremos perdida.

Lo preocupante será cuando los iluminados quieran meternos en el sentimiento catalán.  Allí se habrá terminado nuestra independencia, nuestra personalidad, nuestra idiosincrasia.  Hace décadas que se nos intenta inculcar un sentimiento inexistente.  Y nuestra doble o triple insularidad, siempre  nos protege del contagio.  Nuestra insularidad, nos hace más nuestros, más nada, menos todo.

Mientras sigamos siendo impersonales, tendremos mayor personalidad.  Y más libres.


Por una vez, menos es más.  Y con acento propio.

PUBLICADO EL 9 DE NOVIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA. 

LA PAELLA DE LA CUP

Mis limitaciones intelectuales me han dificultado el encontrar un título con que resumir lo acaecido en el último pleno del Parlament catalán. Creo que lo más próximo a que llegué en los prolegómenos fue a un “parto hallowiano”, pero no dejaba de ser un título algo terrorífico, muy alejado de la ironía sana con que intento convivir habitualmente.


La paella se me apareció escuchando las noticias radiofónicas. La CUP decía que no participaría en las elecciones autonómicas de diciembre, y que aquel jueves estarían comiendo una paella. Pues muy bien, y por qué no una fabada, se pregunta uno.


La criatura, por aquello del “parto hallowiano”, nació sin madre. O al menos, la visión de aquella criatura pasada de mano en mano, como si de algo apestoso se tratara, lo hacía expósito. El padre, vigilante con el mando a distancia en mano, permanecía siempre en segundo plano.


Por un momento, no hubo stock de pañales de adultos en las farmacias de Cataluña. Tras el rechazo de Oriol Junqueras de aceptar la presidencia de la Generalitat que le ofrecía Puigdemont, éste tuvo que recurrir de nuevo a su arte de birlibirloque, que tanto le ha acompañado durante su etapa en la Generalitat. Y la suerte, esta vez recayó en la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Una suerte, también hallowiana.


Tonto el último, parecían gritar los diputados autonómicos mientras ejercían su derecho a introducir aquellas papeletas secretas, ahora sí, en una urna transparente. Sólo los podemitas enseñaban su voto negativo posiblemente para despejar cualquier duda judicial. Los demás, amparados en el voto secreto, intentaban burlar su gastroenteritis, con una sonrisa forzada. Y poco más.


Unos cuarenta y poco más, se alegraron por aquí. Unos diecisiete mil –según la Guardia Urbana- por allá. Los demás, ni en el velatorio estaban, ni se les esperaba. Como en el 23-F, en que aquellos tanques dieron el paseíllo y retornaron a sus cuarteles. En esta ocasión, la criatura de aquel embarazo antinatura, nació ya muerta.


Lo positivo de todo lo vivido es que la democracia está viva. Vivita y coleando. Que la Constitución, esta ley tan ambigua y tan moldeable, la hicieron unos políticos muy preparados jurídica e intelectualmente, con sentido de Estado, y que a pesar de los años transcurridos, es capaz de defenderse por sí sola.


Sóla, pero acompañada del sentido de Estado del PP, PSOE, Ciudadanos y otros. Ellos, junto con el Rey, han vuelto a salvar a España de este nuevo golpe de estado.

PUBLICADO EL 2 NOVIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

155, BINGO

Uno ya pierde la noción de cómo titular los escritos y ser respetuoso con las formas.  Cuando el cinismo, la provocación, la manipulación y la mentira son las únicas formas de actuar de ciertos personajes de la política catalana, a uno le viene el arrebato de llamarles por su nombre y que recurran a los juzgados después. Pero no, el sentido común, la educación, la moderación, y sobre todo, el respeto hacia los demás, te hacen desacelerar aquel subidón de adrenalina y mantenerte dentro de las normas de juego.

Las normas del juego, las leyes, la tolerancia con el prójimo, son sencillamente parte de un único y a la vez, amplio concepto: Democracia. Así de claro, así de sencillo. Democracia a la que los secesionistas catalanes, siempre presuntamente, claro, aborrecen. O al menos, la democracia que nos hemos dado, que hemos votado, y que, les guste o no, debemos luchar para que permanezca. ¡Una persona, un voto! ¡Qué más justo!

Y la independencia, claro que sí: en los poderes del Estado. Independencia del Poder Judicial, en no adoctrinar con falsos libros de historia, independencia en el pensamiento de cada ciudadano, en la libertad de expresión, en los medios de comunicación, en la de expresarse en cualquiera de las lenguas oficiales…

Por un momento, los hechos te trasladan a la historia no desvirtuada: al año 1933 cuando Hitler asumió, democráticamente, el poder de Alemania y a las famosas policías políticas. Y también te acuerdas, ya por vivencia propia, de aquella noche en la que el Congreso de los Diputados estuvo secuestrado por aquel engaño generalizado.

Y no quieres que ello se repita. Y mucho menos en Cataluña, en España. Y te aborrece ver ciertos especímenes de la política mintiendo descaradamente al populacho. Y te asquea ver a otros populistas seguirles el juego en busca de su propio interés. Y aplaudes, eso sí, a quienes por una vez, han dejado atrás sus intereses políticos y sus ambigüedades, y han hecho causa común en la defensa del estado democrático y de la unidad de España.

Los secesionistas deben tener claro, que este ya famoso y desconocido hasta el momento, artículo 155 de la Constitución de todos, les ha tocado por suerte, dígase por Bingo o por la Grossa, como dirán esos señores de la barretina y del caganer. Y no ha sido por suerte del destino, sino más bien, por la ley de las probabilidades. Y es que, habían fotocopiado todas las participaciones. Vamos, que sí o sí, les tocaba.

Pues eso: artículo 155 ¡Línea y Bingo!
 
 
PUBLICADO EL 26 DE OCTUBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.
 



BALEARS 2.030

Uno pensaba  hablar del sexo de los ángeles, por aquello de alejarse del espectáculo bochornoso que dan los nacionalistas catalanes, pero la urgencia ha propiciado una mirada al ombligo propio. A Baleares,vamos.

Y es que entre bomberos que apoyaron la consulta ilegal catalana y quienes desde Baleares les gustan incendiar los comentarios, vamos apañados.  Ahora, ya tenemos fecha propuesta: año 2.030.  Diez arriba, diez abajo, tanto les da.  Y añaden, “en cuando exista masa social que lo requiera”. Y aparece la pregunta: ¿a la masa social la fabricamos, la incentivamos o simplemente esperamos por si aflora?

Hablan de consulta, pero nada hablan del método.  ¿Será  al más puro estilo catalán, a imagen y semejanza del régimen bolivariano, o civilizado, Europeo, vamos?

Y trece años no son nada.  Y tres, mucho menos.  Sólo con hacer  un “copia y pega” del nacionalismo catalán, tenemos el proyecto redactado.  Adoctrinamiento en los colegios, guetos y señalamiento.  También habrá que pensar en recomponer la historia.  Tal vez, aquellos moros que el rey Alfonso III,  hizo “desaparecer” cuando “poblaron la isla de “bona gent catalana”  convendría que los vistiéramos de españoles, aunque España por aquel entonces no existiera aún. De esta forma, el odio, el rencor, hacia todo lo que sea español encontraría una base histórica en que basarse.

De momento les faltan los perroflautas y los de extrema izquierda.  En Balears, por suerte –hasta el momento- no tenemos la CUP ni nada que se les parezca.  Los nacionalistas, por definición histórica, son de derechas. Los partidos, llamémosles, constitucionalistas, españolistas y demás, son mayoría.  Otra cosa es que algún dirigente, con sus guiños, pueda traicionar al resto.  Pero, de traidores, siempre ha habido.  Como de corruptos, vamos.

Hablan estos señores de una consulta para la independencia, pero uno desconfía.  Y desconfío porque los dependientes no pueden, saben o quieren ser independientes.  La duda y la desconfianza se refleja en los vínculos catalanistas de este grupo.  ¿Independencia de España y dependencia de Cataluña, o de ambos? 

Muchas dudas en este intento pirotécnico para ocupar algunos reglones de prensa y algunas llamadas en las búsquedas en el Google.  De momento, sólo humo.  El problema serio será cuando empecemos a oír la mascletà.  Y no precisamente la valenciana. 

De momento, ya han conseguido que Caixabank no vaya a Palma, por aquello del reto nacionalista. 


A eso se le llama hacer patria –y en minúscula-.


PUBLICADO EL 19 DE OCTUBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

EL PROBLEMA CATALÁN

Pues sí, es un problema y además,  catalán.  Vamos, que lo tienen ellos, y no nosotros.  Lo triste es que siendo su problema, creado por obra y gracia de unos cuantos, o de más de unos – dos millones según el re“cuento” de las fotocopias-  nos lo quieren endosar a los demás.  Y eso no es jugar limpio.

Como tampoco es jugar limpio el que uno vote cuatro veces –como mínimo-, que menores de edad también pudieran poner papeletas dentro de los tápers  made in P.R.C, que a una se le rompan los dedos de una mano y a la mañana siguiente se hubiera recuperado milagrosamente sin haber intercedido  La Moreneta, que las urnas llegaran algunas llenas de papeletas, que haya más votos afirmativos que votantes.  Vamos, que Maduro es un aprendiz al lado de ellos. 

Y ya no digamos de la trasparencia.  Que por no ser transparentes, ni los tápers chinos lo eran.  Y no digamos de las noticias que destapaban el desaguisado y  que habían aparecido en algunas redes sociales – a la red pública  la tienen bien sumisa y adoctrinada-  y de las que  sus filiales y afines ya se han encargado de hacer desaparecer.  O de los  presuntos chantajes a hoteleros para que pusieran de patitas en la calle al contingente policial.  O el trauma del día después que causaron a algunos menores escolarizados, al explicarles, en forma de cuento, lo ocurrido –versión aumentada y catalanizada- el día anterior.

Y no me extraña esta –siempre presunta- violencia, cuando incluso a  su propio himno, le cambiaron la letra para hacerlo más cruel.  El  original empezaba así:  “Catalunya comtat gran/ qui t’ha vist tan rica i plena!/ Ara el rei Nostre Senyor/ declarada ens te la guerra. //  Segueu arran! / Segueu arran, / que la palla va cara!/ Segueu arran!...”

Y luego claman –o mandan hacer clamar- por el diálogo ¿qué diálogo, si la única condición es sí o sí a la independencia? Y les salió bien porque, de artistas –comediantes, más bien- unos craks.  Lograron lo que pretendían y más. No la independencia, porque no está tan claro que la quisieran, sino al menos salir en los papeles, dar la vuelta al mundo gratuitamente y desestabilizar al resto de España.

De momento, el tiro les salió por la culata - y no precisamente de las armas que en su día denegó el Ministerio de Defensa su compra para armar a los Mossos.  ¿Se imaginan a los Mossos patrullando con TOAs, F16, MG 42? –

De momento, el fuego ha sido amigo.  Al menos, el capital –y no el de Marx- sale corriendo salvando propio y ajeno.


Y los españoles, más unidos.

PUBLICADO EL 12 DE OCTUBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

BULOS VIRTUALES

Como suele pasar con el Guadiana, de tanto en tanto, aparece el bulo de que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría Antón es hija del teniente general José Antonio (Antón) Sáenz de Santa Maria.  Vamos, que intencionadamente utilizan el primer linaje de ambos –aunque uno disociado-  y  el Antón del segundo apellido de la vicepresidenta con el de pila del militar. 

Es más, la intención es que se divulgue, ya sea por whatsapp, por Facebook, y por todo donde las redes sociales pueda entrar y motivar comentarios, insultos, y como no, compartir el bulo para que se extienda a más contactos y ramificar aquella red de engaño.

Los bulos también aprovechan cualquier acontecimiento, como los últimos atentados yihadistas para lanzar sus propias alarmas, o cuando buscan hacerse eco de cadenas de apoyo a alguna causa de dudosa veracidad.  O incluso con el desaguisado  sedicioso.

Y nadie -o pocos-  van y comprueban la veracidad o no, de lo  compartido.  Y si el comentario es de nuestro agrado, ya va bien poder “pasarlo” con la excusa de que  uno no ha sido el autor del mismo. Vamos, escondiendo el miedo y tapando la responsabilidad.

El último que me ha llegado, y del  que unos reniegan  y otros aplauden, es el que concierne al progenitor y al abuelo del líder de la formación morada.  Y lo curioso del caso es que, de éste, cuando consultas por internet encuentras bastantes referencias que intentan confirman que el “supuesto bulo” pierde lo que tenga de bulo y se convierte en verdad.  Pero claro, ¿quién es capaz de afirmar sin documentación palpable y contrastada de  que el abuelo del susodicho fue condenado tras la guerra civil por actos nada misericordiosos, o incluso que su padre fue detenido por pertenencia al grupo terrorista FRAP?

Y de estos dos bulos con nombres y apellidos, lo que me asombra es el trato diferenciado que se da a ambos.  Al primero, al de la vicepresidenta, y a su vez, debidamente contrastada su falsedad, los comentarios que llegan son del tipo “de aquellos barros, estos lodos”.  En cambio, al del segundo, al del líder de los morados, y del que, de momento parece ser  más complicado demostrar  la falsedad de lo dicho, el comentario más hiriente sería del tipo de que “los hijos no son responsables de los actos de sus progenitores”.

Vamos, que aquello de que “unos nacen con estrella y otros estrellados”, tiene mucho  que ver.  Y que las capacidades, actitudes y aptitudes, son puro relleno.


Y de estrellas, o esteladas,  mejor pasar hoy.

PUBLICADO EL 5 DE OCTUBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA

DERECHO A EJECUTAR

Estos días, todo anda revuelto con el tema del ya famoso “derecho a decidir” y nadie dice nada del “derecho a ejecutar lo decidido”.  También es verdad, que poco o nada les debe importar lo segundo, cuando lo primero es usado como excusa barata y engañosa.  El plan está preconcebido y poco o nada les importa el resultado.  La hoja de ruta no contempla ninguna otra respuesta.  Lo quieren y punto.

Y uno, escondido tras Platón y sus leyes, tras la corrupción de la democracia según este mismo Platón, se pregunta, ¿qué significa para estos estelados –me niego a llamarles catalanes- el derecho a decidir?  ¿Quiere eso decir que si, por ejemplo, un municipio catalán vota y decide irse de Cataluña, se les va a permitir? ¿O ese derecho no se contempla?

¿Permitirá este mismo “derecho a decidir”, el que el núcleo de Fornells se independice de Es Mercadal? ¿O es que para Fornells no sirve este derecho?  ¿Podremos decidir si queremos pagar impuestos o tampoco tendremos este derecho?  Y sobre todo, ejecutar lo decidido.

¿De qué sirve decidir si no lo llevamos a término?  ¿Podemos decidir sobre cuestiones que atañen a otros?  ¿Podemos por mayoría decidir  en qué, dónde y cómo tiene que trabajar el vecino del cuarto?  Al final, necesitaremos regular este derecho. Vamos, que tendremos que legislar sobre el mismo.

¿Y cómo legislar, cómo hacer una ley, si cuando no nos interesa, no la tenemos en cuenta? ¿Quién decide a qué ley se hace caso y a qué ley, hay que desobedecer?  ¿Serán los portadores de las esteladas –ya ni respetan a su propia bandera sino que se inventan una mestiza entre la portorriqueña y la cubana- quienes decidan lo que está bien y lo que está mal?

La sensación es que los perroflautas del 15-M van tomando la calle, y muy especialmente en Cataluña donde se han aliado  con los corruptos del 3 %.  Es significativo observar que cuando la lupa de la corrupción ha recaído sobre los Governs nacionalistas de la Generalitat, la maquinaria independentista se ha puesto en funcionamiento.  Vamos, que les ha faltado poco para tirar del papel higiénico.

Y a mí, personalmente me importa un carajo lo que llegue a pasar en Cataluña.  Allá ellos.   Me importa lo que pueda llegar a pasar en Baleares.  Lo triste sería que nos anexionaran a un territorio, y sin derecho a decidirlo.  Esto sí que me preocupa.

Vamos, que el café ya no será para todos.  Unos lo tendrán calentito, y el resto, de calcetín.


Algún día se deberán analizar los porqués y los cómo.  Como el 11-M, el 23-F,etc.


PUBLICADO EL 28 DE SEPTIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA. 

PIDIENDO ÁRNICA

El tiempo se acaba y el plan B no ha funcionado. Ahora es el momento de los planes C, D y cuántos otros aparezcan en escena.  El futuro sigue siendo una incógnita y los faroles aparecen intencionadamente para destapar los planes del otro.  Si los hay.

El miedo ya se ha posado sobre el baluarte de la Generalitat.  Puigdemont y sus camaradas se han visto obligados a disparar uno de los últimos cartuchos que les quedaban para salvar su dignidad. La carta al rey y a Rajoy es sin duda un reflejo de que necesitan parar el “procés”,  y al menor coste posible.

Puigdemont y sus camaradas van perdiendo la partida. La ayuda brindada por  Pablo Iglesia y sus confluencias no les ha bastado.  Sus sumas no alcanzan sus deseos de romper a España.  Aunque realmente, la partida mediática la empezaron a perder cuando el PSOE dio razón de Estado y se alineó con la Constitución, con  la legalidad y con el pueblo español.

La otra partida, la jurídica y la institucional, también van de la mano.  PP, PSOE y Ciudadanos, a pesar de que cada uno con su propia estrategia, se han marcado un tiempo muerto en que aliarse para frenar al chantaje secesionista.  Luego, ya dispondrán.

PSOE habla de un estado federal.  Y de eso hace ya tiempo. Aunque sin duda, será un “copia y pega” de las autonomías de primera y segunda clase. No puede ser de otra forma.  O de otra forma no se  quiere que sea. España sigue siendo rica en el norte y pobre en el sur.  Como en todos los lugares. Y en el PSOE sigue habiendo ricos y pobres entre sus filas.  Nuevos ricos y nuevos pobres, también.

PP no sabe no contesta.  Es la estrategia de siempre. Es la estrategia de Rajoy.  Y funciona. O al menos, con  él  funciona.  O a él le funciona. Que hablen los otros, que ellos mismos se desgastan.   Y mientras, esperar al día después.  Luego los medios de comunicación darán la noticia. Ni más, ni menos.

Ciudadanos, a la espera.  Y sin desesperarse. España es una y varias a la vez. Como siempre. Apoya sin desgaste. La opción más cómoda, la más inteligente para quien tiene su corazón partido entre las dos opciones. O sólo para una.

Tal vez Puigdemont, Junqueras, Forcadell y Colau, se han equivocado.  La carta, en vez de mandársela al rey y a Rajoy, -a quienes por cierto no escatimaron esfuerzo para que una muchedumbre los pitara en la manifestación por el atentado yihadista-, tendrían que habérsela mandado a los Reyes Magos de Oriente, al Papa Noel, y quien sabe si a Superman. 


La ficción, muchas  veces, supera a la realidad.

PUBLICADO EL 21 DE SEPTIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

DE SEPTIEMBRE A JUNIO

Una vez pasadas las fiestas patronales de la Ciutat de Llevant –así nos evitamos comentar los términos del Maó-Mahón y de las fiestas de Gracia y de la Mare de Déu de Gràcia- todos apostamos por los parabienes del nuevo curso, sea éste de cariz político o estudiantil.  Por lo demás, al resto, nos queda el curso de la vida, llámesele Navidad-Año Nuevo-Semana Santa-Verano y vuelta a seguir, y si en la espera de cada una de estas paradas podemos aprovechar algún que otro puentecillo, mejor que mejor.

A los catalanes les quedan otros cursos que ir superando o desistiendo.  Pero bueno, allá ellos con sus problemas, que cada cual tiene los propios y, egoístamente hablando, más importantes.  Y la Ciutat de Llevant desde hace bastante tiempo viene padeciendo uno, -mucho más importante que la independencia de Cataluña- y que se viene repitiendo año tras año.

Simplemente es cuestión de fechas. Y de nombre.  Y de tradición, como no.  Casi cada año estamos con el corazón palpitando a la espera de la previsión atmosférica en cuanto a las fechas de nuestras fiestas patronales: que si viento, que si lluvia, que si lo uno, que si lo otro.  ¿Por qué no trasladamos la festividad de la fiesta patronal mahonesa al mes de junio?

Por sant Joan, vamos.  Ahora que empiezan a retomarse los estudios de que en una primera  época se celebraba la festividad de Sant Joan como fiesta de nuestro pueblo, ¿por qué no recuperarla y así, evitamos o reducimos la posibilidad de mal tiempo?  Incluso, en septiembre, por la festividad de la Mare de Déu de Gràcia, podríamos hacer en “pequeño comité” la romería de ofrenda a la virgen, y todos tan felices. Y si se quiere traer la feria gastronómica o el festival de cine, pues bien venido sea.

Y por el tema de ser la festividad de la patrona, tampoco hay que rasgarse las vestiduras.  El santo patrón (en versión masculina)  de nuestra Ciutat de Llevant, es San Sebastián, y seguro que la mayoría de sus habitantes, lo desconocen.  Y de celebración, nada de nada –y no será que tengamos complejo de Palma-.  Aunque también se podría proponer algún acto, que coincidiendo con la proximidad de la festividad de Sant Antoni, aglutinara ambas fechas, y alargara la semana cultural y festiva del mes de Enero.  Vamos, que con tanta Navidad, Reyes y Sant Antoni, la cuesta se nos convierte en pendiente.

De todos modos, que tampoco se nos enfaden los de la Ciutat de Ponent, porque no necesitamos ni el Diumenge des Be ni al CaixerSenyor, que con lo nuestro nos bastamos.



 PUBLICADO EL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA

7 SEPTIEMBRE

No es San Fermín, pero para el caso, si lo fuera, el santo se le habría ido al cielo. Lo que sí es, “es dissabte de ses festes de la Mare de Déu de Gràcia”. O “es dissabte de ses festes de Gràcia” como también se le viene denominando desde hace relativamente ya algunos años en nuestro Mô-Maó-Mahó-Mahón.  El sábado, la vigilia, la víspera de la fiesta grande, como dirían en el Norte de este país, nación, patria, estado, confederación o como se le diga, y que se llama España.

Vaya, jugando con la provocación de algunos y la resistencia de otros, incluso utilizando malintencionadamente la diversidad de términos con la que referirnos a una misma cosa,  en el párrafo anterior han quedado reflejadas alguna de las barbaridades que somos capaces de inventar para separarnos de los demás, mientras la esencia perdura por trasmisión directa y conjunta a la vez. Y por separado. 

La pomada y el gin con limonada son lo mismo y saben igual.  Y lo saben tanto en Llevant como en Ponent, pero ya es tradición negar al otro.  Las fiestas patronales son en honor a su patrón, mal le pesen a unos. Y si no, que cambien lo de “patronales”.  Otras fiestas también serán posibles,  pero la lucha por negar, por simplificar, por enmascarar términos bajo la excusa de catalanizar expresiones, también ha entrado en la polémica.  Pero no por ello, dejarán de ser lo mismo para los unos, y para los otros.

Y hay que ser realistas, sin que esto tenga nada que ver con la monarquía.  Nadie duda ni niega la máxima. Las fiestas ahora de Gràcia son en honor a la Mare de Déu de Gràcia en mahonés-menorquín-balear-catalán y de la Virgen de Grácia en castellano-español, así de claro y así de conciso. Y nadie lo duda. Y nadie lo niega.  

Ya les ha ido bien entrarla doblada y bajo la apariencia de lo pagano, y de negar la religiosidad del momento.  Porque la denominación de Fiestas de Gràcia nada tiene de negación de lo religioso, simplemente es la catalanización del término. 

Por lo que se ve, los catalanes idiomática y religiosamente –y aunque les pese- son algo machistas. Y como prueba, el botón, el ojal, y la botonera entera: Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, son términos masculinos llenos de santidad. La Mercé, Gràcia, la Moreneta, son términos femeninos y desposeídos de virginidad.

Y nuestras fiestas no es que hayan perdido la raíz religiosa, solamente han perdido esa virginidad  catalana.

No obstant aixó, desitjar-los unes “molt bones festes de Gràcia” i “molt bones festes de la Mare de Déu de Gràcia”. 


PUBLICADO EL 7 SEPTIEMBRE DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

DISIENTO, LO SIENTO.

A pesar de que el sucedáneo ministerio de propaganda de la ansiada hipotética república independiente se implicó al máximo, lo cierto es que se les vio el plumero, la cresta, los espolones y quien sabe qué partes más.

A uno le da la sensación que poco les importaban los muertos. Ni los heridos. A uno le recordaba el episodio del 11M, donde más importaba atacar al Gobierno que a los propios terroristas.  En Cataluña ha pasado un tanto de lo mismo.  Aunque en dos fases bien diferenciadas.

La primera fase intentaba magnificar los logros conseguidos por sus Mossos, aunque para ello tuvieran que esconder fallos  como la voladura previa en Alcanar o la tardanza en confirmar la víctima número quince. La otra, la  manifestada en la toma de la calle con insultos y despropósitos a todo lo que tuviera que ver con la unidad.  Sea esta de respuesta a los atentados, al propio sentimiento de rechazo a los terroristas, de apoyo a las víctimas.

Por un momento me pareció asistir a un funeral en la que dos bandos de la familia se encuentran tras años de discordia.  Todos alaban su quehacer, mientras, el familiar fallece cuando el resto dormía ausente a su desenlace.  El protagonismo, el “yo” más que “tu”, no dejó de estar presente por parte de las autoridades catalanas.  El Jefe del Estado y el Gobierno central, aguantaron estoicamente los desprecios de los que fueron objeto, bien velada o consentida, por parte de autoridades catalanas y como no, de Podemos y del PSOE, en base a la libertad de expresión.

Respeto, es lo que les faltó a tanto catalán y político reaccionario. Respeto a las víctimas, a los familiares, a los heridos.  Respeto a las instituciones. Respeto, a todos, menos a los únicos culpables, que no son otros que tanto terrorista disperso.

Y de  la CUP, que decir de estos revolucionarios, de quienes se reunieron con etarras y con dirigentes venezolanos. Y qué decir de otros antisistema,  de quienes, por un instante mi subconsciente los asimila a aquellas hordas revolucionarias integradas por milicianos catalanes, muchos de ellos sacados de las cárceles y prostíbulos, que en la guerra civil invadieron Menorca y saquearon vidas y hogares.

Difícilmente habrá unidad con una sociedad tan heterogénea. Tan dispar.  Difícilmente habrá unidad contra el terrorismo, cuando cada uno, tiene una idea muy diferente de quien es el enemigo. El malo de la película, vamos.


Al menos, esta vez, aún estamos de acuerdo, que el bueno, es quien yace en el suelo, atropellado y degollado.

PUBLICADO EL 31 DE AGOSTO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

PIENSA MAL….

Y acertarás, dice el refrán.  Debo confesar que desde hace décadas, soy un mal pensado.  Y que en muchas de las veces, la mayoría de ellas, me equivoco. Pero el resto, las acierto. ¿Vale la pena este tanto por ciento de desconfianza?

¿Y por qué no? Algunas de las que entrarían en el cómputo del error, son sencillamente que no se ha demostrado –ni has necesitado la búsqueda de su verdad-, ni más ni menos. La última desconfianza es con todo el entramado del alquiler de las viviendas turísticas. Muchas dudas revolotean sobre la cabeza.
¿No será, la prohibición o las trabas al alquiler turístico, una medida para favorecer el negocio de las empresas hoteleras urbanas o costeras? El disfraz se hizo a la medida, sin duda. Con chapuza incluida, como no podía ser menos. Y la excusa, la falta de vivienda.  Y la necesidad social.  Y el derecho a ella.  Vamos, una opereta, con partitura, director, músicos e incluso el fantasma incluido. Qué más podemos pedir. Podemos, claro.

Ibiza tiene desde hace años déficit de viviendas para los trabajadores que se desplazan desde la península para trabajar en verano. Del doce se pasa al cinco por ciento en cuanto al índice de paro en el mes de julio. Es una buena noticia, aunque un cinco por ciento sigue en el paro mientras gente venida de fuera, ocupa las plazas que podrían bien ser para el cinco por ciento restante.  ¿No quieren o no pueden trabajar?, pero claro, seguro que cobran ayudas y no necesitan trabajar.

Volvamos a los pisos.  El problema no es el alquiler temporal para los trabajadores, sino del que vive todo el año. O así debería ser. ¿Por qué no han pagado ningún estudio de varios cientos de miles de euros a algún dirigente político para que les diga el por qué los propietarios no alquilan sus viviendas? ¿No interesa saber el motivo real?

¿Será tal vez la desprotección que se tiene a la hora de cobrar los alquileres? ¿O los desperfectos que se les ocasiona? ¿O los re-alquileres no autorizados? ¿O las “okupaciones” de perroflautas y demás?

Mientras los gobernantes de turno practiquen políticas que no favorezcan en nada al propietario, indirectamente no se  ayudará a los necesitados de viviendas, por mucho que sus políticas se califiquen de sociales.  Y en casos extremos, sucesos como el de Alcanar  con la “okupación” de un chalet por parte de terroristas, se escudarán y se beneficiarán de esta práctica.

Vamos, lo de siempre. De fuera vendrá quien de casa te echará. Y ahora, además les pagarás parte de los subsidios.


Paz.

PUBLICADO EL 24 DE AGOSTO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA

EL “33” CASTELLANO-MANCHEGO

Fuimos muchos quienes nos alegramos cuando en Baleares se suprimió el famoso nivel 33 para los funcionarios que habían pasado por la política.  No era justo que ello ocurriera y mucho menos en tiempo de recortes.  Pero el nivel 33 sigue siendo noticia. No en Baleares sino en Castilla-La Mancha.  Y todo, gracias al PSOE y a Podemos.  Aunque algunos ya han salido a rectificar y han cambiado el nombre.  Nada de treinta y tantos. Simplemente es el complemento de la carrera profesional.  ¿Por qué no llamarla “carrera política”?

Si el timón de la nave manchega hubiera estado bajo los mandos del PP seguramente Iglesias ya hubiera pedido –junto con Sánchez- la dimisión de Rajoy y de todo su equipo. Y los catalanes seguro que hubieran pedido sacarlos a escobazos, pero no.  En este caso, uno ya no sabe si la dirección de Podemos se ha ido de vacaciones o es que está asesorando a la Asamblea Constituyente de Venezuela. Y de los catalanes, mejor no hablar.

Lo cierto es que algunos creerán que Podemos ha sucumbido. Que se ha vuelto casta, vamos.  Pero no, no creo que Podemos haya cambiado.  Siempre creí que eran de los más inteligentes del sistema político español. Al menos, sus dirigentes de la capital.  Tenían el perfil adecuado: universitarios, progres, jovencitos con cara de buenos chicos, y sus propuestas fabricadas al dictado de las encuestas. ¿Qué más podían pedir los desilusionados de la cosa pública?

Eran –y son- la quinta columna de los antisistema. Un partido hecho a medida para España –y para los españoles y asimilados-.  Seguramente en Francia, Inglaterra y Alemania, no hubieran comido un rosco, pero en España, triunfan.  España es diferente. Y como no vamos a ser diferentes si incluso salvamos a los bancos de la quiebra para seguir pagándoles más comisiones.  Cómo no vamos a ser diferentes, si en cierta manera alentamos a la desobediencia civil y algunos se enorgullecen de ello, sin reprimenda alguna.

Y es más, estos antisistema, hacen negocio con la cosa pública. No hay empresa en España que supere unas ganancias del 300 % y con casi veinte millones de euros  netos en el periodo anterior.  ¿Van a redistribuir estas ganancias con los millones de parados, dependientes y viudas mal pagadas? ¿Las van a devolver al Estado para que las invierta en el fondo para las pensiones? ¿O las entregarán a Venezuela para recompensar a las familias de estos centenares de muertos a manos de la policía política de Maduro?


Ni lo uno, ni lo otro.  La casta, siempre gana. Y así va.

PUBLICADO EL 17 DE AGOSTO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA

AGUA

Azucarillos y aguardiente, podría seguir el título, pero no es el caso. No es ni zarzuela ni género chico, simplemente es un drama. Y como drama, tampoco será lección del tanto por ciento de presencia en la naturaleza, que aunque de esto se trata, dicho así engaña, y mucho.

Simplemente el tema de hoy es la carencia de ella. Se viene pronosticando desde hace años, y cada verano nos advierten de que no hay suficiente, que si la gastamos, que si la despilfarramos, que si tal o cual. Este año no ha sido diferente. Y para que nos concienciemos incluso se da un primer paso con la prohibición de riego en lugares públicos. Vale. De acuerdo. Pero no basta.

La concienciación no basta. Y tampoco la solución es subir el precio, porque en ello, pagamos siempre justos por pecadores. Y el método utilizado tampoco es proporcional. Hay demasiado desaguisado que escurre el bulto y sigue gastando. ¿Y entonces, qué medidas tomar?

Nadie quiere colocarle el cascabel al gato. Y más si este tiene las uñas afiladas. Y en verano, menos. Además, crecemos por todas partes. Siete Menorcas necesitaríamos para generar los recursos que utilizamos, dice la noticia. Pero lo que no dice es que si lo fuéramos, seguiríamos creciendo al mismo ritmo.

A los purines del ganado, en su día se les cargó el muerto en el tema de los nitratos. Ahora, los nitratos ya es lo de menos. Ya bebemos agua embotellada –la misma que aumentó el precio con el aumento de los nitratos-. Ahora es el agua en sí. El recurso.

Y cuando el cerdo y la vaca ya no pagan el pato, resulta que no tenemos culpables a quienes señalar. Nadie se atreve a decir que tantos no cabemos sobre la superficie. Si gastamos siete veces más, por qué no tendemos a reducir el gasto en siete. Siete duchas menos, siete lavados de coches menos, siete lavadoras menos, siete piscinas menos….

Tampoco tenemos que confundirnos, no es que tengamos que ducharnos un día a la semana, como antiguamente solía ocurrir. No es eso, no. Es que podemos seguir duchándonos igualmente, pero menos gente. Que podemos lavar el coche, pero con menos coches. Vamos, que sobramos seis de cada siete habitantes. Mejor dicho, sobran seis de cada siete.

O eso, o que consumamos seis veces menos. Seguro que así adelgazamos de golpe, sin dieta ni gimnasios. Porque lo otro, la construcción de las desaladoras, más que reducir consumo, seguro que lo aumenta. Y el negocio, de algunos, vamos.

Pero ni eso. Ni con el agua al cuello, nunca mejor dicho, se soluciona.


PUBLICADO EL 10 DE AGOSTO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.

EL CERDO EN CATALUNYA

Las estadísticas no fallan, hay más de siete millones de cerdos catalanes.  Es más, más de la mitad de ellos, viven en la provincia de Lérida.  Y lo peor, el cerdo catalán es quien pone precio al  resto del país.  Al resto de España, vamos.  Que de esto los cerdos no entienden, de momento.

Y no es invento mío, sino que está en las estadísticas.  Incluso en los libros de texto, que tanto recortan menos en el precio.

Y sigamos, en Cataluña hay más cerdos que españoles y extranjeros juntos.

El susto fue mayúsculo. Estos datos los oí por la radio en un programa matinal.  Luego, cuando me percaté de lo que realmente  se referían, me relajé.

Primeramente, había que puntualizar algunos de los ítems usados en la estadística, no sea que alguien lo mal interprete y haga bandera del bando contrario. Vamos, más cerdos que habitantes, incluso contando al millón de extranjeros. Como  extranjeros aún sólo cuentan los nacidos fuera de España. Y como españoles, a todo quisque nacido en la piel de toro. E islas adyacentes.

Acostumbrado a las tragicomedias de Iglesias, Sánchez y Puigdemont, por un momento pensé que el  bando constitucionalista  se había puesto las pilas y levantaba las manos al más típico estilo de “basta ya”. Pero no, el periodista y los contertulios sólo se referían a datos estadísticos contrastados sobre la población porcina catalana, y por ende, a la del resto de España.

Pequé, lo confieso. Por un momento, mi subconsciente se alegró de que la mente se liberara y dejara de ser políticamente correcta.  O al menos de intentarlo.  Tras el asombro, mis cálculos iban dirigidos hacia  cuántos radioyentes se habrían encontrado en mi misma situación.  Sólo faltaba que apareciera aquel policía fronterizo y  tirara una New Jersey para completar el cuadro.

Pero ni lo uno ni lo otro. Simplemente  los chorizos, las paletas y los jamones eran los protagonistas de aquel espacio radiofónico.  Y no todos los chorizos entraban en aquellas ondas.  Ni todos los tantos por cientos, tampoco, y eso los catalanes, lo saben bien.  Al menos quienes han manejado los hilos en la Generalitat. Sólo salían de aquellas ondas, los portadores de ellos.  Las cabezas, vamos.

Habrá que esperar a que otro día, en otro espacio radiofónico –o en el mismo, por qué no-, los contertulios hablen de otros cerdos, de otros cabecillas, vestidos éstos como usted y como yo, con corbata o sin ella, y que precisamente no salían en aquellas estadísticas.


Aunque para ello, mejor que esperemos sentados.  Y cenados.

PUBLICADO EL 3 DE AGOSTO DE 2017, EN EL DIARIO MENORCA.